Justo en el centro del pequeño pueblo agrícola de Beigaoli, en
la provincia oriental china de Shandong, se encuentra un jardín de infantes. La
mayoría de los niños del pueblo acuden todos los días a clases, cantan y se
columpian al aire libre. Todo esto es gratuito.
Pero los padres de uno de los niños, de tres años de edad, tuvieron que
sobornar a los maestros del kindergarten para que le permitieran asistir a
clases.
Zhang Rundong es un niño pequeño con grandes ojos y una expresión seria. Es
también ilegal, por ser el segundo hijo de la familia Zhang, nacido en violación
de la política del hijo único en el país.
En represalia, los funcionarios locales han retenido sus documentos de
identidad. Sin ellos, Rundong no tiene acceso al sistema de salud o a la
educación gratuita, no puede viajar dentro de su país... ni siquiera puede usar
una biblioteca pública.
A principios de este año, la política del hijo único de China fue
flexibilizada, para permitir que algunas parejas tengan dos hijos. Pero nada ha
cambiado para un estimado de entre 10 y 20 millones los niños ya nacidos en
violación de la política original.
En su humilde hogar, los Zhang detallan su larga batalla con las autoridades,
empezando por el fracaso en el control de natalidad de la señora Zhang, un
mandato del gobierno.
"Me aterré cuando supe que estaba embarazada de nuevo", le dice Zhang Ailing
a la BBC. "Por supuesto, también me sentí un poco feliz. Yo no quería que los
otros aldeanos lo supieran y me obligaran a abortar el bebé".
Más que una multa
Tras el nacimiento secreto de su hijo, la pareja pidió dinero prestado a
amigos y familiares para pagar una multa de casi US$10.000.
En toda China, sólo en 2012, familias pagaron más de US$3.300 millones en
multas similares, aunque no está claro a dónde va ese dinero. Los críticos creen
que las multas se utilizan como un ingreso adicional para los gobiernos
locales.
Los Zhang le mostraron a la BBC los recibos de pago de las multas entregados
por los funcionarios comunistas locales. Estos papeles, sin embargo, no parecen
ser documentos oficiales del gobierno: están escritos a mano en pequeños trozos
de papel, lo que ilustra el carácter arbitrario del sistema de castigo del
Partido.
En algunas partes de China, quienes violan la política del hijo único pagan
multas cuyos montos pueden disminuir si se negocia con las autoridades locales
antes de obtener los documentos de identidad de sus hijos. Otros, como los
Zhang, no han tenido tanta suerte.
La multa que le impusieron a la familia ya fue pagada, pero aún no es
suficiente para los funcionarios locales.
Grabaciones de audio secretas, presuntamente revelan una exigencia adicional
del jefe del partido en el pueblo de Beigaoli: Zhang Ailing tiene que ser
esterilizada.
La pareja no quiere tener más hijos, pero se niegan al procedimiento,
argumentando que viola sus derechos fundamentales.
"Muchas mujeres han sido esterilizadas a la fuerza", explica la señora Zhang.
"Tenemos miedo de que funcionarios me detengan y me hagan la operación si mi
marido sale de la casa".
El equipo de la BBC visitó la oficina de planificación familiar del pueblo,
pero nunca hubo nadie disponible para hablar con nosotros. Las repetidas
solicitudes de entrevistas fueron ignoradas.
"No voy a poder pagar en esta vida"
A casi 500 kilómetros al norte de Beigaoli, otra madre también está exigiendo
respuestas.
En la periferia al norte de Pekín, Liu Fei también está luchando con
funcionarios locales de su área para sacar los documentos de identidad de su
hijo.
Su hijo de ocho años de edad ni siquiera tiene una partida de nacimiento,
aunque, por el momento, Liu encontró una escuela que le permitirá asistir a
clases.
Liu Fei fue objeto de un castigo inusualmente duro luego de tener su segundo
hijo en su segundo matrimonio. Debido a que su segundo marido también tenía un
hijo, el gobierno está tratándola como si ella tuviera tres hijos propios. Ahora
se enfrenta a una multa de US$54.000, que es 14 veces su salario anual como
empleada de un almacén.
"No voy a poder pagar en esta vida", le dice Liu Fei a la BBC, antes de
estallar en lágrimas.
Por ello esta viuda está demandando a las autoridades locales, algo casi
inaudito en China.
"Si ninguna ley específica del gobierno le niega mi hijo una identidad antes
de pagar la multa, entonces él debe recibir una", explica. "Si ellos no se la
dan eso, yo voy a apelar".
Liu y su abogado creen que es ilegal que el gobierno de Pekín le niegue los
documentos de identidad a un niño hasta que la multa de la política del hijo
único haya sido cancelada.
Su caso que podría sentar un precedente para millones de personas en la misma
situación, aunque la mayoría coincide en que la familia Liu tiene pocas
esperanzas de ganar. El derecho legal de este niño de existir probablemente
seguirá ligado a las batallas de su madre con el gobierno.
La experiencia de Li Xue
¿Cómo es crecer sin documentos de identidad en China?
Li Xue, de 20 años, es el ejemplo perfecto. Nacida en Pekín, es la segunda
hija de su familia, nacida fuera de la política del hijo único. Ha vivido toda
su vida sin la identificación que le permitiría acceder a los servicios del
gobierno.
"No pude tener chequeos regulares de salud cuando era bebé ni pude recibir
ningún tipo de vacuna básica", dice Li. "No pude ir la escuela para cursar los
nueve años de educación obligatoria. Ahora, ni siquiera tengo un documento de
identidad. No he recibido ningún tipo de educación y ningún lugar de trabajo me
aceptaría".
La familia de Li ha estado inmersa en una larga batalla por obtener su
identificación.
"Poco después de que naciera, mi padre fue a la estación de policía local
para sacar mi registro", dice Li. "Mi padre visitó varios departamentos
gubernamentales conmigo en sus brazos y trató de llevar el caso a los
tribunales. Poco a poco fui creciendo durante este proceso, hasta que llegué a
la edad escolar".
Ahora ella está tratando de demandar a la estación de policía por negligencia
en el cumplimiento del deber. Dice que no existe ley que le prohíba recibir un
documento de identidad.
"Durante todos estos años, porque no pude ir a la escuela, acompañé a mis
padres en sus diligencias para tratar de resolver mi problema de
identificación".
"La estación de policía no nos daba una y nos empezaron a vigilar. Hemos sido
golpeados anteriormente. Fue terrible. No aceptaría los documentos de identidad
si ellos me los dieran en este momento. Ellos violaron la ley y deben asumir su
responsabilidad. No me gustaría que esto terminara de forma tan
ligera".
Celia Hatton BBC, Pekín Última actualización: Domingo, 16 de febrero de 2014
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