jueves, 17 de febrero de 2011

Las bestias negras de las revueltas árabes

Foto por REUTERS from ABC.es


Los opositores de Yemen, Bahrein, Irán, Libia y Argelia sueñan con repetir la hazaña de los egipcios y echar a sus despóticos líderes del poder.
Las revueltas han estallado en el mundo árabe, una tras otra, y hasta ahora han conseguido acabar con dos de los presidentes más temidos y corruptos del norte de África. Dos dinosaurios que gobernaban sus países con mano de hierro. Ben Alí en Túnez y Hosni Mubarak en Egipto han pasado a mejor vida en la historia política de sus respectivos Estados. Irán, Yemen, Bahrein, Argelia y Libia recogen el testigo.
- Yemen contra Alí Abdulá Salé
Alí Abdulá Salé es, después del libio Gadafi, el mandatario de un país árabe que más tiempo ha permanecido en el poder. Fue presidente de la República Árabe de Yemen (Yemen del Norte) desde 1978 y pasó a ser el máximo mandatario del Yemen reunificado a partir de 1990. Nacido en 1942 en Bayt al Ahmar, cerca de Saná, en 1958 ingresó en las fuerzas armadas y con el magnicidio de Ahmed Husayn al-Ghashmi, en 1978 se convirtió en presidente de Yemen del Norte. En 1999 se convirtió en el primer presidente de Yemen elegido en sufragio universal, en unas elecciones en las que cosechó el 96% de los votos, si bien el principal partido de la oposición, el Partido Socialista de Yemen del Sur, no pudo presentar un candidato. Su rival en las elecciones de 1999 era también un miembro del partido de Salé, el Congreso General del Pueblo, que se presentó como independiente. El Parlamento, dominado por el Gobierno, impidió presentarse a otros 28 candidatos.
En 2006 volvió a salir elegido presidente en unos comicios de nuevo tachados de fraudulentos por la oposición.
Tras la muerte de dos manifestantes yemeníes, Salé ha advertido este miércoles que el tiempo de los golpes de Estado, el caos y la anarquía ha pasado, y que cualquiera que quiera hacerse con el poder deberá pasar por las urnas, coincidiendo con las crecientes protestas para reclamar su dimisión.
Según informa la agencia oficial SABA, el presidente se pronunció de este modo durante una reunión con miembros del Parlamento y del Consejo de la Shura, miembros de los consejos locales, jeques, dignatarios y líderes de partidos, así como organizaciones juveniles y de la sociedad civil en la provincia de Hajjah (noroeste).
"Cualquiera que quiera alcanzar el poder debería pasar por las urnas, que son el único modo, pero no por el caos, la movilización errónea y las declaraciones irresponsables a través de los medios", ha defendido el presidente, que gobierna el país desde hace más de 30 años. Por su parte, los asistentes, según SABA, expresaron su respaldo al presidente, defendieron que Yemen es un país plural y democrático y confirmaron que participarán en las marchas organizadas por los ciudadanos en distintas provincias para expresar su apoyo al Gobierno frente al caos.
El presidente yemení ha llamado por teléfono al rey de Bahrein, Hamad bin Isa al Jalifa, para interesarse por la situación que atraviesa el país, donde en los últimos días también ha habido manifestaciones antigubernamentales que han dejado dos muertos, y ofrecerle su respaldo. Asimismo, denunció que existe "una conspiración para sumir a la región en el caos y la violencia, y que tiene como objetivo la seguridad y la estabilidad de sus países". En este sentido, Salé subrayó que "los que cometen actos de desorden y vandalismo simplemente están aplicando agendas extranjeras sospechosas".
- Los chiíes exigen más poder en Bahrein
El Reino de Bahrein es el país más pequeño de la región del golfo Pérsico, con 33 islas y vecino de Qatar y Arabia Saudí. Este «reino de los dos mares» (traducción de su nombre en árabe) es una monarquía hereditaria bajo el mandato de la familia Al Khalifa. El Rey Hamad bin Isa Al Khalifa es el jefe de Estado, y el primer ministro, su tío Khalifa bin Salman Al Khalifa, el jefe del Gobierno. Desde que el actual rey llegó al poder en 1999 ha introducido reformas constitucionales.
Durante las protestas que han estallado en los últimos días (a pesar de que el rey ofreció 1.000 dinares -unos 2.000 euros- a cada familia del emirato para tratar de evitar las manifestaciones que exigen reformas políticas) han muerto al menos dos personas por impactos de bolas de goma lanzados por la policía, que también ha empleado gases lacrimógenos para intentar dispersar a los manifestantes.
Estas manifestaciones, que se han sucedido en el pasado, aunque nunca con la participación de los últimos días, están motivadas por demandas económicas, reformas políticas y la exigencia de que sea reemplazado el Gobierno.
En el pequeño archipiélago de Bahrein, con una superficie de 727 kilómetros cuadrados, vive poco más de un millón de personas, y la mitad de ellas no son de nacionalidad bahreiní. La población, mayoritariamente de confesión musulmana, está compuesta por un 70 por ciento de chiíes que exigen una mayor reforma democrática y más representación.
Bahrein se liberó de la dominación británica y alcanzó la independencia en 1971. Es un país rico en petróleo y gas natural, con un Producto Interior Bruto per cápita de 38.400 dólares.
- Gadafi y la matanza de Abu Slim
Muamar al Gadafi llegó al poder en Libia el 1 de septiembre de 1969 y se coronó con el título honorífico de "Líder de la Revolución" o "Líder Fraternal y Guía de la Revolución". Sus defensores lo describen como un líder hábil, revolucionario e idealista. Sus detractores lo consideran imprevisible y déspota, un hombre al que sólo le importa permanecer en el poder, implicado en actos de terrorismo y corrupción. EE.UU. lo ha intentado echar del Gobierno en varias ocasiones, y hasta una de sus hijas, Jana, murió durante un bombardeo estadounidense en Trípoli en 1986, cuando Ronald Reagan estaba en la Casa Blanca.
El coronel Gadafi ha tenido ocho hijos y quiere que uno de ellos sea su sucesor. Su hijo mayor, Sayf al-Islam al-Gaddafi, lo representa en eventos oficiales.
La manifestación convocada este miércoles en Libia ha sido puesta en marcha por 200 familiares de las víctimas de la matanza de la prisión de Abu Slim, registrada en junio de 1996. Según Human Rights Watch (HRW), al menos 1.200 presos murieron fusilados en esa cárcel, en circunstancias aún confusas. Desde hace años sus familias, muchas de ellas originarias de Benghazi, no dejan de reclamar luz y justicia sobre esta masacre.
- Los argelinos no quieren a Buteflika
Miles de personas se han manifestado estos días en las principales ciudades de Argelia contra del gobierno de Abdelaziz Buteflika, convocados por el principal frente de oposición, la Coordinadora Nacional por el Cambio y la Democracia (CNCD, por sus siglas en francés). Las protestas, prohibidas por el Ministerio del Interior, han derivado en enfrentamientos callejeros entre los manifestantes y la Policía. La tensión se venía mascando desde que los argelinos salieron a la calle para celebrar la caída del presidente egipcio Hosni Mubarak. Para rebajarla, el primer ministro argelino, Ahmed Uyahia, ha anunciado este miércoles que el estado de excepción vigente en Argelia desde hace 19 años, se levantará antes del final de este mes de febrero.
Desde la independencia de Argelia en 1963, el gobierno ha estado siempre en manos de los sucesores del Frente de Liberación Nacional (FLN) con el apoyo del Ejército, a excepción del breve experimento electoral de 1988. Aquel año, una oleada de protestas estuvo a punto de dar el poder a los islamistas y condujeron al posterior golpe de estado militar y a la guerra civil de los 90, cuyas secuelas todavía colean. Desde entonces, el estado de excepción está vigente en el país. Precisamente el cansancio de la población ante ese conflicto, que en los años 90 se cobró al menos 200.000 muertos y unos 50.000 desaparecidos (muchos de ellos a manos de las fuerzas de seguridad argelinas), hacía esperar que el seguimiento de las protestas —que no han sido secundadas por los islamistas ni por el Frente de Fuerzas Socialistas, las otras dos grandes fuerzas opositoras— fuese muy inferior al nivel real de descontento.
El país es rico en hidrocarburos y recursos minerales, a pesar de lo cual un cuarto de la población argelina vive por debajo del umbral de la pobreza. Y si bien el índice de desempleo oficial es del 9,9%, la cifra real es mucho mayor, cercana al 40%. Esta situación ya produjo un estallido en enero, cuando cientos de jóvenes se echaron a las calles en varias ciudades para protestar contra la subida del precio de varios productos básicos como el azúcar o el aceite. Se produjeron violentos disturbios que sólo se calmaron después de que el gobierno anunciara subsidios para los productos de primera necesidad.
Abdelaziz Buteflika es presidente del país desde 1999, aunque participa en el Gobierno, como Ministro de Exteriores y de Estado, desde 1963, el año de la independencia. Muchos argelinos creen que ya es hora de cambiar.
- Prueba de fuerza para la oposición iraní
Los opositores iraníes volvieron a las calles este martes, inspirados por la caída de Mubarak en Egipto. No se manifestaban desde el 2009, cuando se registraron varios muertos en las protestas que siguieron a las elecciones. Y cuando líderes como Musavi se erigieron en nombres clave contra el temido presidente Ahmadineyad.
La del martes era una prueba de fuerza para la oposición reformista. Y la policía hizo lo de siempre: cargar contra los manifestantes en la plaza Azadi de Teherán (frecuente escenario de protestas), en Isfahan y Shiraz, además de rodear las casas de los líderes opositores Mir Huseinn Musavi y Mehdi Karubi para evitar que se sumaran a la marcha.
Además de la apertura del régimen, los manifestantes claman contra Mahmud Ahmadineyad, el ingeniero civil y político de ideología conservadora islamista, presidente de la República Islámica desde el 2 de agosto de 2005 (antes era alcalde de Teherán).
Aunque Ahmadineyad tiene muchos detractores, su populismo y su sencillo estilo de vida se han ganado el apoyo de las clases más pobres del país.
Por NOELIA SASTRE / MADRID from ABC.es 16/02/2011

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