Los chimpancés también se saludan y se despiden con gestos y vocalizaciones como los humanos.
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Chimpancés y bonobos realizan gestos como tocarse, estrechar la mano y juntar las cabezas, o mirarse antes y después de jugar o acicalarse mutuamente
Esta es la primera vez que se observa este comportamiento en una especie distinta a la nuestra
Cuando nos encontramos con algún conocido, lo habitual es que primero nos saludemos y, tras hablar con él, nos despidamos con más o menos amabilidad. Como seres humanos, éste es un comportamiento social establecido que, de no hacerlo, sería considerado de mala educación.
Se creía que estas conductas eran exclusivas del ser humano porque nunca se había observado modos similares en otra especie. Sin embargo, cuanto más observamos a los grandes simios, más descubrimos lo mucho que se parecen a nosotros.
Los bonobos intercambiaban señales o miradas a modo de saludo antes de jugar en el 90% de los encuentros
Un nuevo estudio, liderado por la Universidad de Durham (Reino Unido) y publicado en la revista iScience, ha revelado el uso intencionado de señales por parte de algunas especies de simios para iniciar y acabar una interacción social.
Los autores del estudio analizaron un total de 1.242 interacciones en grupos de bonobos y chimpancés que viven en zoológicos. En ellas pudieron comprobar que con mucha frecuencia se establecía contacto visual y se comunicaba de una manera concreta antes y después de sus encuentros.
Por ejemplo, los bonobos intercambiaban señales o miradas a modo de saludo antes de jugar en el 90% de los encuentros. Los chimpancés hicieron lo mismo en un 69% de las ocasiones observadas.
Los gestos de despedida se produjeron incluso con más frecuencia que los de saludo. Entre los bonobos ocurrió un 92% de las veces y en el caso de los chimpancés un 86%.
Los gestos de despedida se producen incluso con más frecuencia que los de saludo entre chimpancés y bonobos
Entre las señales con las que se saludan y despiden los autores han especificado vocalizaciones, gestos como tocarse, estrechar la mano y juntar las cabezas. También han observado expresiones faciales o miradas antes y después de jugar o acicalarse mutuamente.
Los científicos también tuvieron en cuenta si los individuos que interactuaban en cada episodio eran cercanos socialmente o no tenían relación. En este caso observaron que como más estrecho era el vínculo entre los bonobos más corto era el saludo y la despedida. Este es un comportamiento habitual también en las personas cuando se reúnen con una persona con la que tienen confianza. En los chimpancés no se observó este comportamiento y los autores creen que puede deberse a el sistema de jerarquías establecidas que hay en los grupos de estos simios.
Como más estrecho es el vínculo entre los bonobos más corto es el saludo y la despedida. Un comportamiento habitual también en los humanos
Compromiso conjunto
Compartir las intenciones y trabajar juntos en un objetivo común da lugar a un sentimiento de obligación mutua que se conoce como compromiso conjunto.
Este compromiso conjunto, atribuido de forma exclusiva a los humanos, puede existir también en los grandes simios y prueba de ello son estos saludo y despedidas antes de compartir una actividad en común.
Compartir interacciones nos lleva a poder compartir objetivos, pero este compromiso conjunto podría no ser solo una cuestión humana
"Fuimos capaces de lanzar cohetes y aterrizar en la Luna porque tenemos la capacidad de compartir nuestras intenciones, lo que nos permite lograr cosas mucho más grandes que las que puede lograr un individuo solo”, afirma Raphaela Heesen, investigadora postdoctoral de la Universidad de Durham (Reino Unido). “Es decir, compartir interacciones nos lleva a poder compartir objetivos, pero este compromiso conjunto podría no ser solo una cuestión humana”, añade.
La idea de llevar a cabo esta nueva investigación surgió de un experimento previo. En él se observó que un grupo de niños protestaron cuando uno de los guías del experimento dejó de forma abrupta de jugar con ellos. Los pequeños intentaron volver a involucrarle en la acción ofreciéndole juguetes y reclamando con palabras y sonidos. Pero lo que realmente les llamó la atención es que se dio una situación similar entre dos bonobos que fueron interrumpidos mientras se acicalaban el uno al otro.
Heesen y sus colegas sintieron curiosidad por saber más sobre cómo y cuándo surgió el compromiso conjunto en el linaje humano. Pero, a diferencia de los científicos anteriores, Heesen y su equipo propusieron que el compromiso conjunto no se basa únicamente en el sentimiento de obligación entre dos participantes de cumplir una promesa compartida. En su lugar, también implica el proceso de establecer el acuerdo y decidir mutuamente después que el acuerdo se ha cumplido.
Eso significa que algo tan sencillo como establecer un compromiso de conversación con un contacto visual y un "hola" y luego señalar que una conversación está terminando con una señal o diciendo "adiós" podría ser un ejemplo de este proceso.
Heesen y sus colegas se propusieron comprobar si los grandes simios tenían un proceso similar de entrada y salida de la interacción, lo que, según ella y su equipo, demostraría el proceso de compromiso conjunto.
Será interesante estudiar en el futuro si este tipo de comunicación está presente en otras especies de simios
En cuanto a la comprensión del origen y la evolución del compromiso conjunto, este estudio es un paso más, pero Heesen afirma que aún queda mucho por hacer. "El comportamiento no se fosiliza. No se pueden desenterrar huesos para ver cómo ha evolucionado el comportamiento. Pero sí se puede estudiar a nuestros parientes vivos más cercanos: los grandes simios como los chimpancés y los bonobos. También será interesante estudiar en el futuro si este tipo de comunicación está presente en otras especies", concluye.