La ingeniera agrónoma y directora del Centro de Nuevos Materiales y Nanotech de ITENE en Valencia trabaja para conseguir reducir el impacto ambiental de los envases.
Desde los primeros intentos hace ya 10.000 años hasta hoy, los envases han evolucionado junto al ser humano. Mientras que al principio solo buscaban contener alimentos o agua, conforme la sociedad se desarrolló se hizo necesario crear envases que permitieran transportar e incluso conservar bienes perecederos.
Así, las conservas de Appert, los envases de cartón y los plásticos revolucionaron la tecnología del envasado. Hoy, en el centro de desarrollo de Nuevos Materiales del Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística ITENE (Paterna, Valencia), Mercedes Hortal y su equipo trabajan para crear los envases del futuro, que no solamente conservarán mejor los alimentos sino que mejorarán sus propiedades e incluso avisarán cuando se acerque la fecha de caducidad.
¿Cuál es el problema de los envases actuales?
En primer lugar, los residuos, que aumentan conforme crece la población mundial, aunque se reciclan cada vez más. Por otra parte, las materias primas actuales se terminarán y necesitamos encontrar alternativas. Por último están nuestras propias demandas. Cada vez somos más exigentes con la seguridad del producto que consumimos y a las empresas les interesa que que esté en perfectas condiciones para atraer la demanda y el consumo. Los envases tienen que adaptarse a las necesidades y la nanotecnología es una forma de conseguirlo.
¿Qué aplicaciones tiene la nanotecnología en este campo?
Lo que se hace es embeber el nanomaterial en la matriz del material convencional o renovable. De esta forma se utiliza una menor cantidad de producto virgen para conseguir las mismas prestaciones. Además le da ciertas ventajas, como protección frente al vapor de agua y al oxígeno o resistencia térmica. Todo esto permite incrementar la vida útil del producto que contiene.
¿En qué consisten los envases activos?
Son envases que interaccionan con el producto que llevan en el interior, proporcionando nuevas características o evitando que se deterioren con el paso del tiempo. Lo que sobre todo buscamos es alargar la vida útil para que se desperdicie la menor cantidad posible de producto, sea farmacéutico, cosmético o alimentario.
Si actúan sobre los alimentos, ¿cree que el consumidor se mostrará reticente?
No, porque el consumidor lo que quiere es una bandeja en la que el filete aguante dos semanas, que mantenga la calidad, y que sea segura. Todos los envases están garantizados y no se diferencian de los convencionales. En los actuales envases con atmósfera modificada lo pone en pequeño en la etiqueta y tú no lo sabes, pero no te preguntas mucho más porque no hay diferencia.
¿Qué son los envases inteligentes?
Estos envases proporcionan información al consumidor sobre el estado del producto o del mismo envase. Por ejemplo, conforme el alimento se deteriora libera unas sustancias que pueden reaccionar con la tinta de una pegatina del envase que cambia de color. Así el consumidor sabe, de manera fácil y visual, el estado del producto.
¿Y para qué querríamos saber el estado del envase?
Para saber si se ha manipulado. Nosotros hemos creado un dispositivo electroluminiscente que se enciende si el envase ha sido abierto, algo aplicable a productos de alto valor como fármacos, joyería, electrónica, etc.
¿Cómo van a ser los envases del futuro?
Completamente sostenibles, renovables y con una gestión de residuos ya resuelta. Además ofrecerán características que ahora mismo ni nos imaginamos. Probablemente en diez años no tendrán nada que ver con los que conocemos hoy en día.
¿Algunos ya se están utilizando?
Ya se utilizan materiales de fuentes renovables, pero son más caros. Ajustar los precios y los costes es uno de los grandes retos para su salida comercial. Por ello intentamos reducir la cantidad de material, algo que conseguimos aplicando los nanomateriales. Muchos de estos desarrollos ya están en el mercado, aunque les queda un paso más para que lo estén al cien por cien.
¿Cuándo se implementarán definitivamente?
Solo falta que haya empresas interesadas en esta tecnología y que se lleve a escala industrial. Es necesario que una empresa compre la patente y las propiedades de uso, lo pruebe y lo modifique en el mercado. Crear una nueva empresa que fabrique uno de estos envases puede ser una salida.
¿Alguna novedad en la que estén trabajando?
Tenemos en desarrollo, por ejemplo, envases diseñados para que no se pierda el olor que notas cuando abres un brik de crema de verduras. Son pequeños avances apenas perceptibles por el consumidor, pero que en realidad es lo que os hace elegir un producto u otro. Por eso las marcas apuestan cada vez más por ellos.
SERGIO FERRER / SINC VALENCIA 30/11/2013 12:38 Actualizado: 30/11/2013 12:47
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