martes, 19 de noviembre de 2024

Por qué las empresas fichan a jefes con rasgos psicópatas aunque saben que no es buena idea



Jefes psicópatas. (Pixabay)



Muchos estudios demuestran la cantidad de altos directivos que poseen rasgos psicopáticos, de hecho, alguno señala que hay tres veces más psicópatas en los puestos ejecutivos




Los psicópatas se están haciendo líderes del mundo. Y lo peor de todo es que hemos sido nosotros quienes los hemos puesto ahí. "Todavía hay muchas organizaciones que, desconocedoras de lo que es la psicopatía, fichan a los psicópatas sin saberlo porque les gusta lo que ven, gente que "parece" ser muy segura y que tiene claro cómo mejorar la cuenta de resultados".

Así lo asegura Vicente Garrido, doctor en psicología y autor del libro El psicópata integrado en la familia, la empresa y la política. Si piensas que tu jefe es un demente, puede que no sean alucinaciones tuyas. Hay muchas investigaciones que te dan la razón al sacar a la luz la cantidad de psicópatas en los cargos de alta dirección en el mundo.

En Australia, la investigación Características de la personalidad psicopática entre poblaciones de alto funcionamiento, del psicólogo forense Nathan Brookes de la Universidad de Bond, revela que el 21% de 261 líderes mostraban rasgos psicopáticos. Entre ellos, la incapacidad de empatizar, la superficialidad y la falta de sinceridad. "Los rasgos narcisistas como la escasa empatía, la sensación de grandiosidad y la desconsideración por las necesidades de los demás se solapan con algunas cualidades sociales muy apreciadas en los ámbitos de poder", describe José Luis Carrasco, catedrático de psiquiatría y jefe de la Unidad de Trastornos de la Personalidad del Hospital Clínico San Carlos.

"Ser ambicioso, individualista, desprovisto de compromisos interpersonales, implacable, sin restricciones morales como la honestidad o la palabra dada y sin miramientos culposos ante las debilidades de los otros, facilita el camino a la cúspide. Si además son psicópatas, disfrutarán sintiendo el temor e incluso el sufrimiento de los otros por su poder", detalla el psiquiatra.


El 21% de 261 líderes mostraban rasgos psicopáticos, como la incapacidad de empatizar, la superficialidad y la falta de sinceridad


El estudio de Psicopatía corporativa: hablar del camino aumenta aún más la cifra al descubrir que hay tres veces más psicópatas en puestos ejecutivos o de CEO que en el resto de la población. "Existe una gran cantidad de literatura sobre el importante papel de la psicopatía en el sistema de justicia penal. Sin embargo, sabemos mucho menos sobre la psicopatía corporativa y sus implicaciones, en gran parte debido a la dificultad para obtener la cooperación activa de las empresas", cita.

El resultado de este informe firmado por Paul Babiak, Craig S. Neumann y Robert D. Hare enseña que la muestra corporativa tuvo más participantes con puntuaciones altas en psicopatía que la muestra comunitaria (la psicopatía no se asoció con ninguna de las variables demográficas, edad, sexo o educación). En palabras del estudio, "curiosamente, algunos con psicopatía muy alta fueron candidatos de alto potencial y ocuparon puestos de alta dirección: vicepresidentes, supervisores o directores. Esto respalda el argumento de que algunos individuos psicópatas logran alcanzar un alto estatus corporativo".

Asimismo, en el libro La sabiduría de los psicópatas (The Wisdom of Psychopaths), del profesor y psicólogo Kevin Dutton, recogido por El Confidencial, se mantiene que existen unas profesiones más proclives que otras a la aparición de psicopatías. Así, los CEO son el puesto o la profesión donde, según el autor, existen más psicópatas.

"Entre los directivos de las grandes empresas, como también en los cargos de dirección de cualquier organismo, hay una proporción mayor de personas con rasgos narcisistas que en la media de la población", incide Carrasco. "Esto es esperable hasta cierto punto, porque el narcisismo conlleva, a menudo, una combinación de ambición de poder y de falta de escrúpulos. Algunos de ellos tendrán incluso rasgos psicopáticos, que definen a los narcisistas que son además implacables y hasta crueles. Se podría decir que el narcisista puede cerrar los ojos ante las injusticias y el mal con tal de subir en el escalafón. El psicópata además disfruta con ello".

Ya lo comentaba la periodista Marta García Aller en el pódcast 'Pausa' de El Confidencial. "No puede ser casualidad que se haya estudiado que haya tan alto porcentaje de psicópatas entre los consejeros delegados y los altos directivos en las grandes empresas", preguntaba García Aller, a lo que el psiquiatra responde: "Es un hecho que la personalidad de tipo narciso psicopático es bastante común entre los altos directivos porque cumplen los estándares para ir subiendo: falta de escrúpulos o ser implacable. Si tienes que pisar, pisas y si tienes que mentir, mientes".



Garrido explica que "los psicópatas, dependiendo de su capacidad y circunstancias vitales, pueden depredar tanto a multinacionales como a medianas y pequeñas empresas. Entonces, si son hábiles en su capacidad de manipular y engañar a ciertas personas clave de la organización, en un plazo de tiempo relativamente corto, pueden obtener un gran premio, algo que no podrían lograr en otras situaciones laborales, donde los méritos y los logros no pueden falsearse fácilmente".

"Los psicópatas tienen habilidades especiales para fingir que son personas íntegras y comprometidas, para falsear su historial laboral y, lo que es más importante, para conseguir el favor de determinadas personas que les sirven como puente para obtener un puesto e ir ascendiendo (si no consiguen el puesto que anhelan de forma directa). En el camino hacia la cumbre pueden dejar muchos "cadáveres" en forma de rivales a quienes han podido calumniar o indisponer mediante mentiras o bulos con sus superiores. Una vez en el poder, buscarán apoyarse en acólitos para alienar a quienes se oponen a sus prácticas, neutralizando las quejas que puedan presentar a sus superiores, en caso de que ellos no sean los responsables últimos. Todo esto, como es lógico, causará diferentes grados de estrés en quienes se les oponen, lo que perjudicará la calidad de funcionamiento de la empresa", contempla Garrido.

Brian Klaas, profesor de ciencia política en el University College de Londres, explicó que algunos líderes llegan al poder porque se sienten atraídos hacia él por un impulso psicopático. En su publicación en el diario Daily Mail, menciona que "los narcisistas ávidos de poder buscan activamente posiciones que les den control sobre los demás" y que, "sin duda, este tipo de personas parecen estar bien representadas en puestos de liderazgo, desde los más altos cargos del Estado hasta los puestos más bajos de la dirección de las empresas". Además, un psicópata critica y alaba más que otras personas.


"Los narcisistas ávidos de poder buscan posiciones que les den control sobre los demás"


No obstante, Garrido recuerda que "el modelo de directivo de éxito" está alejado de esta imagen despiadada. "El mejor directivo es el que logra que exista un clima laboral positivo, donde impera la filosofía de que el cuidado de las necesidades de los empleados es el factor clave para conseguir los mejores resultados. Y por esto ha de entenderse que se busca prestar unos servicios o productos de calidad, sin engañar o estafar a clientes o consumidores".

La razón por la que parece que un psicópata es un buen directivo, explica Garrido, es porque los responsables de contratarlo confunden ciertos atributos deseables de un buen directivo con ciertos atributos del psicópata que, lejos de ser lo mismo, son claramente disfuncionales. De ahí, insiste, que sea tan necesario que el departamento de RRHH esté familiarizado con los rasgos de la psicopatía, y disponga de los conocimientos necesarios para detectarlos en los procesos de selección.

En resumen, hay abundante investigación que señala al directivo opuesto al psicópata como el líder más eficaz, quien se toma en serio la responsabilidad que tiene su empresa de cumplir con los términos de calidad que definen la excelencia en el trabajo. "Un psicópata como directivo es siempre un 'mal negocio' para una empresa. Si no, llevará la empresa al caos", sentencia Garrido.