Miles de personas hacen cola durante horas frente a sus tiendas favoritas para hacerse con una fukubukuro ya que, usualmente, su venta es limitada.
Miles de japoneses esperan en largas colas durante horas al comienzo de cada Año Nuevo para hacerse con una preciada bolsa de papel que llaman fukubukuro.
Fukubukuro son "bolsas sorpresa" o "bolsas de la suerte" que básicamente contienen artículos misteriosos para el consumidor, desde ropa hasta comida, dependiendo de la tienda que las esté vendiendo.
Ese tipo de ventas se inició como una manera en que las tiendas en Japón se podían deshacer de su inventario antiguo al comienzo de cada año, pero ahora se ha convertido en una tendencia nacional.
"La emoción de no saber"
Las ventas de fukubukuro empiezan todos los años el 1 de enero y generalmente continúan durante la primera semana de ese mes o hasta que se agoten.
Para muchos japoneses el Año Nuevo no es lo mismo sin fukubukuro.
No se sabe exactamente como se inició la moda -hay múltiples versiones- pero una dice que empezaron a venderse a principios del siglo XX, cuando comenzaron a surgir los tiendas por departamentos en Japón.
La explicación es que las tiendas por departamentos buscaban cómo deshacerse del inventario antes del inicio del año nuevo, así que decidieron llenar bolsas al azar con los artículos que les sobraban y venderlas a un buen descuento.
Hoy en día, tiendas por departamentos por todo Japón, incluso las cadenas globales como Starbucks y Armani, participan en esta tendencia.
Sin embargo, las bolsas ya no se llenan aleatoriamente con sobras. Por lo general están repletas de artículos de alta calidad que costarían significativamente más si se compraran por separado.
El precio de las fukubukuro fluctúa desde un par de dólares hasta unos cuantos cientos.
Miles de personas hacen cola durante horas frente a sus tiendas favoritas para hacerse con una fukubukuro ya que, usualmente, su venta es limitada.
"[Comprar fukubukuro] es más o menos como una lotería", contó a la BBC Clark Lawton, un residente en Japón.
"Yo mismo he comprado fukuburos... es la emoción de no saber lo que está adentro, y también la posibilidad de conseguir algo más barato de lo que en realidad cuesta".
Cuestión de suerte
Cada año, los consumidores publican en las redes sociales las fotos de sus "botines" fukubukuro.
"¡Estoy tan satisfecha con la fukubukuro de este año!", escribió esta consumidora en Twitter. "Lo mejor es que el tamaño es perfecto".
Hasta los restaurantes y los cafés están vendiendo bolsas fukubukuro. Matt Barber describe en Twitter todos los comestibles que obtuvo diciendo: "Conseguí tantas cosas en esta bolsa de la suerte".
No obstante, algunos no se han sentido tan suertudos con sus fukubukuro y se han dedicado a vender los artículos online o intercambiándolos con amigos.
Ellos siempre podrán esperar al año entrante.
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