lunes, 14 de marzo de 2011

De qué mueren las empresas

Foto from lavidawifi.com

El 70% de las nuevas compañías fracasa antes de los cuatro o cinco años de vida. La cuestión es averiguar cuáles son los errores, por acción y omisión, que provocan esta alta mortandad. Según los expertos, la gestión financiera es la eterna asignatura pendiente.
En el mundo empresarial se dice que una empresa muere de éxito cuando la compañía, que lleva pocos años en el mercado, no ha sabido afrontar su crecimiento, ese momento en el que se empiezan a tener beneficios, aumenta la cartera de clientes y una diversificación o ampliación de productos es factible. Obviamente, las causas pueden ser muchas y variadas pero el resultado es que el 70% de las nuevas empresas fracasa antes de los cuatro o cinco años de vida, según datos de la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios (Ceaje).
La cuestión es averiguar el motivo por el que los emprendedores fallan en su despegue y consolidación. Ángel Colomina, director de la Fundación Incyde de las Cámaras, afirma que "a pesar de lo que se suele pensar, lo más difícil no es la puesta en marcha del negocio, sino que las mayores dificultades surgen entre el segundo y quinto año de existencia". La raíz de los problemas se encuentra en la falta de formación y asesoramiento: "Se cree que lo más importante es tener una buena idea, cuando lo fundamental es desarrollar un cuidado plan de negocio que preste especial atención sobre todo al área comercial y financiera".
Raúl Jiménez, director financiero de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Madrid (AJE), también comparte este argumento, pero achaca esta escasa preparación a la falta de cultura emprendedora en nuestro país. "Las instituciones educativas y, en general, la sociedad no apoyan al joven que decide salirse de la norma no escrita de convertirse en asalariado de una gran compañía", comenta.
Uno de los fallos de los empresarios es no tener en cuenta a la competencia. Para Colomina "desde el lanzamiento de la firma y cuando ya se ha logrado un hueco en el mercado, el emprendedor no analiza a sus competidores". Asimismo, también señala que "se deben cuestionar por qué no hay un producto en el mercado. Si es porque no funciona o porque aún no se le ha ocurrido a nadie".
Esto está estrechamente ligado con la diversificación de productos y servicios. En este campo el problema es la falta de adaptación a la realidad y saber amoldarse a los gustos y necesidades de los clientes. El director de la Fundación Incyde de las Cámaras insiste en que "los emprendedores deben comprender que la innovación y capacidad de afrontar los cambios. Es decir, reinventarse es una de las bazas esenciales para permanecer en el mercado laboral".
La responsabilidad de que las empresas mueran de éxito debe buscarse en el plano financiero. Según Jiménez "casi nunca se hace una previsión de tesorería. La causa de muchas quiebras es la falta de liquidez". Colomina corrobora este punto y señala que "a menudo, los responsables del negocio confunden cobros y pagos". Por tanto, es fundamental elaborar una previsión financiera a medio y largo plazo."Lo ideal es hacer una previsión a seis meses vista y no pensar que, como tengo beneficios, obtengo dinero", avisa Jiménez.
Otro de los errores es no tener una reserva monetaria para posibles eventualidades, como un cheque devuelto por falta de fondos del cliente o los gastos generados por despidos y bajas laborales.
Jiménez también recomienda cuidar la negociación con los clientes. "Hay que ser astutos y aprender a cobrar pronto y pagar tarde", comenta el director financiero de AJE Madrid, quien recuerda que "para ser un buen gestor se deben aprender técnicas de comunicación, fundamentales para poder llevar a cabo una buena negociación".
Gestión de personas
Aunque en general los fallos en la gestión de personas no ocasionan daños de gran calado en la continuidad de una empresa, sí hay aspectos que conviene cuidar. Alejando Palacios, asesor jurídico de AJE Madrid, reconoce que uno de los más comunes es el de los empresarios que han tenido que hacer frente a indemnizaciones por despido mucho más elevadas de lo que esperaban, por un error suyo al contratar por una modalidad que no se correspondía con el objeto de trabajo. "La tendencia entre los emprendedores es a realizar contratos por obra. El problema es que no están bien definidos los términos, y cuando se produce un despido la indemnización se eleva a la cuantía de un despido indefinido", comenta Palacios.
Otro de los puntos que conviene revisar cuando la empresa empieza a crecer es la posible ampliación del número de socios y en qué condiciones se lleva a cabo. Palacios señala que lo más recomendable es conceder al nuevo socio un 5%. "Es el porcentaje mínimo y con él, por supuesto, no se pierde el control de la empresa, pero sí se adquieren responsabilidades". También conviene tener presente la motivación de los inversores: los capitalistas orientados a conseguir dividendos y los socios trabajadores, que buscan capitalizar la empresa para ampliar el negocio.
Según los expertos, cuando se trata de contemplar el crecimiento de un negocio, los fundadores no suelen contemplar los beneficios que les puede reportar un cambio en el tipo de sociedad mercantil. Por ejemplo, si se quiere ser más libre, quizá convenga ser una sociedad anónima para poder cotizar en bolsa.
Claves para no quebrar
1. Realizar un detallado plan de negocio que contemple todos los aspectos empresariales.
2. Observar a la competencia y permanecer al día de lo que hacen las empresas de nuestro sector.
3. Diversificar el producto o servicio, adaptándonos a la realidad y demandas de los clientes.
4. Previsión de tesorería. Realizar una previsión financiera a corto y medio plazo para evitar la falta de liquidez.
Por Ángela Méndez from Expansion.com 10/03/2011

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