jueves, 26 de diciembre de 2013

Mujeres en la cúpula, una tarea pendiente de Wall Street

 
 
 
"A Estados Unidos le va como le va a GM". El dicho podrá ser apócrifo, pero está por ser puesto a prueba en un nuevo ámbito: la representación de las mujeres en las más altas esferas de Wall Street.
 
El nombramiento la semana pasada de Mary Barra como presidenta ejecutiva de General Motors Co. la primera mujer que encabeza una automotriz estadounidense— trajo a colación el siempre candente debate sobre el rol de la mujer en el mundo laboral.
 
Mi primera reacción fue llamar a mujeres en puestos altos en Wall Street para preguntarles si la designación de Barra podría marcar un punto de inflexión en su industria. Sus respuestas no fueron muy alentadoras. No obstante, algo parece estar gestándose en los confines de una industria que tiene problemas para darles a las mujeres los puestos que merecen.
 
Primero, las malas noticias. Las finanzas son un sector dominado por hombres (blancos), donde la testosterona fluye libremente y el machismo nunca está a más de dos o tres cubículos de distancia. Más de 220 años después de que un grupo de corredores (todos varones) se reunieran debajo de un árbol en Nueva York para formar la primera bolsa de EE.UU., seguimos esperando que una mujer lidere un banco de Wall Street.
 
 
Por eso no llamó la atención que muchas de las mujeres con las que hablé la semana pasada mostraran una cierta dosis de escepticismo. "Hay cierta mejoría", me dijo una ejecutiva de un gran banco. "Pero es lenta y no muy estable".
 
Las estadísticas lo demuestran. Más de uno de cada dos trabajadores en empresas de finanzas que figuran entre las 500 mayores compañías de EE.UU. es mujer, pero sólo uno de cada ocho presidentes ejecutivos es mujer, según Catalyst, una firma de investigación que se especializa en las mujeres.
 
Las juntas directivas de las firmas financieras siguen siendo clubes de hombres y la representación de las mujeres sólo llega a 18%.
 
La barrera que las mujeres todavía no cruzan en Wall Street es la presidencia ejecutiva. Hubo, y hay, directoras generales de finanzas y encargadas de grandes divisiones en empresas como Morgan Stanley, J.P. Morgan Chase & Co. y Goldman Sachs Group Inc., pero ninguna ha ascendido a la presidencia ejecutiva. "Es una industria con una cultura machista", dice Ilene Lang, la presidenta saliente de Catalyst. "Trabajan para mejorar la situación pero no anticipamos grandes cambios a corto plazo".
 
Una mirada más profunda revela un panorama un poco más alentador. Más de la mitad de los más de 260.000 empleados de J.P. Morgan son mujeres. Hace unos meses, algunas altas ejecutivas salieron a hacer una gira de negocios inusual. En lugar de promocionar una salida a bolsa o una campaña para conseguir más cuentas corrientes, las ejecutivas —encabezadas por la directora de finanzas Marianne Lake y Mary Callahan Erdoes, responsable de la división de gestión de activos,— querían hablarles a las mujeres sobre sus necesidades.
 
La iniciativa que sigue vigente, llamada "Women on the Move" (algo así como "Mujeres en movimiento"), ya llegó a 3.000 participantes en 11 ciudades en todo el mundo. Las reuniones ya produjeron 207 solicitudes específicas para cambiar las prácticas laborales. Algunas, como crear espacios privados en centros de llamadas para la comunicación personal, se están implementando.
 
Erdoes destaca que los pedidos no suelen ser motivados por género. Muchas mujeres simplemente quieren mejoras en su entorno laboral, como pedirles a los gerentes que no hagan problemas si un empleado tiene que irse más temprano para una ocasión especial como un cumpleaños o una actuación en el colegio de sus hijos.
La debilidad de programas como el de J.P. Morgan —y de muchos otros bancos— es que no abordan el problema de fondo. Hay una gran diferencia entre hacer que las oficinas sean más amenas y atacar el desequilibrio de género en las cúpulas de Wall Street. Según informa J.P. Morgan, la cantidad de empleadas disminuye a medida que los puestos son más altos.
 
Tener una presidenta ejecutiva en un banco grande ayudaría inmensamente, como símbolo y como modelo.
¿Cuándo será eso? No pronto.


Por FRANCESCO GUERRERA  December 23, 2013, 10:30 a.m. ET

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