Son innumerables las preguntas que nos hacemos acerca de nuestra vida sexual, ya que el ser humano todo se lo puede cuestionar, y este campo de la vida le preocupa especialmente. Además, como es un tema que se desarrolla en la intimidad y que en gran medida sigue siendo un gran tabú, es difícil compartir las experiencias y saber qué es normal y qué no, qué es mejor y qué peor, si lo estamos haciendo bien o mal y un larguísimo etcétera. Preguntas que, si no hay problemas en la cama, probablemente sean accesorias, pero que no podemos evitar plantearnos.
Pues bien, para el psicoterapeuta Ken Page de Nueva York, son sólo dos las grandes preguntas que nos ayudarán a mejorar nuestra vida sexual, y que son realmente prácticas y útiles. En palabras del propio Page, "las respuestas os enseñarán valiosas lecciones sobre vuestra vida sexual".
1. ¿Qué es lo que más te excita?
Muy a menudo, dice Page, nuestras fantasías sexuales o aquello que más nos excita no concuerda con la imagen que tenemos de nosotros mismos. Es posible, por ejemplo, que fantaseemos con la idea de ser sexualmente sometidos, pero que nos sintamos humillados por ese sentimiento.
También puede ser que las cosas que más y mejor nos excitan nos avergüencen por ser demasiado básicas y poco creativas. No obstante, sean o no exóticos, nuestros más profundos anhelos eróticos son portales a una experiencia más plena del sexo y de nosotros mismos, por lo que no debemos pasarlos por alto.
Con frecuencia, opina este psicoterapeuta, esos portales iluminan o descubren partes de nosotros que no conocíamos o que no sabemos manejar. Pocos de nosotros hemos sido educados para lidiar con nuestras fantasías sexuales más evocadoras de un modo creativo, de celebración y no de destrucción. Así, no es extraño que terminemos juzgando nuestros propios deseos como raros o incluso pervertidos.
Page trae a colación a David Schechter, director y letrista teatral en Broadway, que ha rescatado la palabra perverso (perverse, en inglés) y le ha dado un giro semántico. Schechter se pregunta: "¿Y si perverso significase per-verso, es decir, 'por el verso', 'a través de la poesía'?".
Cuando exploramos nuestro lado más salvaje estamos indagando en un paisaje de poesía sexual, lleno de simbolismo. Puede que nunca llegue a tener un sentido lógico o consciente, pero está cargado de significados y es increíblemente satisfactorio. Explica Page que la mayoría de las personas necesitan ayuda para abrazar su lado salvaje en lo referente al sexo, así como para distinguir entre los comportamientos que son dañinos y los que son simplemente per-versos.
Así, debemos plantearnos verdaderamente qué es lo que más nos excita: acciones, partes del cuerpo, comportamientos, vestuarios...
Es importante permitirse reflexionar con libertad y enfrentar las zonas que nos producen incomodidad. A menos que las fantasías que imagines sean demasiado perturbadoras, lo más probable es que, por muy raras o vergonzosas que te parezcan, no sean nada del otro mundo y miles de personas las piensen de manera parecida. De modo que llévalas a cabo y, sobre todo, compártelas con tu pareja, en lo que puede ser una gran experiencia de disfrute recíproco.
2. ¿Qué es lo que más te afecta emocionalmente en relación con el sexo?
Page considera esta pregunta fundamental, y cree que nos hace aún más vulnerables que la anterior.
¿Alguna vez te han tocado emocionalmente durante el sexo de un modo que te ha sorprendido? ¿Alguna vez te has conmovido hasta las lágrimas o has sentido un amor que te ha aturdido? ¿Alguna vez has sentido el amor y la pasión al mismo tiempo? Todas estas preguntas, que a veces damos por supuesto, nos dirán innumerables cosas sobre quiénes somos y nos conducirán a una experiencia sexual más plena, afirma el psicoterapeuta.
¿Hay partes de tu cuerpo que, estimuladas de una cierta manera, desencadenan emociones fuertes? ¿Hay algún ritmo que te conmociona más que otro? En caso de que tengas pareja, ¿qué es lo que le conmociona?
En el sexo –y en la vida– muchos de nosotros somos más salvajes y más tiernos de lo que acostumbramos a manejar. Pero lidiar con esas emociones, canalizarlas y experimentarlas es la mejor manera de afianzar nuestra vida sexual y de estar cómodos con nosotros mismos, viviendo el placer con mayor intensidad.
Por supuesto, como termina señalando Page, todas estas ideas, así como la invitación a expresar tu fantasía sexual, sea cual sea, son indicaciones para personas que se hallen en un estado físico y emocional totalmente seguro y saludable.
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