Una isla de 29 kilómetros cuadrados, ubicada al norte de Lanzarote
"Uno de los pocos lugares de Europa donde no hay carreteras asfaltadas"
"Una isla ideal en la que poder olvidarse literalmente de los zapatos"
El Hierro, La Gomera, La Palma, Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote son las siete islas habitadas que conforman las Islas Canarias pero que pronto pueden ser ocho. Las autoridades administrativas de La Graciosa están trabajando para que esta pequeña isla sea reconocida como la octava isla habitada del archipiélago. El Senado aprobó esta semana por unanimidad este reconocimiento, solo falta que se modifique el Estatuto de Autonomía de Canarias para que la titularidad sea oficial, explica la concejal delegada en La Graciosa, Alicia Páez. "Lo del Senado fue un apoyo más, que es de agradecer, pero no es vinculante", añade. La moción llevada al Senado fue impulsada por el Consejo de la Ciudadanía y apoyada por todas las instituciones canarias.
La Graciosa es una isla de 29 kilómetros cuadrados que está habitada por unas 700 personas, agrupadas en dos localidades: La Caleta del Sebo, capital insular, y Casas de Pedro Barba. Ubicada al norte de Lanzarote -solo les separa un pequeño estrecho llamado El Río-, forma parte del archipiélago de Chinijo, un gentilicio local que significa pequeño. Actualmente, está agregada al municipio de Tenguise y tiene la condición de espacio protegido porque la mayoría de la isla está ocupada por el Parque Natural del Archipiélago de Chinijo.
La moción aprobada por el Senado, propuesta por el PP, expone la realidad administrativa de La Graciosa y habla de la importancia de que su población -tanto residentes como turistas- cuente con un buen funcionamiento de los servicios básicos para la conciliación de la vida en la isla con la conservación de sus extraordinarios valores naturales. El movimiento por conseguir este reconocimiento suma varios años de recorrido. El objetivo es que se cree una pedanía y que cuente con un presupuesto propio para que se puedan gestionar directamente los servicios públicos necesarios para los vecinos de La Graciosa.
La oficina de turismo de Lanzarote describe La Graciosa como la isla más desconocida de Canarias, la que más derrocha serenidad y "uno de los pocos lugares de Europa donde todavía no hay carreteras asfaltadas". Así, este organismo advierte que "esta isla no es un lugar para el turismo de masas, se trata de una isla ideal en la que poder olvidarse literalmente de los zapatos". La localidad de Caleta de Sebo es donde se encuentra toda la oferta de alojamientos que se basa en pensiones, casas para estancias prolongadas, apartamentos y zona de camping. El acceso a la isla es por mar, a través de líneas regulares de ferrys que salen desde el puerto de Órzola. La isla recibe una media de 25.000 turistas.
La naturaleza es el principal activo de La Graciosa. Los visitantes suelen realizar excursiones a los diferentes islotes del archipiélago de Chinijo. La oficina de turismo explica que es una oportunidad para admirar la belleza de un paisaje que "aun permanece intacto". También es obligado detenerse en alguna de las playas de estos islotes y disfrutar del espacio terrestre pero también de los fondos submarinos. Otra magnífica alternativa de conocer La Graciosa es hacerlo en bicicleta. "Existen senderos que conducen a los rincones más especiales de esta geografía exigua, senderos que hay que seguir sin desviarse de su trazado para evitar erosionar o deteriorar el terreno", explica la oficina de turismo.
La reserva marina
La isla de La Graciosa se enmarca dentro de la Reserva Marina del Archipiélago Chinijo. Con 70.700 hectáreas, es la mayor de Europa y está formada por los islotes de La Graciosa, Alegranza, Montaña Clara, Roque del Este, Roque del Oeste o del Infierno y el risco de Famara.
El entorno marino es uno de los más ricos y variados de Canarias. Se han catalogado 304 especies de macroalgas, hecho que convierte a esta isla en la de mayor índice de diversidad en macroalgas. Unos recursos acuáticos que explican la abundancia de aves marinas. La población más numerosa es la Pardela Cenicienta y entre las especies más raras se encuentra el Paiño Pechialbo, lechuzas y el Halcón de Leonor o Aleta.
Madrid
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