- Bofa: "Los mercados están ahora preocupados por el riesgo de estanflación"
- TS Lombard: "La estanflación es el peor escenario para los mercados"
- JP Morgan cree que es muy difícil cubrir una cartera contra el riesgo de estanflación
La inflación está despertando con fuerza este 2021 y las previsiones anticipan un crecimiento aún mayor de los precios en los próximos meses. Sin embargo, salvo pequeños sustos o 'rabietas', el mercado no parece mostrar grandes signos de preocupación ante tal avance de los precios. Hasta la fecha, los datos inflación, si bien han sorprendido al alza, siguen siendo controlables y son producto de la recuperación de la demanda, junto a pequeñas dosis de restricciones en la oferta. En términos generales, esta es todavía una inflación buena que vendrá acompañada de creación de empleo, crecimiento económico y un incremento de los beneficios empresariales, una suerte de reflación. Todo ello beneficiará a unas bolsas que están descontando este escenario.
Sin embargo, la renta variable ha dado ciertos tumbos justo en las jornadas en las que la inflación ha sido la protagonista del día, ya sea por unas mayores expectativas, algún comentario de importantes bancos de inversión y los datos publicados en EEUU. Existe cierto temor a que la inflación se incremente más que el propio crecimiento real del PIB y, sobre todo, a que este brote inflacionario se prolongue más allá de este año.
Los gestores hablan claro
Este martes se ha desvelado que el 69% de los gestores de fondos de inversión prevé un crecimiento económico y una inflación por encima de la tendencia en los próximos doce meses, según revela una encuesta de Bank of America, que destaca que se trata de la cifra más alta hasta ahora.
Este 2021 las economías van a crecer con fuerza y la inflación también. ¿Qué pasaría si los próximos años la recuperación va perdiendo intensidad (que lo hará) y la inflación se muestra imparable? Entonces los mercados podrían sufrir algo más que una rabieta. Un 8% de los gestores consultados por BofA cree que esta es un posibilidad en los próximos doce meses.
Esto desencadenaría un escenario estanflacionario en el que se combina un crecimiento bajo, un desempleo elevado y una inflación alta. Este tipo de fenómeno suele producirse por un shock externo (en los 70-80 fue las restricciones que impuso la OPEP sobre la producción de petróleo), que en este caso podría venir de la mano de los problemas que están surgiendo en las cadenas de suministro (escasez, cuellos de botella, reasignación de algunas partes de la cadena...), por unas políticas fiscales muy expansivas o por el alza de los precios de las materias primas.
Desde la firma financiera BCA Research aseguran que las caídas en las bolsas durante algunas jornadas de la semana pasada "fueron producto del 'tufillo' a estanflación que recorrió EEUU" en la antesala del dato de IPC, que finalmente vino a confirmar que los precios están subiendo mucho más rápido de lo esperado.
Aunque este escenario maldito está lejos de materializarse, los economistas de Bank of America Merrill Lynch también apoyan que algunas de las correcciones en los mercados en las últimas semanas han venido provocadas por este miedo a una estanflación a corto y medio plazo. "Los mercados ahora están preocupados por la estanflación. El dólar ha atravesado una montaña rusa después de varios datos que han vapuleado a los activos de riesgo".
"La Fed ha hecho todo lo posible para tranquilizar a los mercados. Sospechamos que el tono muy moderado de la Fed en las últimas semanas busca generar las expectativas de que probablemente la inflación generada se debe a los efectos de base. Sin embargo, la inflación ha sido incluso mayor de lo que justificarían tales efectos de base. En respuesta, varios miembros de la Fed han salido para minimizar los riesgos de inflación y enfatizaron que las expectativas de precios se mantuvieron bien ancladas... no obstante sigue siendo un misterio saber cómo reaccionaría la Fed ante una estanflación", explican los expertos de BofA.
El dilema de los banqueros centrales ante la estanflación
La estanflación puede generar el mayor de los problemas para unos banqueros centrales que deberían elegir entre implementar medidas para contrarrestar la subida de precios (subir tipos y drenar estímulos) a riesgo de hacer aún más daño a la economía o dejar los actuales tipos de interés y programas de compra de bonos para estimular la actividad, a cambio de generar, posiblemente, más inflación todavía.
Desde TS Lombard aseguran en una nota para clientes que un contexto estanflacionario no se puede descartar dada la combinación de políticas y factores que se está produciendo en EEUU y a nivel global. "La estanflación es el peor resultado para los mercados, porque cambia la correlación entre bonos y acciones. Aunque es concebible, no llegaríamos rápidamente a este escenario: los inversores tendrían tiempo para responder", aseguran.
No hay inversión mágica contra la estanflación
Los economistas de JP Morgan comentan en su boletín semanal que ahora mismo ni la economía de los EEUU ni ninguna otra importante está sufriendo el fenómeno de la estanflación. "La inflación alta y el crecimiento débil son aspectos negativos para casi todos los activos, puesto que la inflación, generalmente, significa tipos de interés más altos y unos costes más elevados para los insumos. Esto implicaría una caída de los márgenes de beneficio de las empresas". Desde JP Morgan explican que ese fue el telón de fondo en la década de 1970 y principios de la de 1980.
¿Cómo pueden sortear este escenario los inversores? Los economistas de JP Morgan explican que las materias primas proporcionan cierta cobertura en las carteras de inversión contra este escenario (las subidas de las materias primas suelen ser uno de los desencadenantes de la estanflación). Pero finalmente, el colapso de la demanda, debido a un alza de los tipos de interés y la tensión en los márgenes, también hace que bajen los precios de las materias primas. "El contexto actual difiere del de los años setenta y ochenta en numerosos aspectos... pero si finalmente el crecimiento se desacelera y la inflación supera el objetivo, podremos desempolvar el manual de estrategias de estanflación, que es breve y aburrido", sentencian los expertos de JP Morgan.
El miedo perdurará un tiempo
Bruno Cavalier, Economista Jefe de Oddo BHF, comenta en una nota que "esta preocupación no desaparecerá de la noche a la mañana, ya que la mayor parte de la subida de los precios del consumo está aún por llegar. En la memoria de los 'vigilantes de los bonos', la aceleración de la inflación refleja siempre la irresponsabilidad de las políticas económicas".
"El mercado está ahí para restablecer la disciplina, obligando a los bancos centrales a subir sus tipos de interés y a los gobiernos a sanear sus finanzas. La historia ofrece algunos ejemplos de ello. No cabe duda de que las políticas de estabilización son generosas hoy en día, especialmente en EEUU con sus bajos tipos de interés y sus enormes déficits; pero esto es, en gran parte, para revertir la crisis de la pandemia lo más rápido y eficazmente posible. La esperada normalización de las condiciones económicas se aplica más a la actividad real que a los precios. La inflación sin crecimiento es estanflación. La inflación con crecimiento es reflación. Es razonable apostar por la segunda opción", asegura Cavalier. La estanflación no es un problema hoy, pero si es una preocupación para el mañana.