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Para entender en su conjunto el significado y lo que representa Orbit, la torre que simbolizará los próximos JJOO de Londres 2012, habría que remontarse a hace apenas un lustro. En ese momento, Arcelor era el mayor gigante siderúrgico del mundo. Fruto de la fusión de la compañía española Aceralia, la luxemburguesa Arbed y la francesa Usinor, el grupo lideraba el mercado de forma aplastante, incluso con algo de soberbia.
Una prepotencia que le impidió ver la realidad: existía un multimillonario de procedencia india que, poco a poco, iba ganando terreno a Arcelor comprando empresas siderúrgicas y minas en países emergentes. Los directivos de Arcelor -muchos de ellos todavía están en la compañía- en vez de preocuparse por la nueva amenaza que se cernía sobre ellos, se reían de él y lo tildaban de loco. Pero su sonrisa se desvaneció cuando Lakshmi Mittal lanzó una opa sobre el gigante siderúrgico europeo y acabó comprándolo para convertirse en el rey del acero y fundar el grupo ArcelorMittal.
Paralelamente en el tiempo, algo parecido ocurría en la City, el distrito financiero por excelencia para cerrar negocios en Europa. Londres miraba con recelo la llegada de un empresario con ascendencia india, una de las históricas ex colonias del imperio británico, que vivía en una megamansión y era capaz de gastarse 60 millones de dólares en la boda de su hija Vanisha.
Incluso, estuvo implicado en el caso Mittalgate, en el que se dijo que Tony Blair llegó a interceder por él en un acuerdo empresarial con el Gobierno rumano como agradecimiento a los dos millones de libras que había donado a su partido, el Laborista.
El emblema de los JJOO de Londres de 2012
Pero ahora todo eso ha cambiado. Lakshmi Mittal es uno de los hombres de negocios más respetados. Seguro que ser el quinto empresario más rico del mundo -según la lista Forbes- también ayuda, pero lo cierto es que el ejemplo de gestión de ArcelorMittal es un referente que comienza a dejar huella, ya que la compañía ha sabido autoabastecer su negocio en un alto porcentaje para no depender del precio de la materia prima, una de las grandes espadas de Damocles que penden sobre el negocio siderúrgico.
Quizá por ello, Mittal ha querido ir más allá y ser agradecido con la ciudad que ahora reconoce su éxito. ¿Y qué mejor manera que inmortalizar su imperio siderúrgico con el emblema de los JJOO de Londres de 2012? Dicho y hecho. El empresario tuvo sus primeras conversaciones en 2009 con Boris Johnson, alcalde de Londres, aprovechando el Foro Económico Mundial de Davos. Posteriormente, se puso en marcha el concurso, que fue ganado por el arquitecto Anish Kapoor, también compatriota de Mittal, con la colaboración de Cecile Balmond.
Para la construcción de Orbit, que ha supuesto una inversión de 22,7 millones de libras (26,6 millones de euros) -de los cuales el magnate indio ha asumido 19,2 millones de libras- Mittal puso en marcha la misma coherencia en la gestión del proyecto que aplica en su imperio siderúrgico, una práctica filosofía que puede ser la respuesta a cómo una inversión pequeña sobre el papel puede dar como resultado un proyecto así.
La materia prima del trabajo, 2.000 toneladas de acero, la proporcionan varias fábricas del grupo, como la factoría de Esch-Belvarl (Luxemburgo), para la estructura de los cimientos, y la planta española de Sestao, que suministra tubos.
El acero se transforma en piezas de tubos soldados que se arman en la planta de Watson, en Bolton, y que van dando forma a esta pionera estructura de 115 metros de altura, cuya forma desafía las leyes de la gravedad. ¿Se convertirá Orbit en la Torre Eiffel del Siglo XXI? Puede que ese fuese el sueño del magnate cuando pensó en su Torre Mittal.
Por Miguel Ángel Gavira from eleconomista.es 28/02/2011
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