LUIS PAREJO
Por mucho que nos la intenten colar en redes sociales, estos zumos de verduras no sólo no ayudan a desintoxicarnos, sino que pueden causarnos problemas renales por su contenido alto en oxalatos
En la foto o en el vídeo, queda 'ideal' y 'muy inspirador'. Y el plan, en principio, resulta bastante seductor: «¡Si te bebes este licuado tan rico y nutritivo, vas a detoxificar tu organismo, quemar grasa, adelgazar y sentirte superbien!», proclaman.
El problema, sin embargo, viene al 'desvirtualizar' el 'tip' para descubrir que ese licuado verde milagroso, en realidad, suele estar bastante malo (por mucho que se le 'adorne' con especias y epítetos grandilocuentes), y que, además, no solo no es depurativo, sino que puede perjudicar, a largo plazo, nuestra salud.
"Es el típico tema que nos enfurece a los nutricionistas. Celebridades como Gwyneth Paltrow, Eva Longoria o Madonna e 'influencers' de 'vida sana' lo han puesto de moda en redes sociales y el problema no es que este tipo de gente los tomen, sino que hay mucha personas que se creen y siguen a pies juntillas sus presuntos consejos saludables sin informarse sobre las cualidades nutricionales reales que tienen y sus posibles efectos secundarios", asevera María Amaro, especialista en Nutrición.
Lo primero que habría que hacer es desmitificar ese 'rollito detox' que nos intentan colar. "La ingesta de licuados de verduras y frutas para, presuntamente, limpiar el organismo no tiene sentido. Estos zumos ni siquiera sirven para que nos beneficiemos de las propiedades de esos alimentos".
El tema tiene miga por la enorme repercusión que alcanza en las redes sociales. "'¡Me lo voy a tomar para desintoxicarme de los excesos!', anuncian sin pudor cuando es algo absolutamente falso", sentencia Amaro.
Aunque parezca una obviedad señalarlo, esta especialista nos explica que, para depurarnos, "nuestro cuerpo ya tiene unos órganos específicos que se encargan de esa función: los riñones y el hígado. Mientras que los primeros nos ayudan a eliminar los tóxicos que tenemos en la sangre -llegan a filtrar hasta 1.700 litros a diario- a través de la orina, el hígado hace lo propio con diferentes toxinas y agentes patógenos además de encargarse de metabolizar el alcohol o los fármacos".
Es decir, "no necesitamos ninguna bebida para desintoxicarnos y la mejor prueba de ello es que la especie humana ha llegado hasta la actualidad sin ellas".
En lugar de un zumo de verduras, María Amaro nos recomienda que "si lo que tenemos es una intoxicación real, lo que debemos de hacer es ir al médico y no ponernos a tomar licuados de espinacas porque es señal de que no está funcionando bien el hígado o los riñones".
Porque, aunque parezca un asunto baladí, estos licuados "no solo no son tan 'healthies' como nos los venden sino que pueden convertirse en el origen de problemas de salud, tal y como ha advertido la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) que ha vinculado su consumo con el aumento del número de pacientes diagnosticados con cálculos renales, cuyo número se ha duplicado".
Pero todavía hay más. Al contrario de lo que se dice, "si se utilizan como nutriente principal en una dieta drástica, favorece que haya una mayor acumulación de grasa y una pérdida de masa muscular".
Ni son mágicos, ni nos ayudan a adelgazar porque, tal y como nos recuerda Amaro, "sin una dieta adecuada con la que suministremos a nuestro cuerpo los nutrientes esenciales, nuestro organismo pierde agua y proteínas".
Al tomarnos un licuado, "nos estamos metiendo de golpe varias piezas de frutas o verduras -imposibles de ingerir de un tirón si estuvieran enteras- con el subidón de azúcar en sangre que eso conlleva. Si a esto le añadimos la reducción de calorías o los ayunos prolongados que suelen llevar aparejados este tipo de 'remedios détox', vamos a encontrarnos con picos altos de glucosa en sangre que activarán la generación de tejido adiposo".
A todo esto, habría que añadir un dato esencial: "Las frutas y las verduras tienen fibra soluble e insoluble, que es la que nos ayuda a ir de una manera más frecuente al baño y a limpiar nuestros intestinos. Sin embargo, las licuarlas, perdemos esa fibra tan valiosa, propiciando la absorción de azúcares. El vaciado gástrico, además, se hace más rápido con lo que los hidratos de carbono pasan antes al torrente sanguíneo, elevando los niveles de glucosa en sangre. El páncreas, para contrarrestar este efecto, eleva la producción de insulina, lo que activa la lipogénesis o lo que es lo mismo, el aumento de la producción de grasa".
¿QUÉ SON LOS OXALATOS?
Al hacernos licuados de espinacas, acelgas o remolacha, por poner tres ejemplos muy populares, "no solo nos estamos perdiendo sus propiedades originales sino que, además, su ingesta puede conllevar múltiples contraindicaciones".
¿Por qué? "Porque todos estos alimentos son ricos en oxalatos, sales que que interfieran en la absorción del hierro, del potasio o del calcio, entre otras cosas, y favorecen la aparición de cólicos nefríticos y otros problemas renales. Es más, en estudios como el realizado en 2013 por Jane E Getting 1, James R Gregoire, Ashley Phul, Mary J Kasten, se relaciona directamente el consumo de este tipo de zumos con una nefropatía por oxalato".
¿Qué hacemos entonces? "Si los cocinamos a la temperatura adecuada, logramos 'desactivar' en gran medida esa acción de los oxalatos. Por eso no eso, no es recomendable tomarlos crudos, ni en esas cantidades tan grandes como las que se utilizan para los licuados". Así que ya sabemos: más platos de espinacas rehogadas (que están buenísimas) y menos rollos.
GEMA GARCÍA MARCOS
Actualizado Lunes, 31 octubre 2022 - 03:26
https://www.elmundo.es/vida-sana/bienestar/2022/10/31/635b96abe4d4d82e748b45ba.html