jueves, 21 de junio de 2018

Los peligros de comprar la fruta ya cortada

Los peligros de comprar la fruta ya cortada

  • No siempre se mantiene con las condiciones de higiene y frío necesarias

Estamos poco en casa, vamos de aquí para allá y no podemos dedicar todo el tiempo que desearíamos a cuidar nuestra alimentación. Por eso cuando se nos presenta la opción de comprar a media tarde, o como postre en el trabajo, un recipiente de fruta cortada, vemos una oportunidad de “hacerlo bien”, de comer algo saludable. No es un error: tomar fruta es una buena opción.
Ahora bien, además del abuso del plástico, las condiciones sanitarias en las que se comercializa esa fruta cortada y/o envasada no siempre son las mejores. Puede que nuestras suspicacias hayan saltado leyendo, los últimos días, las noticias sobre un brote de salmonela en Estados Unidos, relacionado con melón y sandía cortados y envasados.
Un brote de salmonela en Estados Unidos se ha relacionado con melón y sandía cortados y envasados
El brote afectó al menos a 60 personas y la mitad de ellas tuvieron que ser hospitalizadas. Según informa la CNN a partir de los datos de CDC, Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, los productos procedían de Caito Food, una empresa que comercializa fruta, con sede en Indiana, que retiró los productos hasta en ocho estados diferentes de grandes cadenas de supermercados como Walmart, Kroger o Whole Foods, entre otros.
No se ha determinado el origen del brote en Estados Unidos, pero las causas más probables que han apuntado los expertos serían una mala manipulación de las frutas, no respetando las normas de higiene, la contaminación cruzada o haberse saltado la cadena de frío. Y es que estos aspectos son básicos.
Las bacterias de la salmonela se encuentran en las heces de muchos animales. En el campo las frutas pueden entrar en contacto con ellas
Cosecha del melocotón en un campo
Cosecha del melocotón en un campo (Cristina Fornós/ACN)
La salmonela es un género de bacterias que son una causa común de enfermedades transmitidas por alimentos. Esas bacterias se pueden encontrar en carnes, huevos y en frutas y vegetales contaminados. De hecho, las bacterias se encuentran en el tracto intestinal de muchos animales, que son excretadas en las heces. De ahí que sea tan importante tanto el tratar de evitar la contaminación como el seguir las normas básicas de higiene.
¿Puede comportar peligros comprar fruta cortada, cada vez más popular en nuestras fruterías y mercados? Preguntamos a varios expertos. “La venta de fruta pre cortada, envasada o no, está perfectamente contemplada en nuestra legislación”, apunta Juan Revenga, dietista nutricionista y biólogo (autor del blog “El nutricionista de la general”).
Hay que observar unas condiciones higiénicas y de manipulación muy escrupulosas”
JUAN REVENGA
Dietista nutricionista y biólogo
Hay que prestar más atención cuando la fruta no está envasada de forma hermética ni ha pasado por procesos de higienización industriales (ni está etiquetada, por ejemplo). Dos situaciones muy habituales: la fruta cortada de los buffets de desayuno en los hoteles, o las frutas en pequeñas bandejas tapadas con film o en vasos de plástico que podemos comprar en las fruterías.
“En esos casos hay que observar unas condiciones higiénicas y de manipulación muy escrupulosas. Todas las personas que participen en el proceso deben tener la certificación de manipulador de alimentos. Una salmonelosis se puede producir por un manipulador poco higiénico, que sea portador de la salmonella, vaya al baño y no se lave las manos después. Esto es un incumplimiento de la legislación”, apunta el nutricionista y biólogo.
Las frutas no deberían estar expuestas a temperatura ambiente, una vez cortadas”
LLUÍS RIERA
Director de SAIA, consultora de seguridad alimentaria
Además, según Revenga, “las frutas deben mantenerse en una cadena de frío. No deberían estar expuestas, una vez cortadas, a temperatura ambiente”, señala. Se permite que la fruta esté sin refrigerar en los establecimientos cuando tiene la piel que la protege.
Lluís Riera, director de SAIA, empresa consultora de Seguridad Alimentaria, también lanza algunas advertencias. “Las frutas, en el campo, están en contacto con los suelos, donde hay abonos y heces de aves. Por eso es muy importante la correcta higienización. A veces no se hace como se debería en la industria alimentaria, o se le da una vida demasiado larga”.
Si el melón o la sandía no se desinfectan bien antes de ser cortados, las bacterias de la corteza pueden pasar al interior
Sandías y Melones
Sandías y Melones (Quiqueron / Getty)
En las frutas ácidas, ese ácido proporciona al fruto una cierta protección ante los microorganismos. “Pero en el caso de frutas como el melón o la sandía, ese ácido no existe”, comenta el especialista en seguridad alimentaria. En el caso de frutas con cortezas muy gruesas esa capa exterior protege el interior. “El problema es si, antes de cortar el melón o la sandía, no se desinfecta bien y, una vez cortados, no se conservan en frío”. Las bacterias que puedan haber pasado del exterior al interior del fruto se reproducen mucho más rápidamente a temperatura ambiente. Así que, una vez la fruta está cortada, “es básico que no se rompa la cadena de frío”.
¿Qué pasa entonces con las sandías cortadas por la mitad, o a cuartos, envueltas en plástico, que durante todo el horario de apertura de los comercios están expuestas fuera de las cámaras frigoríficas? “No debería pasar nada siempre y cuando ese proceso se realizara de forma higiénica, pero yo si fuese el propietario del establecimiento, las tendría en refrigeración”, comenta Revenga.
Es importante lavar cualquier fruta antes de consumirla y usar guantes protectores siempre a la hora de escogerla en la frutería
Frutería
Frutería (ipopba / Getty)
Hay un par de advertencias importantes a los consumidores que no siempre seguimos: el lavado de cualquier fruta antes de consumirla y el uso de guantes de plástico cuando el comprador la escoge en las fruterías o supermercados. “Aunque estemos hablando de piezas enteras, es importante. Se trata de proteger al resto de consumidores. Si todos lo hacemos, todos estaremos más protegidos”.
¿Qué pasa con las lechugas embolsadas que vienen etiquetadas como “listas para su consumo”? En este caso es diferente. “Esta lechuga debería ser mucho más segura que la que limpiamos en casa, ya que es un producto de cuarta gama. Pasa por inspecciones sanitarias y un proceso de desinfección del vegetal que no hacemos en los hogares, poca gente pone lejía de uso alimentario en la lechuga. Si se respeta la fecha de caducidad y la temperatura, es mucho más seguro tomar lechuga envasada que una lechuga fresca”, explica Riera.

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