miércoles, 12 de marzo de 2014

El mundo contra Barbie


 
 
Bajan sus ventas, es la diana de las protestas por 'cosificar' el cuerpo femenino y sus alternativas con medidas 'reales' revolucionan el mercado. ¿Ha acabado el reinado de la muñeca de Mattel?
 
 
24 horas. Es el tiempo que ha necesitado Lammily, la alternativa 'real' a Barbie, en recaudar los 95.000 dólares (unos 68.000 euros) que necesitaba para comercializarse. Y sigue sumando. A falta de 25 días para cerrar su crowdfunding, la muñeca morena con "proporciones reales" al cuerpo humano ya acumula 390.000 dólares, un 325% por encima de su presupuesto inicial. Lammily es una creación Nickolay Lamm (sí, le ha puesto su nombre), un artista experto en viralizar todas sus proyectos y que ahora, gracias a la ayuda de 'microsocios', podrá vender esta muñeca a partir de noviembre. Sin una cintura de avispa y unas proporciones imposibles, Lammily ha triunfado gracias a sus tres lemas:
 
1) "Promocionar los estándares de belleza reales".
 
2) "Promocionar un estido de vida saludable: es fuerte y sana".
 
3) Tener un estilo "diferente": apenas está maquillada y "no tiene el armario típico de las muñecas, su ropa es asombrosamente simple". 
 
Que Lammily se haya convertido en un éxito en Internet (no ha habido web o agencia de noticias que no se haya eco de su aparición en escena) no es una novedad para este artista digital. En el último año consiguió la misma repercusión gracias a viralizar primero imágenes de muñecas y princesas Disney sin maquillaje o al idear un prototipo de cómo sería Barbie "si fuese normal" y tuviese las proporciones de las adolescentes de 19 años.
 
Tras conseguir la repercusión mediática necesaria, ahora busca su nicho de mercado comercializando a Lammily. Y, a tenor de los resultados, parece que le va a ir estupendamente. "Si criticamos a las modelos extremadamente delgadas, deberíamos abrir el debate a la posibilidad de que que Barbie quizá haya influenciado negativamente a las niñas pequeñas también", declaró hace unos meses.
 
Lamm apela a ese runrún que lleva años acompañando a la muñeca más emblemática de Mattel: Habrá sido abogada, profesora y astronauta pero, ¿no son sus medidas un pésimo referente para las niñas y su autoestima corporal? Varios artistas así lo creen. Eddie Aguirre consiguió que su recreación de una Barbie "al natural" con acné, ojeras y ortodoncia diese la vuelta al mundo, evidenciando la expectación que genera 'humanizar' al icónico juguete. La fotógrafa Sheila Pree Bright manipuló digitalmente una serie de fotografías de mujeres mitad humanas-mitad muñecas de plástico para demostrar "esa fina línea que se dibuja demasiado a menudo entre la realidad y la fabricación de la cultura americana". Aunque su serie Plastic Bodies se realizó en 2003, ahora se puede disfrutar en varios museos estadounidenses, al hilo de su éxito en Internet.
 
En Mattel son conscientes de estos contragolpes, aunque quizá su estrategia de comunicación no sea la más acertada. En una entrevista reciente a Fast Company, la jefa de diseño de Barbie, Kim Culmone, defendió sus absurdas proporciones asegurando que la muñeca está hecha así por una cuestión práctica para poder ponerle vestidos. "El cuerpo de Barbie nunca fue diseñado para ser realista. Se concibió para que fuese fácil vestirla y desvestirla. Además, ha tenido muchas medidas corporales a lo largo de su historia", dijo. Para luchar contra toda esta mala prensa y frente a la caída de ventas de su muñeca estrella (bajaron un 4% en 2013), Mattel ha estrenado una campaña bajo el hastagh #Unapologetic (algo así como #Sindisculpas). Con carteles en Times Square con lemas como Sé tu. Sé Valiente. No pidas disculpas y haciendo frente a sus haters, Mattel quiere dar la vuelta a la tortilla y convertir a la muñeca en la nueva imagen del empoderamiento femenino. En Twitter, el cachondeo en las respuestas a su campaña estaba servido.
 
Porque puede que haya pasado por todo empleo posible (más de 150 hasta la fecha) y hasta haya intentando justificar su valía feminista en una carta que publicó hace unos días a propósito de su posado para Sports Illustrated, pero las connotaciones negativas siguen ahí. Hace unos meses, centenares de personas, entre ellas alguna activista de Femen, boicotearon la apertura de la casa de Barbie en Berlín y hasta quemaron alguna que otra muñeca a sus puertas. Puede que el Pantone 219, ese tono de rosa que tanto le caracteriza, haya hecho demasiado daño. Quizá por eso en Mattel ya piensan en alternativas. ¿Habíamos mencionado que el principal consejero de Lammily, esa muñeca 'real' que asaltará el mercado, es el vicepresidente de la sección de fábricas de Mattel (Robert Rambeau) y está ayudando a Lamm a conseguir materiales de buena calidad para su muñeca? Si no puedes con tu enemigo, únete a él.


Noelia Ramírez   11 de marzo de 2014  08:00 h.

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