- Las casas de cambio necesitan liquidez, pero no pueden pedirla a la Fed
- La solución: imprimir 'criptodólares' que solo valen dentro de este entorno
- La emisión de 'criptodólares' se ha disparado un 650% este año
Uno de los grandes atractivos del bitcoin para muchos usuarios es que no tiene ni banco central, ni emisor, ni intermediarios que puedan darle a la 'máquina de imprimir billetes' y provocar inflación. Al menos, así era al inicio. Pero en los últimos años, al calor de la criptomoneda, han aparecido precisamente esos mismos elementos. Por un lado, las casas de cambio, como Binance, Coinbase, Bitfinex o Kraken, que actúan básicamente como bancos, volviendo a meter intermediarios en el corazón de la moneda. Y, por otro, Tether se ha revelado como el verdadero banco central de la criptomoneda. Ayer fue capaz de frenar la caída de su precio con masivas inyecciones de liquidez, por valor de 1.620 millones de dólares, y este jueves sigue empujando al precio imprimiendo 300 millones más de 'criptodólares'. ¿Cómo funciona todo el entramado financiero paralelo que ha surgido al calor del bitcoin?
Los criptobancos: las casas de cambio
En teoría, según la visión original de su creador, el misterioso Satoshi Nakamoto, el bitcoin se intercambiaría de persona a persona, sin intermediarios ni nadie que controle las operaciones. Para ello ya estaría el blockchain, la cadena que registra todas las transacciones de forma abierta, en la que cualquier usuario puede añadir una nueva, sin tener que pedir permiso a nadie o depender de que una entidad centralizada registre el movimiento.
Esa visión saltó por los aires hace cerca de una década, cuando apareció Mt. Gox, la primera casa de cambio de bitcoins, un sector al que se han sumado decenas de nuevas entidades, con Binance, Huobi, Coinbase, Bitfinex y Kraken al frente de la lista por volumen de operaciones diarias. Su labor, por un lado, es útil: permiten conectar compradores y vendedores de todo el mundo, aumentando la liquidez del sistema. A cambio, añaden precisamente lo que no quería Nakamoto: intermediarios que controlan quién vende y quién compra.
Además, la inmensa mayoría de las operaciones de las casas de cambio no se realizan en el blockchain, sino en los libros internos de las propias entidades, como un banco normal y corriente. Y como la mayoría no están reguladas, o tienen una regulación más laxa que un banco normal, el riesgo es doble: que decidan manipular las operaciones o que los dueños decidan robar los bitcoins o huir con el dinero de los usuarios. O las dos cosas a la vez, como ocurrió recientemente en Turquía.
La 'Reserva Tetheral' al rescate
Pero el mayor problema de las casas de cambio es el riesgo de la falta de liquidez. El bitcoin funciona con 'mineros', que mantienen el blockchain con un mecanismo que gasta cantidades ingentes de energía, equivalente a la de toda Holanda, y que hasta Elon Musk ha criticado. Esa energía se paga en dinero real: dólares, euros o yuanes, a las empresas eléctricas de cada país. Así que los mineros tienen que vender los bitcoins que reciben por mantener el blockchain para conseguir dinero con el que pagar sus facturas (y llevarse beneficios).
Así que las casas de cambio tienen garantizada una cantidad mínima de retiradas de dinero cada día. Normalmente, si hay más gente que inyecta dólares nuevos que los que los retiran, no hay problema. Pero, ¿qué pasa si hay más gente que quiere retirar su dinero de la que lo ingresa? Un banco normal iría al banco central correspondiente a pedir liquidez a cambio de activos -bonos del tesoro, por ejemplo-. Pero las casas de cambio de bitcoins no son bancos normales, ni tienen acceso a la Fed o al BCE, ni activos que prestarles. En ese caso, la única solución es cerrar sus puertas, al más puro estilo 'corralito'. Sin ir más lejos, el miércoles, en medio del hundimiento del bitcoin, muchas casas de cambio casualmente sufrieron caídas simultáneas, dejando a los usuarios sin poder retirar su dinero durante horas.
La solución a este problema llegó de la mano de iFinex, dueña de la quinta casa de cambios más usada del mundo, Bitfinex. En 2014 creó una criptomoneda, llamada Tether, que dice equivaler a un dólar. Los 'exchanges' lo tratan como tal, y, en muchos casos, entregan tethers a las personas que venden sus criptomonedas, en vez de dólares. Los datos más recientes, del pasado mes de octubre, apuntaban a que el 70% de las operaciones del mercado de criptomonedas se hacían con tethers, mientras que el dólar apenas representa un 10% del total. Y el tether es la criptomoneda más usada por volumen: las operaciones diarias con tethers superan por valor a las de las 9 siguientes monedas juntas, incluido bitcoin, ether, cardano o dogecoin.
Y esta moneda ya no está sola. A la lista de 'stablecoins', monedas que dicen valer un dólar, se han sumado otras como TrueUSD, USDCoin, BinanceUSD o TerraUSD. Básicamente, este es el equivalente de entregar pagarés o fichas de feria a las personas que intentan retirar dólares. En otras palabras, es como si el dueño dijera: 'No, dinero no tenemos, pero si vas a quedarte aquí a hacer operaciones, toma esta ficha, que dentro del recinto sí te la aceptamos como un dólar de verdad'.
El argumento clave de tether es que todas las 'fichas' que imprime están respaldadas por dinero de verdad en sus reservas. Pero los datos que publicó la semana pasada, en un formato muy resumido y sin que ningún auditor los verificara, crean muchísimas dudas: en abril tenía apenas 2.100 millones en efectivo o bonos del Tesoro de EEUU, frente a 41.000 millones de tethers en circulación. La mayoría del respaldo estaría, en sus palabras, en "papel comercial", es decir, deuda de empresas. Si eso fuera verdad, eso significaría que Tether posee el 3% de todo el mercado de deuda empresarial de EEUU, y que habría adquirido el 1% de ese mercado solo en el pasado mes. Baste decir que tal cosa habría hecho sonar todas las alarmas de los reguladores estadounidenses, o al menos habría sacudido el mercado, por lo que sus afirmaciones son más que dudosas.
Imprimiendo 'criptodólares' para causar inflación
El mayor riesgo -y lo que cada vez más criptoescépticos sospechan- es que Tether esté emitiendo 'criptodólares' sin respaldo alguno para provocar inflación en el precio del bitcoin, como si fuera el Banco Central de Venezuela, justo lo que la criptomoneda quería evitar. Los tethers nuevos que entran al sistema, al fin y al cabo, solo valen para operar en las casas de cambio, y lo único que se puede hacer con ellos es comprar más bitcoins (o ether, o dogecoin...). Si esos tethers no tienen respaldo, lo único que harían es provocar la subida del bitcoin de forma artificial.
La imagen es clara: el precio del bitcoin se ha disparado justo mientras la emisión de tethers alcanzaba niveles parabólicos. En los últimos 12 meses, la emisión de tethers se ha disparado un 625%, mientras que el precio del bitcoin en ese mismo tiempo alcanzó una subida del 600% en su pico del mes pasado. Algo parecido a cómo la Bolsa de Caracas es la que más ha subido en los últimos años, solo porque la emisión descontrolada de dinero empuja su precio hasta el infinito según se devalúa la moneda, incluso aunque el valor real de las acciones siga siendo el mismo.
Y justo este miércoles hubo un ejemplo muy claro. Las enormes sacudidas del bitcoin se produjeron cuando, durante unas horas, el precio del tether en las pocas casas de cambio que ofrecen la posibilidad de intercambiarlo por dólares reales se descontroló. Primero cayó a los 90 centavos por unidad, y luego rebotó hasta 1,10 dólares por tether.
En esas horas, el precio del bitcoin se hundió, llevando a gran parte de las casas de cambio a suspender sus retiradas. Las sacudidas duraron hasta que, sobre las 18.00, Tether inyectó 1.620 millones en Binance, que pronto reabrió, con el tether estabilizado y liquidez fresca para atender a las retiradas. Con las órdenes de venta más urgentes calmadas, la criptomoneda tocó suelo y comenzó la remontada que se ha visto hoy, animada por una nueva inyección de 330 millones de tethers en las últimas horas.
La gran pregunta es qué pasará si algún día no se puede mantener la paridad, o si las demandas de retiradas de dólares son tan altas que Tether no puede encontrar suficientes reservas para satisfacerlas. En el peor de los casos, Argentina aparece en el horizonte: cuando el Banco Central Argentino no fue capaz de sostener la paridad del peso y el dólar, llegó el corralito. La moneda se devaluó al 50% de su valor en cuestión de días, y muchos ciudadanos perdieron sus ahorros. El bitcoin estaba diseñado para evitar este tipo de crisis. Pero nadie puede decir que el entramado financiero que se ha creado a su alrededor pueda soportar una situación así.