El cannabis ha llegado para quedarse, las grandes economías mundiales saben del potencial de este producto y son conscientes del enorme negocio que hay detrás de sus derivados, como el CBD. Una industria que ya mueve más de 2.000 millones de dólares en EEUU y que espera alcanzar los 20.000 millones en 2025, según la consultora especializada en cannabis BDSA.
Este derivado no psicoactivo del cannabis tiene un sinfín de usos, desde culinarios o cosméticos hasta médicos. Se trata de un componente básico de esta planta, el cannabidiol, que a diferencia de su primo hermano el TCH, tetrahidrocannabinol, no es un alterador del sistema nervioso. Este es el gran motivo por el que grandes empresas están detrás de este producto.
Sephora, Royal DSM, British American Tobacco, Nestlé o Altria, dueña de la marca Marlboro, entre muchas otras compañías, están llegando a grandes acuerdos para aprovechar el creciente interés que están mostrando los consumidores.
Las empresas no saben cómo introducir el CBD en sus productos
El CBD es legal en bastantes países, aunque cabe destacar que en muchos casos es por falta de regulación. En España, en concreto, poco a poco las tiendas a pie de calle están inundando los barrios, incluso varias personalidades del mundo de la música han comenzado a invertir en estos productos, como la empresa Keo Kush del conocido artista Kid Keo.
El problema es que el desconocimiento sobre este derivado es muy grande. Kelly Nielsen, vicepresidenta de BDSA, explica a Bussines Insider que ha trabajado con muchas de las compañías más grandes de productos de salud, belleza, bienestar, alimentos y alcohol y que todas se encuentran con el mismo problema: no saben cómo incorporar el CBD a sus productos.
En España, por ejemplo, el uso es prácticamente único: consumidores de cannabis no regulado que quieren encontrar un sustituto legal y no psicoactivo, además de estar incluido en algún cosmético o alimento procesado.
Es aquí donde aparece el problema, estas empresas son conscientes de que los consumidores están demandando productos con CBD, pero no saben si el resultado final va a estar a la altura de las expectativas del cliente, tal y como explica Nielsen. "Ese es un aspecto que la industria necesita vigilar muy de cerca", añade.
Las grandes compañías invierten en el CBD
Bussines Insider ha recogido algunos de los grandes acuerdos a los que se ha llegado recientemente. Una de las multinacionales de la salud y la nutrición más grande del mundo, Royal DSM, por ejemplo, ha liderado una ronda de financiación de 32 millones de dólares en Brains Bioceutical, una firma que produce CBD para uso farmacéutico. Del mismo modo, se ha asociado con Mile High Labs, un fabricante de Colorado, EEUU.
British American Tobacco, por su parte, ha liderado una inversión de 25 millones de dólares en Trait Biosciences, una startup tecnológica que estudia como introducir este componente en bebidas y alimentos. Asimismo, ha invertido 75 millones de dólares en Organigram, una empresa de Canadá, el principal país productor del mundo. Esta operación le permitirá distribuir productos derivados del CBD por todo Estados Unidos.
Molson Coors, la multinacional cervecera, lanzó el pasado mes de enero una línea de bebidas de CBD en EEUU, gracias a una asociación con una empresa canadiense, volviendo a mostrar la importancia del país vecino en la industria del cannabis.
Por supuesto, la chocolatera suiza, Nestlé, ha lanzado productos de CBD tanto en EEUU como en Europa. Del mismo modo, la industria del tabaco no iba a perderse la oportunidad de entrar en este mercado, Marlboro posee una participación significativa en el productor de cannabis Cronos Group.