- FOMO hace referencia al impulso por quedarse fuera de una inversión
- FUD, cuando alguien intenta sembrar la duda sobre la viabilidad de un proyecto
"La clave del éxito comercial es la disciplina emocional. Si la inteligencia fuera la clave, habría mucha más gente ganando dinero comerciando", es una frase de Víctor Sperandeo, famoso trader de Wall Street y, entre otros trabajos, autor de libros sobre negociación. En esta línea piensa también Ray Dalio, multimillonario y uno de los mayores gestores de fondos de cobertura, al creer que "al controlar tus emociones empiezas a ver cosas a un nivel superior".
En el mundo de los mercados, existen múltiples emociones, sentimientos o impulsos, más allá del miedo, la codicia o la impaciencia, que en cualquier momento pueden presentarse cuando alguien se enfrenta a ellos. Por esto, es imprescindible mantener la cabeza fría cuando se decide invertir. "Los mercados financieros están diseñados para transferir dinero del impaciente al paciente", reza una de las célebres frases de Warren Buffet.
Con todo esto, existen dos conceptos que pueden aplicarse al ámbito de las inversiones, como sucede a menudo con las criptomonedas, o también en la economía o en cualquier faceta de la vida. El primero de ellos es el, FOMO (Fear Of Missing Out, es decir, "miedo a perdérselo" o "miedo a dejarlo pasar") y el segundo es el FUD (Fear, Uncertainty and Doubt, en español, "miedo, incertidumbre y duda"). El hilo común de estos factores emocionales y basados en el miedo afectan a los operadores en el mercado de las criptomonedas (y en otros mercados también).
El miedo a perder el tren puede provocar una mala toma de decisiones por parte del inversor
FOMO hace referencia al impulso que muchos sienten por quedarse fuera, en este caso, de una compra o inversión. Y esto es algo que está ocurriendo con las criptomonedas. Ese miedo a perder el tren puede provocar una mala toma de decisiones por parte del inversor. Provoca que el inversor entre a destiempo en los mercados porque ve el precio subir y subir, y entonces comienza a perseguirlo. Es algo que nunca debe hacerse, pero cuando la emoción se apodera de la razón incluso los errores más infantiles aparecen como por arte de magia.
Las personas que se dejan llevar por el FOMO menosprecian los remordimientos de tomar una decisión equivocada. Este concepto, extrapolado a otros comportamientos o situaciones, provoca que, por ejemplo, veamos del tirón una serie en una plataforma televisiva para no perdernos en las conversaciones a la hora de comentarla, que vayamos al restaurante de moda para subir nuestra opinión a Tripadvisor, o que queramos ser los primeros en hacernos con ese nuevo gadget.
FUD es una práctica poco ética, vinculada a la posverdad y las fake news
En cambio, FUD, que podría definirse como la cara opuesta al FOMO, sucede cuando se vierten informaciones controvertidas que siembran temor a la hora de invertir, no sólo en mercados tradicionales, sino en el ámbito de las criptomonedas. Algo que se puede observar en la película 'Mary Poppins', cuando el pequeño Michael reclama sus dos peniques al banco y el resto de clientes lo escuchan. Su insistente reclamación hace creer a los otros clientes que el banco ha quebrado y se niega a devolverles sus ahorros. Es un claro ejemplo de cómo el miedo, la incertidumbre y la duda por no recuperar sus ahorros hacen que todos los clientes reclamen la devolución de su dinero.
FUD es una práctica poco ética, vinculada a la posverdad y las fake news, y que en la actualidad se utiliza, por ejemplo, en el marketing y en la política. La primera vez que se define este término fue en 1970, cuando Gene Amdahl abandonó IBM para montar Amdahi Corp y hacerles la competencia. En ese momento, los vendedores de IBM se dedicaron a infundir miedo, incertidumbre y duda sobre los clientes que podían tener en mente consumir productos de Amdahi Corp.