- Musk, Zuckerberg, Branson, Dorsey u Omidyar, entre los más destacados
La renta básica universal se ha convertido nuevamente en materia de debate, más aún tras las declaraciones de Elon Musk, CEO de Tesla y segunda persona más rica del universo, en las que aseguraba que en el largo plazo será necesaria ante el avance imparable de los robots, como por ejemplo el Tesla Bot, con capacidad, como otros muchos, para realizar ciertas tareas en sustitución de los humanos.
"Hay una buena posibilidad de que terminemos con una renta básica universal debido a la automatización", dijo Elon Musk en una entrevista en 2016 a la CNBC. Un lustro más tarde, se reafirma en su argumento. "Esencialmente, en el futuro, el trabajo físico será una elección. Por eso creo que a largo plazo será necesario un ingreso básico universal", aseguraba durante la presentación del Tesla Bot.
Otro de los grandes defensores del sueldo básico universal siempre ha sido Mark Zuckerberg. Para el CEO de Facebook, "debemos tener una sociedad que mida el progreso no sólo por indicadores económicos como el PIB, sino por cuántos de nosotros tenemos un papel que consideramos significativo. Debemos explorar ideas como la renta básica universal para asegurarnos de que todos tengan un cojín para probar nuevas ideas", declaró durante un discurso en 2019.
Jack Dorsey, otro de los grandes multimillonarios, siempre ha mostrado su apoyo a este sistema con el objetivo de "cerrar la brecha de riqueza e ingresos, nivelar las desigualdades sistémicas de raza y género, y crear seguridad económica para las familias". Como muestra de ello, el CEO y fundador de Twitter anunció hace un año una financiación con 3 millones de dólares en un proyecto iniciado por un grupo de alcaldes en más de una docena de ciudades de Estados Unidos para probar programas piloto de renta básica universal.
Para Richard Branson, "habrá que experimentar con ideas como la de la renta básica en los próximos años". Para el empresario, que acabó con éxito su viaje espacial con su empresa Virgin Galactic, la clave en la financiación de esta medida sería la riqueza que genera la inteligencia artificial. "Si la inteligencia artificial crea mucha más riqueza, lo mínimo que el país debería poder hacer es que gran parte de esa riqueza creada garantice que todos tengan una red de seguridad", afirmó.
En la línea de Branson también se encuentra Sam Altman, presidente de Y Combinator. "Si cada vez más trabajadores van a ser reemplazados por robots, se necesitarán nuevas fórmulas para distribuir la riqueza", asegura, a la vez que considera que la manera de conseguir implementar con éxito esta medida es usando el dinero que generan la robótica y la inteligencia artificial. Para Altman, el problema es que no sabemos todavía si el dinero gratis hace más felices, creativas y productivas a las personas, o, por el contrario, les induce a quedarse en casa viendo la televisión y bebiendo cerveza.
Otro de los grandes millonarios que ha apoyado la renta básica universal, y que incluso ha participado donando dinero para uno de estos proyectos piloto, es Pierre Omidyar, fundador de eBay. Donó cerca de medio billón de dólares a través de su fundación a desarrollar GiveDirectly a un proyecto de renta básica para reducir la pobreza en Kenya.
El magnate Stewart Buttefield, cofundador de Slack, comentaba este año que la renta básica universal ayudaría a impulsar el emprendimiento. "No tiene que ser mucho, pero darle a la gente una pequeña cantidad a modo de red de seguridad desbloquearía una gran cantidad de espíritu empresarial. Si alguien no puede permitirse el lujo de correr riesgos, generalmente no los correrá", aseguró en su cuenta de Twitter.
Por último, Andrew Yang, un emprendedor tecnológico que se convirtió en millonario tras vender una de sus start-ups. Se presentó este año a las primarias para la alcaldía de Nueva York, pero sus resultados no fueron los esperados y decidió abandonar. Fiel defensor de la renta básica, Yang, que también lo intentó en las presidenciales como candidato demócrata, llegó a prometer pagos mensuales de 1.000 dólares en efectivo a todos los estadounidenses mayores de edad, en su iniciativa denominada Freedom Dividend (un Dividendo de Libertad).
"En total, el coste del Freedom Dividend será compensado por nuevos ingresos, ahorros fiscales y crecimiento económico", explicó Yang, además de una "reducción de los costes sanitarios, menores índices de encarcelamiento, menor número de personas sin hogar y un recorte de la burocracia".