India limpia. Baños públicos en una calle de la ciudad de Madrás. (ARUN SANKAR / AFP)
Poner coto a la defecación al aire libre ha salvado a trescientos mil niños de morir por diarrea
La defecación al aire libre ha pasado a la historia en la India. Así lo ha asegurado Narendra Modi, en el escenario más gandhiano posible, el ashram de Sabarmati. El primer ministro indio dedicó al padre de la patria, en su ciento cincuenta aniversario, la culminación de su programa higiénico más ambicioso, lanzado hace cinco años.
“Hemos instalado ciento diez millones de letrinas y el mundo está asombrado”, ha declarado Modi a propósito de Swachh Bharat (India Limpia). Este plan, con un coste de unos ocho mil millones de euros, habría logrado oficialmente que todos los indios tengan acceso a una letrina.
El salto adelante en higiene podría haber evitado la muerte de trescientos mil niños por diarrea, se estima. Sin embargo, quien fuera ministro de Sanidad, ahora en la oposición, Jairam Ramesh, considera que los incentivos a la construcción de letrinas no han ido acompañados de un programa paralelo de canalización de aguas. Algo que, por ejemplo, ha triplicado el número de personas –todas de la misma casta– dedicadas a limpiar letrinas, cuando este era un oficio a desterrar.
Asimismo, se estima que uno de cada cuatro beneficiarios del programa –sobre todo los hombres– siguen aliviándose en el campo, la mayoría de las veces, por escasez de agua corriente o por puro hábito.
En cualquier caso, el Banco Mundial, principal prestamista del programa, reconoce el progreso realizado y estima que “más del 93% de los hogares y del 90% de los pueblos indios están ya libres de defecación al aire libre”. Hace apenas un año, la institución financiera consideraba que el resultado era “moderadamente insatisfactorio” y habría retenido fondos para una segunda fase.
Modi dedica a Gandhi la construcción de ciento diez millones de letrinas
Los medios indios más críticos con Modi, como Wire , advierten de que son los propios municipios –medio millón– los que se declaran libres de defecación y que luego las dos verificaciones para confirmar dicho estatus “sólo existen sobre el papel”. Incluso una revista tan progubernamental como India Today cuestiona que el país esté libre de tal práctica y cita ejemplos, no sólo en pueblos cercanos, sino en barrios chabolistas de la misma Delhi. Cabe decir, además, que uno de los estados más populosos, Bengala Occidental, se autoexcluyó del programa.
La nota trágica, el mes pasado, la pusieron una niña de doce años y su sobrino de diez, ambos parias, que fueron apaleados hasta la muerte por defecar en la calle en un pueblo de Madhya Pradesh que poco antes había sido declarado libre de tal práctica.
En cualquier caso, hay que reconocerle a Modi que se estrenara como jefe de gobierno cogiendo una escoba. Aun ignorando deliberadamente –su partido se opone a la discriminación positiva– la dimensión de casta del problema. En Bombay, por ejemplo, todos los barrenderos pertenecen a la misma casta, viven en el mismo barrio y se convirtieron en masa al budismo para huir del sistema de castas, en vano.
También es cierto que la llamada al civismo de Modi y su ejemplo gandhiano –en esto– no han ido necesariamente acompañados de la instalación de papeleras ni, mucho menos, de procedimientos modernos de recogida, tratamiento y eliminación de residuos.
Asimismo, al día siguiente de su discurso, Modi recibía en Nueva Delhi a Sheij Hasina, la primera ministra de Bangladesh, país que se declaró libre de defecación al aire libre incluso antes que India.
Sin salir de Delhi, el mismo Modi habría encontrado otro ashram frecuentado por Gandhi, el olvidado Harijan Sewa Sangh, que además cuenta con una especie de museo de letrinas e inodoros. Su presidente explica que, para Gandhi, la emancipación de los parias pasaba porque cada uno asumiera tareas de limpieza, sobre todo de las propias heces.La buena nueva no ha llegado a tiempo para VS Naipaul. El premio Nobel recreaba en sus libros esa estampa que ha perseguido a generaciones de viajeros por India, cuando al tomar un tren a las seis de la mañana uno no da crédito a la cantidad de hombres aliviándose al borde de las vías. Un brahmán no sólo “no lo ve”, según Naipaul, sino que considera que “limpiar es algo sucio”.
El predecesor de Modi, Manmohan Singh, prometió en el 2009 eliminar el chabolismo en cinco años y luego calló. Modi, en su programa estrella, no sólo no se calla, sino que además tiene algo que mostrar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.