lunes, 21 de febrero de 2011

La inflación mata la inversión este año en los países emergentes

Foto from flickr.com

El enfriamiento de las economías en vías de desarrollo debido a las alzas de los alimentos está provocando la migración de los compradores hacia otros mercados.
Los emergentes ya no son lo que eran. Lo que eran hace tan sólo dos meses, cuando todavía presentaban fuertes cifras de crecimiento y se perfilaban como la niña bonita de los inversores. Pero las tornas están cambiando, y para última muestra, la encuesta a gestores de Bank of America Merril Lynch. El estudio, publicado el martes, revela que ya sólo el 5 por ciento de los gestores de fondos sobrepondera a los emergentes en su cartera, frente al 43 por ciento de enero. Es el nivel más bajo desde marzo de 2009.
Las alzas continuadas de las materias primas durante las últimas semanas han motivado en gran parte este cambio de mentalidad. Los precios del maíz, el trigo, el azúcar o el café ya han batido máximos; otros productos como el arroz, el algodón o el aceite de palma dan muestras de seguir el mismo camino. A la inclemencia de la climatología durante 2010 (la causa originaria de la escasez de cosechas), los conflictos originados en Oriente Medio han servido para dar nuevos argumentos a la especulación con estos activos. En este sentido, la gestora Raiffeisen Capital alerta en su último informe sobre los mercados emergentes de capitales de que "sería un error desestimar las probabilidades de que haya turbulencias políticas también en Asia, sobre todo en el caso de que los precios del arroz sigan subiendo con fuerza". Por no hablar de otro factor sobre el que alerta Fidelity, el hecho de que varios gobiernos (Argelia, Indonesia) han estado comprando materias primas para blindarse ante una posible situación de escasez pese a que con estas medidas se agrave la crisis.
Dentro de este contexto de demanda continua y creciente de materias primas agrícolas ha terminado por hacer su presencia el fantasma de la inflación. Se trata de un fenómeno que obviamente no es exclusivo de los países emergentes (sin ir más lejos, en Europa, el Banco de Inglaterra ha advertido que la inflación se ubicará entre el 4 y el 5 por ciento en Reino Unido), pero éstos se han visto más afectados por el encarecimiento del coste de los productos básicos debido al fuerte peso que ocupan los alimentos dentro de sus respectivas cestas de la compra.
Una sencilla, pero ilustrativa, comparación: aunque el trigo es una de las bases principales tanto de la gastronomía italiana como de la hindú, la subida del precio del cereal no tiene el mismo impacto en un país como el transalpino, que cuenta con 60 millones de habitantes con una renta per cápita estimada en unos 33.900 dólares para 2011 de acuerdo con previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), a que lo haga en el gigante asiático, cuya población rondará los 1.200 millones de personas con una renta per cápita de unos 1.233 dólares para el mismo periodo. De hecho, para contener la subida del coste de la vida, el Gobierno de la India ya ha elevado hasta siete veces consecutivas los tipos de interés, hasta el 5,50 por ciento actual. Según las previsiones del FMI, esta cifra podría llegar hasta el 6,6 por ciento durante este ejercicio.
Cambio de velocidad
El endurecimiento de las políticas monetarias ha provocado a su vez que el crecimiento de los países en vías de desarrollo esté empezando a dar síntomas de enfriamiento, después de las fuertes subidas que marcaron su comportamiento en 2010.
Aunque unidas por un mismo boom económico, las diferentes velocidades a las que han corrido los países BRIC (acrónimo acuñado para referirse a Brasil, Rusia, India y China) se están haciendo más que patentes con este cambio de coyuntura. En lo que llevamos de recorrido, la Bombay Stock Exchange ha perdido alrededor de un 10 por ciento y el brasileño Bovespa, cerca de un 2,5 por ciento.
Dentro del grupo de emergentes no incluidos en los BRIC, los expertos no dudan en señalar a México como uno de los que puedan beneficiarse más de la recuperación de la economía estadounidense, pero de momento su principal indicador, el IPC Index, cede cerca de un 3,5 por ciento desde el comienzo de 2011. Ídem el parqué de Seúl, que vive un recorte de alrededor del tres por ciento. Las excepciones a este panorama son los parqués de Rusia, Sudáfrica y China. El RTS ruso es el más alcista (sube más de un 5 por ciento en 2011) gracias a su alta exposición al petróleo: entre las más alcistas están energéticas como Rosneft, Gazprom o Tatneft.
El éxodo de inversores internacionales que han retirado su dinero de los países emergentes en las últimas semanas no ha dejado indiferente a nadie. De acuerdo con la consultora de fondos globales EPFR, durante la semana del 9 de febrero, la salida de capital de este mercado alcanzó los 3.000 millones de dólares. Cabe recordar que durante los siete días previos ya se habían retirado otros 7.020 millones de dólares. "La baja demanda que estamos viviendo en estos momentos se debe, en parte, a las presiones inflacionistas de muchos de estos países, los inversores están preocupados con lo que pueda ocurrir en el futuro", explicó en un informe Sandeep Tharian, estratega jefe de Standard Chartered.
Dentro de este desaguisado, no se puede pasar por alto cómo mientras las economías emergentes suben sus tipos de interés, en Estados Unidos, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, opta por mantener los tipos de interés excepcionalmente bajos en la cota del 0 y el 0,25 por ciento. Pese a la presión de algunos miembros de la Fed que recomiendan comenzar a subir los tipos, parece que Bernanke todavía se encuentra cómodo con los niveles de inflación, que en enero subió un 0,4 por ciento en EEUU.
Con un dólar barato, muchos inversores internacionales vuelven a mirar hacia la renta variable de EEUU, de hecho el Dow Jones continúa con su racha alcista, mientras los países emergentes sufren la consecuencia.
Para Frank Engles, director de Barclays Capital, "los positivos datos macroeconómicos de EEUU han despertado de nuevo la curiosidad de los inversores por encontrar nuevas oportunidades allí", explicó a la BBC. Aun así dijo que este cambio es "temporal". "Los grandes inversores institucionales como los fondos de pensiones o compañías aseguradoras cuentan con una presencia mínima en emergentes, de entre el 3 y el 5 por ciento".
Según su punto de vista, si los gobiernos de China o India imponen fuertes medidas fiscales y monetarias al mismo tiempo que reducen sus controles en sus divisas y mercados financieros, "la tendencia podría invertirse de nuevo y los inversores podrían regresar de nuevo a finales de este año".
Sólo aguanta la C de BRIC
Aunque existen divergencias, hoy por hoy la opinión de los analistas es que la única potencia con capacidad para seguir el ritmo es China. El principal punto a su favor es el férreo control que ejercen sus autoridades sobre el ritmo económico del país y el historial de éxitos que han cosechado gracias al mismo; el último, que haya superado a Japón como segunda economía mundial.
El último dato sobre la inflación interanual difundido por el Gobierno chino ha sido del 4,9 por ciento en enero, una cifra inferior a la prevista incluso teniendo en cuenta las alzas de los alimentos. El país está evitando por todos los medios subir otra vez los tipos de interés (ya acumula tres incrementos desde octubre del año pasado), y para ello en enero decidió aumentar también un 0,25 por ciento las tasas de interés a cuatro meses, medida acompañada por la subida del porcentaje de reservas obligatorias de los bancos (que ayer mismo elevó hasta los 50 puntos básicos).
Raiffeisen Capital incluye una observación al respecto en su informe: "Dado que en China el primer trimestre suele ser el más fuerte del año, es posible que su economía continúe igual de robusta varios meses, de modo que el debate en torno al sobrecalentamiento sigue muy vivo". Además, incluso aunque las previsiones del FMI apuntan a que el crecimiento del PIB de China se reducirá casi un punto porcentual respecto a 2010, las proyecciones de futuro hablan de crecimientos muy superiores a los de otros países emergentes, con un promedio del 9,5 por ciento en el lustro 2011-2015.
Cómo seguir ganando
Con este panorama parece que a corto plazo los inversores sólo pueden esperar acumular pérdidas en sus carteras mientras estén en estos mercados. Pero hay más soluciones. Quienes estén dispuestos a asumir correcciones a corto plazo a la espera de que se traduzcan en ganancias a largo plazo pueden traspasar sus fondos de bolsa emergente, sin tener que pagar ni un euro a Hacienda, a otros de carácter global pero que conserven exposición a emergentes. Dentro de este grupo conviene destacar el comportamiento de fondos como los que invierten en empresas de materias primas como, por ejemplo, Share Gold o LU World Gold, dos fondos de bolsa que invierten entre un 5 y un 12 por ciento en mercados emergentes. Una pequeña exposición que les ha permitido dar a sus partícipes rentabilidades anuales medias superiores al 15 por ciento en los últimos cinco años.
Por el contrario, aquellos con menos aversión al riesgo siempre pueden intentar sacar partido de las caídas de los emergentes convirtiendo estos retrocesos de sus mercados en revalorizaciones. La vía es a través de ETF inversos, fondos que replican al alza el comportamiento a la baja que tengan los índices emergentes. De momento, y según los datos de Morningstar, los inversores tienen acceso a 11 productos de este tipo, la mayoría de ellos listados en EEUU y que replican al índice bajista del MSCI Emerging Markets. No obstante, también hay productos que permiten invertir a la baja sólo en países concretos como por ejemplo el Direxion Daily India Bear 2X Shares, para entrar en el mercado indio, o el ProShares UltraShort MSCI Brazil para el parqué carioca. En cualquier caso, todos registran rentabilidades positivas en 2011.
Por C. S. Prieto, J. L. de Haro y A. Palomares from eleconomista.es 20/01/2011

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.