Alguna vez la clase media fue considerada el motor de Estados
Unidos, pero desde la recesión muchos de ellos se encuentran en apuros.
Entre ellos, Judy y Richard Gassman, quienes viven en el barrio adinerado
Adams Farm, en Greensboro, Carolina del Norte. Richard, un ingeniero electrónico
con maestría, perdió un empleo bien pagado hace dos años. Y no ha podido
encontrar trabajo desde entonces.
"En este momento, estamos endeudados y lo vamos a estar hasta que encuentre
un trabajo", explica Richard.
"No estoy pagando el seguro de salud. No lo tengo. Lo perdí cuando me quedé
sin empleo".
Y eso no es todo lo que han perdido. Se están preparando para dejar la casa
que ha sido su hogar durante 17 años. Van a ser desalojados.
"Nunca pensé que iba a perder mi casa de esta manera", dice Judy.
La espiral descendente en las finanzas de los Gassman los ha dejado en una
situación precaria, que llega en un momento de creciente preocupación por la
desigualdad en los ingresos y sus efectos en la reducción de la clase media en
EE.UU.
Uno se lleva todo
Durante gran parte del siglo pasado, EE.UU. creció con la idea de que los
beneficios económicos deben ser ampliamente compartidos. Se supone que es la
tierra de las oportunidades. Pero Alan Krueger, presidente del Consejo de
Asesores Económicos del presidente Obama, cree que las cosas empezaron a cambiar
en la década de 1980.
"Cada vez más nos estamos convirtiendo en una economía donde el ganador se lo
lleva todo", dijo Krueger en un discurso reciente.
"En las últimas décadas, el cambio tecnológico, la globalización y la erosión
de las instituciones y las prácticas que sustentan la prosperidad compartida en
EE.UU. han puesto a la clase media bajo una creciente presión".
Durante las últimas tres décadas, los estadounidenses más ricos han visto
cómo sus ingresos aumentan mucho más rápidamente que los de la clase media. Este
cambio no es exclusivo de EE.UU. El panorama es similar en Reino Unido, Francia
y Suecia, pero es más dramático en EE.UU.
Con el aumento de la desigualdad de ingresos, hay un renovado impulso para
resucitar la industria manufacturera del país que se encuentra en declive.
EE.UU. perdió más de cinco millones de empleos industriales entre 2000 y 2010.
Dicho de otra manera, casi un tercio del empleo manufacturero.
Obama ha puesto muchas esperanzas en el regreso de la manufactura para ayudar
a reconstruir la clase media estadounidense. Después de años de empleos que se
enviaban al extranjero, hay indicios de que algunos están regresando.
Regreso de las fábricas
El fabricante de computadoras chino Lenovo acaba de celebrar la apertura de
su primera planta de fabricación en Whitsett, Carolina del Norte. Otras
compañías como Motorola y Apple han anunciado planes para fabricar en EE.UU.
En la ceremonia de apertura, las palabras de Tom Looney, vicepresidente y
gerente general de Lenovo North America, fueron recibidas con aplausos:
"Estamos aquí para celebrar el regreso de la fabricación de computadoras
personales a EE.UU.", dijo. "Y está empezando aquí mismo en el gran estado de
Carolina del Norte".
A medida que los salarios subieron en China, han caído en EE.UU. Dirigentes
de Lenovo dicen que aún es más barato fabricar computadoras en el extranjero,
pero de esta manera se puede estar más cerca de sus clientes
estadounidenses.
Margo Crisp no podría estar más feliz. Ella es una de los 115 trabajadores
recién contratados.
"Mi planta cerró en 2009 y estaba muy emocionada cuando me hablaron de esto",
expresó.
Crisp había estado sin empleo en el sector manufacturero desde que la fábrica
de automóviles en la que trabajaba cerró hace varios años.
Perdiendo terreno
Sin embargo, los puestos que trabajadores como Crisp están obteniendo son
diferentes a los de antes.
Lo que los empleados de la línea de producción están armando es uno de los
equipos híbridos de Lenovo, una combinación de tableta y computadora portátil
apodado Twist. A pesar de que los carteles en la pared de la fábrica proclaman
"Hecho en EE.UU.", muchas de las piezas se construyen en el extranjero.
Hay otras razones por las cuales los puestos de trabajo en la manufactura que
están regresando no son lo mismo. La realidad es que no hay muchos puestos con
ingresos medios para trabajadores medio y poco calificados.
John Crawford es el presidente de un sindicato local que ha trabajado en la
industria durante casi dos décadas. Fue testigo de primera mano del impacto del
comercio mundial en los empleos en EE.UU. Su temor hoy es que los trabajos
temporales mal pagados se estén convirtiendo en la norma.
"Las agencias de empleos temporales han estado en auge últimamente y si nos
fijamos en las grandes empresas, ahora contratan a través de una agencia de
trabajo temporal. Ya no consigues empleo a través de la compañía. Esa es la
diferencia entre las generaciones".
Los empleos temporales no vienen con beneficios como asistencia sanitaria o
pensiones. Y a menudo no pagan lo suficiente para permitir ahorrar para cosas
como el pago inicial de una casa o la educación de los niños. En resumen, no
proporcionan muchas de las cualidades esenciales de la experiencia de la clase
media estadounidense.
Así que no es de extrañar que casi tres de cada cinco integrantes de la clase
media estadounidense revelen estar preocupados por la caída de su clase
económica, según una encuesta reciente.
De vuelta en la fábrica de Lenovo, el gerente de la planta Jeffrey Benes
supervisa la línea de montaje. Gracias a la cantidad de pedidos de los clientes,
no hay escasez de trabajo.
"Durante los primeros seis meses de este año hemos estado llenos de horas
extras".
El personal se siente orgulloso de lo que está haciendo, a sabiendas de que
los productos que salen llevarán una bandera estadounidense.
Este es, después de todo, un país que todavía cree en el poder de los sueños
de la clase media, aunque en la realidad están cada vez más fuera de su
alcance.
Michelle Fleury BBC, Nueva York ultima actualización: Viernes, 19 de julio de 2013
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