A la izquierda, las Cataratas Victoria como deberían estar en esta época; a la derecha, como están en la actualidad. (Reuters)
Una de las grandes maravillas del mundo se ha visto afectada gravemente por el cambio climático y, desde Zambia y Zimbabue, se teme que pueda ser un efecto definitivo
Las Cataratas Victoria pueden presumir de ser uno de los grandes espectáculos de la naturaleza. Considerada como una de las grandes maravillas naturales del mundo, la impresionante vista que ofrece este accidente geográfico en el que millones de litros de agua caen al mismo tiempo lo han convertido en un lugar único... pero, ¿han llegado a su fin para siempre? Por primera vez en lo que va de siglo, se ha quedado con un hilillo de agua.
Ubicadas en la frontera entre Zambia y Zimbabue, el salto de agua del río Zambeze puede presumir de ser uno de los lugares más impresionantes de todo el planeta. No en vano, se trata de una monumental catarata que tiene 1,7 kilómetros de largo, con una caída que llega a alcanzar los 110 metros en sus puntos más altos. La velocidad del agua y la potencia de su caída lo convertía en un espectáculo que, a día de hoy, es imposible de ver.
La mayor sequía en lo que va de siglo ha provocado que las Cataratas Victoria se queden prácticamente secas, solo cayendo un pequeño hilo de agua por algunas zonas muy concretas. Aquel espectáculo visual y sonoro que conquistaba a todo aquel que lo contemplaba se ha silenciado por completo, después de que se haya reducido el volumen de agua a unos niveles sin precedentes, convirtiéndose en un pequeño riachuelo muy alejado de su esplendor.
Se trata de la mayor sequía del siglo XXI, alcanzando el punto más bajo de volumen de agua desde 1995 y estando muy por debajo del promedio del resto de año. La devastadora vista ha llenado de preocupación a las autoridades de Zambia, que esperan que se trate solo de algo puntual y que pueda recuperar toda su grandeza en solo unos meses. Pero el miedo va más allá: se teme que, un día, se seque para siempre y las cataratas queden en un lejano sueño.
Tal era el esplendor de agua que caía habitualmente por las Cataratas Victorias que los expertos habían llegado a contabilizar que, cada segundo, se llegaban a evaporar 437 millones de metros cúbicos de agua. Sin embargo, ahora en muchas partes de este monumento natural tan solo se ve roca y el agua brilla por su ausencia. "Esto es un crudo recordatorio de lo que el cambio climático está haciendo a nuestro medio ambiente", señaló Edgar Lungu, el presidente de Zambia.
El principal problema al que se están enfrentando en África es que la sequía está dejando sin acceso al agua potable a unos 45 millones de personas, pues durante muchos meses no se producen lluvias, mientras que estas se concentran en muy corto periodo de tiempo, lo que hace imposible almacenar todo ese agua. Por si fuera poco, Zambia y Zimbabue están sufriendo graves cortes de luz, ante la falta de abastecimiento de sus centrales por la escasez de agua.
Algunos científicos piden calma ante esta situación, pues insisten en que los datos hay que compararlos en décadas y no por años en concreto, por lo que la sequía podría ser cíclica y no como consecuencia del cambio climático. Estos expertos consideran que es muy probable que los próximos años sean más secos, pero confirman que no necesariamente significa que sea una modificación definitiva. Es posible que las cataratas recuperen los niveles de agua a los que está acostumbrada.
Sin embargo, existe miedo a que las Cataratas Victoria se sequen para siempre: "Esa es una posibilidad real. Si miras los modelos climáticos de hace dos semana, caían 87 metros cúbicos por segundo, cuando en torno a esta época del año debería de estar alrededor de los 300", explica Elisha Moyo, del ministerio de Ambiente de Zimbabue a 'BBC'. El silencio se ha apoderado de la zona: las cataratas Victoria se han quedado sin agua. Quién sabe si para siempre.
AUTOR
RUBÉN RODRÍGUEZ 11/12/2019
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