Suplementos vitamínicos. (Getty)
Los mitos acerca de cómo proteger la piel y prepararla para el verano preocupan a los profesionales sanitarios. Además, recuerdan que tomar complejos vitamínicos y minerales sin control no es lo ideal
Llega el verano y también la fiebre por tomar complejos vitamínicos para acelerar el bronceado. Pero hay un problema, en gran parte de las ocasiones, la gente lo hace sin consultar a un nutricionista, un dermatólogo o al médico de cabecera y esto puede originar descompensaciones entre minerales y vitaminas.
"Realmente veo absurdo tomar suplementación para el bronceado, muchos de los antioxidantes necesarios, como el licopeno, los podemos obtener a través de un consumo elevado de frutas y verduras", cuenta a este periódico la dietista integrativa María Puntí. Aunque reconoce que en algunos casos sí que puede ser útil como "ayuda" extra: "Por ejemplo, podemos apoyar con unos 500 mg de vitamina C en caso de tener una alimentación desordenada y no querer acudir a un profesional. Ahí no lo vería una mala alternativa, pero sí que es verdad que también se puede pautar una exposición al sol lógica y responsable".
Sin embargo, los expertos alertan de la peligrosa desinformación que hay frente a la protección solar, práctica que puede conducir a comportamientos riesgosos. Según una nueva encuesta realizada por Ipsos para el Orlando Health Cancer Institute, que se ha publicado este miércoles, un 32% de los estadounidenses afirman que un bronceado hace que las personas luzcan más saludables. "No existe un bronceado saludable, la exposición solar solo es una manifestación visual del daño a la piel. Estamos luchando contra la percepción de una imagen positiva y beneficios para la salud de algo que en realidad tiene una realidad totalmente opuesta, que es que la piel bronceada representa un mayor riesgo de sufrir una enfermedad mortal", relata el cirujano oncológico del centro, Rajesh Nair.
Además, la encuesta revela que los mitos pueden alejar a los adultos jóvenes de los métodos probados para la prevención del cáncer de piel. Uno de cada siete menores de 35 años (el 14% de los encuestados), cree que el uso diario del protector solar es más dañino para la piel que la exposición directa al sol. Asimismo, casi una cuarta parte (23%) cree que beber agua y mantenerse hidratado previene las quemaduras solares.
Desde el Orlando Health Cancer Institute resaltan que los beneficios de los protectores "superan con creces cualquier riesgo conocido". Incluso, añaden que si la preocupación es por los químicos que forman parte de los ingredientes de un protector solar, se ha demostrado que los protectores solares minerales, como el óxido de zinc, ofrecen una barrera física contra el sol. "Son seguros sumados a ropa con protección SPF", explica el doctor Nair.
Zinc, hierro y cobre
Las vitaminas autobronceadoras y los mitos acerca de proteger la piel no son los únicos obstáculos con los que se encuentran los profesionales sanitarios. También hay desinformación acerca de otros complementos, según señala Puntí, como el zinc, el hierro o el cobre: "Hay que tener cuidado porque al final están todos en el cuerpo y si das mucho de uno, puedes provocar una depleción de otro". En el caso del zinc y el cobre tiene que haber una relación 16:1: "Si yo suplemento con 16 mg de zinc, necesitaré tomar 1 mg de cobre. Casi todos los suplementos para la piel llevan zinc".
Otro de los aspectos que trata la dietista es el riesgo de tomar varios suplementos que contengan los mismos elementos: "Hay que tener cuidado porque el complejo que te tomas para el pelo tendrá 10 mg de zinc, el de la tiroides otros 10, el multivitamínico 10 más… y así vas sumando hasta que acabas teniendo un déficit de cobre". Lo mismo ocurre con el hierro: "Ahora hay muchos anuncios que prometen aumentar tus niveles de energía. Y claro, el hierro es un mineral que oxida muchísimo en grandes cantidades. Entonces, si tú tienes fatiga por otra causa que no es déficit de hierro y aun así lo tomas y te excedes, el hígado no es capaz de eliminarlo fácilmente. Esto puede provocar problemas digestivos y oxidación a nivel celular".
Igualmente, las vitaminas liposolubles —A, D, E y K— se encuentran en muchos de los suplementos y, en altas dosis, se acumulan en la grasa: "El problema sería, sobre todo, para las personas con obesidad. Si toman más cantidad de la recomendada pueden tener problemas de bioacumulación que llevarían a vómitos, mareos, náuseas o fatiga por una hipervitaminosis".
Vitamina C
No obstante, con las vitaminas hidrosolubles (que se disuelven en el agua), como son la C y la B, no habría tal problema. "Se eliminan muy fácil y por eso son menos problemáticas. Como apunte, si tienes problemas renales y tomas vitamina C, sí que puede existir más riesgo de que se formen cálculos", confiesa la experta.
En cuanto a la interacción de los suplementos con los medicamentos, Puntí indica que es importante comprobar que no existan contraindicaciones. "A nivel hormonal, es muy típico tomar hierba de San Juan y puede reducir la eficacia de los anticonceptivos. También algunos complejos vitamínicos te pueden alterar los niveles de TSH en las analíticas de sangre. Entonces, siempre que vayamos a hacer un análisis de sangre, habría que retirar todos los suplementos al menos cinco días antes", aclara.
Magnesio, calcio y colágeno
Acerca del magnesio, la dietista asegura que es el mineral más "seguro" siempre y cuando se respete la dosis diaria: "Quiero insistir en la acumulación porque la gente no se toma un solo, muchas veces se toma varios. Un exceso de magnesio puede tener efectos laxantes y causar problemas de hinchazón".
Respecto al calcio, ingesta típica en personas mayores, también alerta de los riesgos que puede tener: "Un superávit de calcio puede depositarse en las arterias y se puede relacionar con la rigidez arterial. Especialmente si estamos en estado de inflamación en el que podemos tener las arterias ya inflamadas. Es mejor darlo a través de la dieta y evitaría su suplementación. En caso de no consumir leche, se puede obtener de muchas otras fuentes, como los vegetales".
En cuanto al colágeno, la dietista sostiene que es mejor una buena suma de vitamina C con K, hacer deporte, consumir suficientes proteínas, fruta y verdura para ayudar a formarlo, que tomarlo mediante suplementos. "La mayoría de gente que tiene osteoporosis, no viene por falta de calcio, sino precisamente por una mala dieta. La inflamación crónica provoca una mala formación de colágeno", apunta.
Asimismo, comenta que introducir los minerales a través de la alimentación aumenta la biodisponibilidad, la velocidad y cantidad con la que los nutrientes se absorben y se hacen disponibles en su lugar de acción. "Si consumimos el omega-3 por el pescado directamente, mostrará una mayor absorción de esas grasas porque van acompañadas de otros lípidos que ayudan a esa absorción. Las vitaminas y minerales en su forma natural tienen una mayor disponibilidad que en forma de suplemento", concluye.
Mitos acerca de la suplementación
Por último, Puntí anota que, en general, la población tiene miedo a algunos suplementos, como la creatina o la proteína en polvo. "Se relaciona con los anabolizantes y se tienen mal considerados, pero en absoluto, yo uso mucho la proteína en polvo y también gente que no es ni deportista. Es como si coges el pollo, extraes la proteína y la metes en un bote. No es peligroso si no lleva otros componentes. La gente tiene miedo porque salieron estudios de productos enfocados a la quema de grasa con ingredientes que provocaban problemas de hepatotoxicidad y se han ganado la fama por eso. Es una buena herramienta para gente que va muy liada o que come pocas veces al día. Hay que tener cuidado con los quemagrasas porque absolutamente ninguno sirven para nada y suelen llevar taurina o cafeína y te van a poner más nervioso que otra cosa. Para quema de grasa: ejercicio físico, déficit calórico y mantener la inflamación controlada", expone.
Otro de los mitos que la experta quiere desmontar es el pensamiento de que con un multivitamínico se cubren todos los déficits: "Realmente es más inteligente detectar qué nutrientes te faltan. Es más importante revisar la dieta que tomarte un multivitamínico a la brava. Además, muchas veces te vienen en forma de gominola con azúcar o edulcorantes añadidos que te pueden provocar problemas digestivos. Solo lo vería adecuado en dietas restrictivas".