viernes, 28 de febrero de 2014

La razón por la que fingen orgasmos la mayoría de mujeres

 
 
Cuanto más débiles sean los vínculos entre la pareja, y cuanta más desconfianza se tenga sobre la posibilidad de sufrir una infidelidad, más se fingirá.
 
Alcanzar el clímax sexual no siempre es una tarea fácil, pero más difícil aún es admitirlo a la pareja. Para muchas mujeres, el orgasmo es casi un mito, aunque su capacidad para fingirlo hace que sus parejas vivan en una gratificante ignorancia. Dos de cada tres mujeres admiten que han fingido en la cama, según un estudio publicado en el Journal of Sex Research por las sexólogas Charlene Muehlenhard y Sheena Shippee. Pero, ¿cuál es la principal razón por la que manipulan a sus parejas haciéndoles creer que han alcanzado la cúspide del placer?
 
No se trata de solidaridad, para levantar la moral a la otra persona, ni tampoco de una apenada condescendencia por quien no logra estar a la altura. Se trata de una estrategia en beneficio propio: afianzar la relación de pareja y disminuir el riesgo de que el otro le sea infiel. Esta es la principal conclusión del estudio Do Women Pretend Orgasm to Retain a Mate? publicado en la revista Archives of Sexual Behavior por un equipo de investigadores de la Universidad de Columbia, Oakland y del Instituto Psiquiátrico de Nueva York.
 
Para disfrazar un falso orgasmo hay que tener talento, pero como estrategia evolutiva que fue, es prácticamente una herencia genética, por lo que suele consumarse sin levantar la más mínima sospecha. Un arte que ha dejado en nuestras retinas escenas cinematográficas inolvidables, como en Cuando Harry encontró a Sally (dirigida por Rob Reiner), en la que el personaje encarnado por Meg Ryan finge a la perfección un orgasmo, de repente y mientras cena, con el objetivo de desmoralizar a su pareja.
 
Cuanto más débiles sean los vínculos entre la pareja, y cuanta más desconfianza se tenga sobre la posibilidad de sufrir una infidelidad, las mujeres simularán sus orgasmos con una mayor frecuencia e intensidad. Los autores del estudio llegaron a estas conclusiones después de analizar la vida sexual de casi medio millar de mujeres con parejas estables. Estos resultados se complementaron también con otros estudios sobre las estrategias utilizadas para mantener relaciones fieles y duraderas.

La inseguridad, por tanto, es una de las causas que más claramente se asocian al “falso orgasmo” y a la “falsa excitación” desde el primer momento del acto sexual. Esta no es la única táctica empleada para fortalecer una relación, pero los investigadores sí encontraron que era la más recurrente. En definitiva, se trata de una forma de “vigilancia”, es decir, para evitar que se rompa la relación por una incompatibilidad sexual.
 
Puede parecer una contradicción, pero la presión autoimpuesta no parece ser nada beneficiosa en las relaciones sexuales. Un estudio realizado por sexólogos de la Universidad de Pennsylvania también concluyó que las personas que habitualmente fingían orgasmos eran muy inseguras y, en muchos casos, extremadamente recelosas con su intimidad.
 
 
A vueltas con el patriarcado
 
Otros estudios anteriores han vinculado esta actitud a a ciertos convencionalismos sociales: algunas mujeres se sienten obligadas a mostrar su satisfacción y sienten la necesidad de demostrar que sí se divierten con la otra persona, como suele explicar en sus libros la sexóloga británica Tracey Cox. Una vez más, las relaciones sexuales se convierten en reflejo del patriarcado.
 
La sexóloga Elizabeth Black es una defensora férrea de esta última tesis, pero alerta que dicha forma de autoridad se ha vuelto contra los propios hombres que lo ejercen. “El patriarcado ha afectado negativamente a la sexualidad de los hombres debido a la excesiva importancia que han otorgado a sus erecciones, el tamaño del pene, el rendimiento en la cama, los orgasmos y la eyaculación”, concluye Black.


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