La muestra “El genio de Leonardo Da Vinci “llegará a Cartagena el 27 de junio de 2019 (Ayuntamiento De Cartagena / EP)
Un estudio refuerza la hipótesis de que el genio renacentista sufrió este trastorno psiquiátrico
“Este hombre nunca termina nada”, solía decir el Papa León X sobre el genio renacentista Leonardo da Vinci. Pintor, escultor, inventor y autor de algunas de las piezas de arte más icónicas de la humanidad, cuentan las crónicas de la época que el creador de la Gioconda comenzaba mil y un proyectos, pero apenas lograba concluir ninguno. Al parecer, era un procrastinador nato y cuando perdía el interés por un tema, lo abandonaba de inmediato.
Un nuevo estudio del King’s College de Londres sugiere que la mejor explicación a esa aparente incapacidad de da Vinci de concluir aquello que comenzaba es que sufriera un trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Esta hipótesis no es nueva; desde hace años diversos neurocientíficos vienen señalado que es muy probable que Leonardo, como Albert Einstein y Thomas Alva Edison, padeciera este trastorno del comportamiento que podría haber influido positivamente en su extraordinaria creatividad y logros.
Ahora, cinco siglos después de su muerte, este nuevo trabajopublicado en la revista Brain y liderado por Marco Catani, investigador del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King’s College, aporta nuevas evidencias para sustentarla.
“Resulta imposible realizar un diagnóstico postmortem de alguien que vivió hace 500 años”, alega en un comunicado Catani, que sostiene que “el TDAH es la hipótesis más convincente y científicamente posible para explicar la dificultad de Leonardo de acabar sus trabajos”. Este investigador señala que los registros históricos muestran que el genio italiano del Renacimiento pasaba “un tiempo excesivo” planeando futuros proyectos pero que carecía de perseverancia. “Que sufriera TDAH podría explicar también aspectos de su temperamento y su extraordinaria pero volátil genialidad”, remacha Catani.
El TDAH es el trastorno psiquiátrico más frecuente en la infanciay se estima que lo padece el 5% de los niños. Es de origen neurológico y está provocado por un desequilibrio entre dos neurotransmisores cerebrales, la noradrenalina y la dopamina. Afecta al comportamiento y se suele caracterizar por una incapacidad para acabar tareas, procrastinación, inquietud.
En este sentido, los relatos de la época presentan a un Leonardo que siempre estaba moviéndose, a menudo saltando de una tarea a otra. Como también les ocurre a muchas personas con TDAH, el artista italiano también dormía muy poco y solía alternar ciclos de pequeñas cabezadas con ciclos de trabajo.
Pero da Vinci era también un curioso consumado. Mario Livio, astrofísico, explica en “Por qué: qué nos hace ser curiosos” que Leonardo llegó a tener en su biblioteca 106 libros sobre casi todas las materias de conocimiento de la época. “Le interesaba todo e intentó hacer incursiones en todos los campos”, afirma y lo califica de caso de “extrema curiosidad diversificada”.
En este sentido, este nuevo estudio sobre la mente de da Vinci sugiere el TDAH podría haber influido de forma positiva a que la mente del genio divagara, lo que hubiera aumentado su creatividad y originalidad. No obstante, señala, los beneficios que eso podría aportar en las primeras fases del proyecto podría convertirse en un obstáculo más adelante, al hacer que su interés cambiara a otra cosa distinta sin haber concluido la primera. Su curiosidad voraz lo ayuda a ser disruptivo, pero también lo distraía e impedía que acabara sus proyectos.
Además, se sabe que Leonardo era zurdo y también disléxico, como se puede intuir a partir de las notas que tomaba en sus cuadernos sobre ideas u observaciones que más adelante podían derivar en un invento. La mayoría de esas notas están escritas al revés, como si estuvieran pensadas para leerse con un espejo.
“El caso de Leonardo muestra que el TDAH no está vinculado a un coeficiente intelectual bajo o a una falta de creatividad” como se suele creer popularmente, “sino más bien con la dificultad de capitalizar talentos naturales. Espero que el legado de Leonardo pueda ayudarnos a cambiar algo del estigma que rodea el TDAH”, afirma Catani.
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