lunes, 4 de junio de 2018

Llevas toda la vida comiendo mal la pizza sin saberlo: es hora de que aprendas

Foto: Pizza de tomate, ajo y albahaca.
Pizza de tomate, ajo y albahaca.



La mayoría de la cocina internacional llega a nuestras fronteras parcialmente distorsionada, alejándose así de la auténtica receta tradicional


Comer pizza puede resultar más complicado de lo que parece. Cualquier español amante de esta suculenta receta italiana comienza el ritual calentando la pizza en el horno, para después dividirla en porciones triangulares. Pues bien, este camino hacia el paraíso que tantas veces hemos recorrido es, en realidad, una burda falsificación y una ofensa constante al país que tantas alegrías nos ha brindado con su recetario tradicional. Es hora de aprender, de una vez por todas, a comer pizza correctamente.

La cocina italiana, la más perjudicada

Si existe una cocina internacional totalmente asentada dentro de nuestras fronteras, esa es la italiana. Pasta, pizza, lasaña, risotto, capuccino... Seguramente, la mayoría de estos platos forman parte del menú semanal del español medio. Su versatilidad e increíble sabor los han convertido en un habitual de nuestra cocina. Sin embargo, esta estrecha relación nada tiene que ver con la auténtica cultura italiana.

Pizza dividida en porciones triangulares.
Pizza dividida en porciones triangulares.
¿Sabías, por ejemplo, que los italianos no dividen la pizza en porciones? ¿Y que los espaguetis a la boloñesa no existen? Ni siquiera algo tan sencillo como cocer la pasta lo hacemos bien. No es de extrañar que el país del arte, la arquitectura y, por supuesto, la gastronomía se tire de los pelos con nuestra conducta. "El concepto que tienen los españoles sobre la cocina italiana es erróneo", reivindican desde la Asociación de Restauradores Regionales Italianos en España al medio 'Feedback Today'. Bajo esta premisa, ¿cuáles son los errores que más cometemos?
  • El cortapizzas, mejor en la basura. Olvídate de cortarla en triángulos y sujetarla por el borde, porque la auténtica pizza napolitana hay que doblarla por la mitad en dos ocasiones, hasta que los cuatro triángulos queden apilados uno encima de otro. De esta forma, se asegura que los ingredientes permanezcan en su sitio y que con un solo bocado probemos cada uno de ellos.
  • En la sencillez está el gusto. La receta tradicional reduce los componentes de la pizza a la mínima esencia, mientras que nosotros le echamos todos los extras que encontremos en la nevera. De hecho, algunas de las variedades más populares, como la pizza carbonara, en Italia resultan toda una innovación. Otro motivo de debate es el estado de la masa. Aquí creemos que cuánto más crujiente esté la base, mejor estará hecha la pizza. Nada más lejos de la realidad.

    ¿Sabías que los italianos no dividen la pizza en porciones? ¿Y que los espaguetis a la boloñesa no existen?
  • La pasta, otro gran problema. Como ya hemos visto anteriormente, ni siquiera sabemos cocer la pasta. No hace falta echar aceite de oliva, ni enjuagarla con agua fría y mucho menos ocultar el plato en una tonelada de queso rallado. Además, los expertos recomiendan reservar al menos una pequeña cantidad del agua de cocción, esa que tiramos por el desagüe a través del colador. Con ella se puede dar cuerpo a la salsa sin prescindir de su sabor.

Otros errores culinarios

No es un secreto que, al llegar a España, muchas culturas intentan occidentalizarse para encajar mejor entre los nativos. Un ejemplo perfecto de dicha 'transformación' es la comida china. A la hora de ir a uno de sus restaurantes, el rollito de primavera, el cerdo agridulce o el arroz tres delicias son siempre una elección asegurada. Sin embargo, ningún inmigrante chino acudirá a este tipo de locales a disfrutar de un festín, ya que la carta nada tiene que ver con la de su ciudad natal. Lo primero es que el arroz se toma solo y casi siempre como acompañamiento; los fritos son un alimento esporádico, a pesar de lo que nos hacen creer en los bufets, mientras que el esponjoso pan chino que todos conocemos ni se acerca a la forma de churro y el sabor salado del original.

Piezas de sushi y salsa de soja.
Piezas de sushi y salsa de soja.
La cocina japonesa también lleva a equívocos. Para empezar, olvida esas largas sesiones de aprendizaje sobre cómo coger los palillos, pues en realidad no hace falta utilizarlos. En el país nipón se come con las manos y cada pieza se coge desde la parte inferior, es decir, paralela a la mesa. Volviendo al arroz, en Japón no suelen ahogarlo en salsa de soja, esta está reservada exclusivamente para el pescado. Y en cuanto a la bebida, nada de cerveza, refrescos o vino blanco, el mejor maridaje es una buena taza de té.
¿Y qué pasa con el plato más controvertido de todos? ¿Comemos el kebabcorrectamente? Para nada. De hecho, ni siquiera se llama kebab, sino döner. El kebab original es una especie de brocheta de carne de cordero, verduras y especias (de hecho, kebab significa cordero). Volviendo al plato que todos conocemos, en Turquía apenas lleva salsa, un condimento que aquí han optado por incluir para disimular el sabor de la carne.
Recordemos que la mayoría de restaurantes no utilizan carne de ternera y cordero como deberían, sino una mezcla con leche, pimienta, aceite de oliva, agua de cebolla y sal. Por último, y no menos importante, el pan que rodea la mezcla en nada se asemeja a las tortillas de trigo a las que estamos acostumbrados. Este debe ser mucho más fino, casi traslúcido, para no ocultar el sabor de los ingredientes.

Verónica Mollejo

03/06/2018

https://www.alimente.elconfidencial.com/consumo/2018-06-03/comer-mal-pizza_1571867/

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