jueves, 20 de marzo de 2014

¿Qué puede hacer Rusia ante las sanciones de Occidente?

 
 
 
"Es como si me hubieran dado un Oscar político a mejor actor de reparto", dijo Vladislav Surkov, asesor del presidente de Rusia Vladimir Putin, al enterarse de que formaba parte de los sancionados por Occidente por la actuación de su país en Crimea.
 
Surkov dijo que lo consideraba un gran honor y un reconocimiento a sus servicios a Rusia.
 
"Lo que me interesa de EE.UU. es (el rapero) Tupac Shakur, (el poeta) Allen Ginsberg y (el pintor) Jackson Pollock, y no necesito una visa para acceder a su obra. Así que no pierdo nada", agregó.
Medido con esta vara, el impacto de las sanciones parece ser irrisorio. No parecen hacer mella en "el drama más significativo que vive el área Euroatlántica desde el final de la Segunda Guerra Mundial", como llamó a la crisis en Crimea el corresponsal diplomático de la BBC, Jonathan Marcus.
En las últimas dos semanas, se detuvo el diálogo acerca de un mayor acercamiento económico entre la Unión Europea y Rusia; se suspendieron los preparativos para la próxima cumbre del G8 en Sochi; Reino Unido puso freno a su cooperación militar con Rusia (aunque su escala es mínima para ambas partes); los británicos, franceses y estadounidenses cancelaron ejercicios navales conjuntos con Moscú.
 
Y tras el referendo del domingo en el que Crimea optó por independizarse de Ucrania, Estados Unidos congeló los bienes de 11 individuos vinculados al Kremlin y les impuso restricciones de visado; la UE hizo lo mismo con 21 personas cercanas al presidente ruso Vladimir Putin. Su asesor, Surkov, es uno de ellos.
Con indiferencia a esta colección de supuestos castigos, este martes Putin anunció en el parlamento ruso la anexión de Crimea, que se prevé sea formalmente aprobada este viernes (los parlamentarios aplaudieron de pie al presidente; todos los parlamentarios).
 

Más de lo mismo

Como reacción al anuncio, líderes de la Unión Europea se reunirán el jueves en Bruselas para determinar la imposición de nuevas y -dijeron- más duras sanciones.
La lista de posibles afectados supera los 100 nombres. Podrían penalizar a ricos empresariso rusos y otras personas con intereses en EE.UU. y la UE.
Existen también opciones diplomáticas: expulsar a Rusia de organismos internacionales, como la Organización Mundial del Comercio, el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial.
 
El canciller ruso Sergei Lavrov advirtió que la imposición de sanciones es inaceptable (se lo hizo saber por teléfono al secretario de Estado de EE.UU., John Kerry) y que habrá consecuencias.
Occidente no querrá llegar al punto en el que se cortan demasiados espacios de diálogo con Rusia.
En febrero, Donald Jensen, exfuncionario de la embajada de EE.UU. en la capital rusa y hoy analista del Center for Transatlantic Relations, le había dicho a la BBC que "la Casa blanca tiene otros asuntos en los que tiene genuino interés en interactuar con Moscú: Siria (Rusia puede hacerse escuchar por el presdiente Bashar al Asad), Irán (para avanzar en las inspecciones nucleares) y el comercio".
Mucho de lo dicho por Jensen todavía tiene validez.
Cabe recordar, además, que Rusia ocupa uno de los asientos permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y que ha utilizado recientemente su poder de veto para bloquear iniciativas para intervenir en el conflicto sirio.
 

El rompecabezas económico

Las potencias occidentales también han barajado sanciones en forma de restricciones a importaciones y exportaciones.
Gazprom, la gigante empresa de energía Rusa podría ser un objetivo; se podría excluir de la lista de concursos para contratos de exportación de gas a la UE.
 
También se podría restringir el acceso de bancos y corporaciones rusas a financiación.
Pero ninguna de esas opciones es sencilla, ni está libre de consecuencias.
En el sector bancario, por ejemplo, estima Nina Schick, de la consultora Open Europe, compañías rusas tienen en sus libros US$653.000 de deuda extranjera.
Eso impica que todo impacto financiero en Rusia tendría repercusiones en Europa y EE.UU.clic
 

Socios comerciales

Más aún, la Unión Europea es el principal socio comercial de Rusia. Su intercambio de US$267.000 millones en 2012 (según cifras de Eurostat) fue casi un 50% superior a la suma del comercio ruso con los siguientes nueve países con que más intercambios registra.
La UE importa enormes cantidades de gas y petróleo de Rusia (mucho del cual atraviesa Ucrania), y su principal destino es Alemania.
El 84% de las exportaciones de petróleo y el 76% de gas natural rusos van a Europa, según datos de la Administración de Información Energética de EE.UU.
Rusia compra de la UE maquinaria, equipamiento de transporte, productos químicos, medicamentos y productos agriculturales.
 
Pero la balanza comercial es decididamene favorable para Rusia.
 
 

Gas y petróleo

Si el comercio entre ellos se cortara, o si Rusia cerrara el despacho de gas, perdería miles y miles de millones. Pero la industrial Alemania se quedaría sin recursos energéticos vitales.
En 2013 EE.UU. compró productos y servicios por US$26.900 a Rusia, más del doble de lo que exportó al país euroasiático.
Pero EE.UU. importa solo un 5% del petróleo ruso y tiene grandes reservas sin consumir.
 
Tal vez por eso Gary Clyde Hufbauer, especialista estadounidense en diplomacia financiera y analista del Peterson Institute for International Economics, cree que EE.UU. tendría menos dificultades que la UE a la hora de imponer nuevas sanciones contra Moscú.
Hufbauer cree que el Congreso de EE.UU. le pedirá al presidente Barack Obama que profundice las sanciones.
Según el analista, la mejor opción de EE.UU. para presionar al Kremlin es recurrir a sus reservas estratégicas de petróleo, incrementando sus despachos del combustible para reducir su precio y golpear económicamente a Rusia (eso podría, no obstante, afectar ala petroeconomía de Arabia Saudita, aliada de EE.UU. en Medio Oriente).
De haber nuevas sanciones de la UE, le dijo Hufbauer a la BBC, "el contragolpe de Rusia podría afectar con más fuerza a Alemania".
Otros analistas también han estimado que el mundo podría recurrir a las crecientes reservas de gas que se han descubierto en años recientes, como en EE.UU.
Si Rusia cerrara el grifo a la UE, dicen, podrían enviarse de otros países embarcaciones con gas natural licuado (GNL) para satisfacer la demanda de Alemania y otros de los grandes importadores europeos.
El canciller británico, William Hague es uno de los que cree que Europa podría acelerar el reemplazo del gas ruso por otras fuentes, aunque reconoce que sólo es algo que funcionaría en el largo plazo.
En un artículo reciente, el diario Financial Times sugiere que "mientras las importaciones de GNL pueden suavizar la amenaza de que se repita el trastorno sufrido por países como Francia o Grecia en 2009, cuando Rusia cortó el suministro de gas a Ucrania por una disputa contractual, no harán que los países europeos se vuelvan indiferentes a sus relaciones con Rusia".
 

La City de Londres

Unos días atrás, circuló la fotografía de un documento que un funcionario británico llevaba a una reunión de gabinete de su país.
Allí se leía que Reino Unido "no debe por lo pronto respaldar sanciones comerciales o cerrar el centro financiero de Londres (la City) a los rusos".
En 2011 las inversiones rusas en Reino Unido sumaron US$11.000 millones, convirtiéndolo en el sexto destino de inversiones rusas por volumen.
Además, Reino Unido también tiene inversiones en Rusia, principalmente a través de la petrolera BP, propietaria de un 20% del principal productor de petróleo ruso, Rosneft.
En 2012 más de 600 empresas británicas operaban en el país más grande del mundo.
 

Oportunidad para la OTAN

El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, se reunió este miércoles con los líderes de Letonia y Lituania, dos pequeños estados del Báltico que -como Ucrania- limitan con Rusia.
Les aseguró que EE.UU. está listo para defender a esas naciones y a Estonia, todos miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que fundaron EE.UU. y sus aliados europeos tras la Segunda Guerra y que hoy forman 28 países, muchos de la órbita de la ex Unión Soviética.
Biden había hecho una promesa semejante el martes en Polonia, también parte de esa alianza militar.
 
La crisis en Crimea haberse convertido en una oportunidad para revitalizar la OTAN, que ahora puede volver a jugar un rol clave como contrapeso de Moscú y regresar a sus orígenes (nació como herramienta disuasoria frente al poderío militar soviético).
Más aún, explica el corresponsal de asuntos diplomáticos de la BBC, Jonathan Marcus, "los actuales sucesos coincidieron fortuitamente con el despliegue de aviones de EE.UU. en una misión de vigilancia para la OTAN sobre el Báltico, y EE.UU. ha enviado refuerzos, además de otros que viajaron a Polonia".
No obstante Marcus se pregunta si "la alianza atlántica será capaz de equiparar sus capacidades defensivas a sus cualidades retóricas".
Es una posibilidad que cobra relevancia al contrastarla con la meta de Putin de volver a convertir a Rusia en un gran poder global.
El presidente no ha ocultado su nostalgia por la Unión Soviética (cuya disolución fue "la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX", según él) y no ha dudado en defender su zona de influencia.
En 2008 intervino en Osetia del Sur y Abjasia en la guerra con Georgia. Ahora avanza en la anexión de Crimea.
 

Quién escribe el guión

"No, no sé qué ocurrirá ahora. Pregúntenle a Putin". Las palabras son de del corresponsal del diario británico The Telegraph en Moscú, Roland Oliphant.
Las publicó en Twitter y sintentizan a la perfección el estado de suspenso en que el mundo está siguiendo el devenir los sucesos que tienen lugar en Crimea y Ucrania.
Un suspenso cuyo guión, aunque es actuado por Ucrania, la Unión Europea, Estados Unidos, Rusia, China y Naciones Unidas, parece hoy escrito por una única mano: la del presidente de Rusia.
Una mano, que hasta ahora, no han podido desviar los otros actores de este drama.
 
 

En cifras

  • La UE es el principal socio comercial de Rusia. Su intercambio en 2012 fue de US$267.000.
  • El intercambio de Rusia con la UE es un 50% superior al que tiene con los otros nueve de sus principales socios comerciales sumados.
  • El 84% de las exportaciones de petróleo y el 76% de gas natural rusos van a Europa.
  • EE.UU. importa un 5% del petróleo ruso.
  • En 2013 EE.UU. registró US$26.900 de importaciones desde Rusia, más del doble de lo que exportó al país euroasiático.
  • En 2011 las inversiones rusas en Reino Unido sumaron US$11.000 millones.
  • La petrolera británica BP es propietaria de un 20% del principal productor de petróleo ruso, Rosneft.
  • En 2012 más de 600 empresas británicas operaban en Rusia.
  • Compañías rusas tienen en sus libros US$653.000 de deuda extranjera.
 

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