jueves, 12 de diciembre de 2013

Canadá dice adiós al cartero

 
 
La empresa pública postal anuncia la retirada progresiva de la entrega de correspondencia a domicilio.
 
 
En cinco años, la figura del cartero dejando la correspondencia en el buzón habrá desaparecido de Canadá. La empresa pública de correos del país norteamericano, Postes Canada Post, anunció este miércoles un plan que prevé la progresiva desaparición de la entrega postal domiciliaria. En 2019, quien quiera recoger su correspondencia deberá hacerlo en su apartado de correos. Este sistema, que ya se aplica en las zonas rurales y en algunos suburbios, se extenderá durante los próximos cinco años a todo el país. La empresa también pretende reducir su plantilla entre 6.000 y 8.000 personas (algo más de un 10% del total) aunque no prevé despidos: el plan espera que 15.000 empleados postales se retiren voluntariamente hasta 2019.
 
Según la empresa, el llamado plan de cinco puntos presentado este miércoles también incluye otras medidas, como subir un 35% las tarifas del correo ordinario a partir del 31 de marzo del año que viene y cerrar oficinas y sustituirlas por franquiciados en centros comerciales o grandes almacenes, así como un “adelgazamiento” de los costes en mano de obra. Postes Canada Post afirma que el plan le permitirá ahorrar hasta 700 millones de dólares canadienses (475 millones de euros) al año. La intención es que, al final de 2019, las cuentas de la empresa estén totalmente equilibradas.
 
Solo el 33% de los hogares canadienses (algo más de cinco millones de residencias) recibe el correo en su puerta. Otro 25% lo recibe en un punto centralizado, como los buzones del portal. La empresa pública ha señalado que entregar las cartas en casa cuesta 283 dólares (193 euros) por domicilio y año, mientras que el uso de apartados de correo cuesta menos de la mitad de esa cifra. Postes Canada Post afirma que el plan de eliminar la entrega domiciliaria se ha decidido tras realizar “consultas con los ciudadanos” en 46 localidades de todo el país.
 
Según Postes Canada Post, la puesta en marcha del plan se debe a las “significativas pérdidas” derivadas del “creciente uso de las comunicaciones digitales y el descenso del volumen de correspondencia postal”. Aunque la sociedad cerró 2012 con unos beneficios de 94 millones de dólares canadienses (64 millones de euros), lo que preocupa a la empresa pública de correos es que cada vez menos gente utiliza el correo —y este debe entregarse en cada vez más domicilios—.
 
Según los datos del informe anual de Postes Canada Post, desde 2008 el volumen de envíos domiciliarios ha caído un 23,6%, mientras que el número de domicilios particulares se ha incrementado. En 2012, el número de cartas enviadas dentro de Canadá se redujo más de un 6% con respecto al año anterior.
 
“En la era digital, los canadienses cada vez envían menos cartas”, señaló la ministra de Transportes, Lisa Raitt, que declaró el respaldo del Gobierno conservador encabezado por Stephen Harper al plan.
La empresa ha perdido 88 millones de dólares en los nueve primeros meses de 2013, aunque es precisamente el cuarto trimestre (gracias al periodo navideño) el que suele compensar las pérdidas del resto del año.
 
El Sindicato Canadiense de Trabajadores Postales, el principal del sector, señaló que la medida es “insensata y miope”. En un comunicado, su presidente, Denis Levelin, afirmó que el sindicato “no está solo” en su oposición al proyecto. El mayor partido de la oposición, el socialdemócrata Nuevo Partido Democrático (NPD), ha reprochado al Ejecutivo que haya anunciado la medida a días del receso parlamentario de Navidad y Año Nuevo. “Me pregunto qué pasará con la gente mayor que no tendrá servicio postal durante los meses de invierno”, ha afirmado el diputado del NPD Peter Julien.
 

Internet, la clave

Los problemas del servicio postal canadiense no son exclusivos del país norteamericano. Según las estadísticas de la Unión Postal Universal (UPU), en 2012 se entregaron 347.214 millones de documentos postales en todo el mundo, un 16% menos que en 2008.
 
Para las empresas de correo, que en muchos países son públicas o semipúblicas, la caída en los ingresos, sumada a la competencia de las empresas de mensajería privada, suponen un lastre financiero difícil de compensar. El Servicio Postal de EE UU (USPS, en sus siglas en inglés) propuso en febrero dejar de entregar los sábados. Las protestas obligaron al USPS a retirar el plan.
 
Pero lo que el correo electrónico quita, el comercio por internet lo devuelve. En noviembre, el gigante de la venta online Amazon firmó un acuerdo con el USPS por el cual este se comprometía, por primera vez en su historia, a entregar paquetes en domingo.

 

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