La Torre Cardiff oculta una instalación en la que se extrae petróleo.
Si le nombran la ciudad californiana de Los Ángeles es probable que piense en el Paseo de la Fama de Hollywood, en las mansiones de los famosos de Beverly Hills o en las playas de arena blanca de Santa Mónica y Venice.
Con lo que probablemente no asociará a la que es la segunda urbe más poblada de Estados Unidos es con el petróleo, pese a que esta se levanta sobre una de las regiones del país que ha sido históricamente más rica en la producción de este recurso.
Hace ya décadas que el paisaje de Los Ángeles dejó de estar dominado por las miles de torres petrolíferas que fueron instaladas en la zona desde finales del siglo XIX con el descubrimiento de importantes yacimientos del oro negro, aunque ello no quiere decir que la extracción de crudo se haya detenido.
Por toda la ciudad, numerosos pozos petrolíferos siguen activos (más de 3.000 en todo el condado de Los Ángeles según algunos cálculos), aunque muchos pasan desapercibidos, al estar ocultos detrás de estructuras que simulan ser almacenes o edificios de oficinas sin ventanas y que se integran perfectamente en el paisaje urbano.
A día de hoy, al lado de viviendas, escuelas, centros comerciales y campos de golf se lleva a cabo la que, según los expertos, es la mayor producción de petróleo en un entorno urbano de EE.UU., una actividad de la que incluso no están al tanto muchos angelinos.
Meca del petróleo
Fue a partir de 1892 cuando Edward L. Doheny empezó a realizar las primeras prospecciones exitosas en el que entonces era el pequeño pueblo de Los Ángeles, que en unos pocos años multiplicaría su población y se convertiría en uno de los mayores centros de producción petrolera de todo EE.UU. (y en aquella época del mundo).
El descubrimiento del bautizado como Campo Petrolífero de la Ciudad de Los Ángeles, situado al norte del actual centro histórico de la urbe californiana, hizo rico a Doheney y desató una fiebre por el oro negro en toda la región que llevaría al descubrimiento de numerosos yacimientos.
La facilidad para extraer petróleo hizo que las torres de extracción se instalaran por todas partes, incluso en zonas residenciales, siendo levantadas en muchos casos junto a las viviendas de los propietarios de los terrenos.
Bien entrada la segunda mitad del siglo XX, el imparable crecimiento de la ciudad y el aumento de la presión de los ciudadanos, preocupados por el impacto visual y medioambiental de los pozos petrolíferos, hizo que muchos de ellos fueran cerrados, particularmente los situados en el centro de la ciudad, aunque ello no detuvo la extracción de crudo.
Para poder seguir operando en el corazón de Los Ángeles, las compañías petroleras centralizaron sus operaciones en instalaciones situadas en áreas más pequeñas, desarrollando nuevas técnicas de perforación horizontal y vertical para acceder al crudo.
Al mismo tiempo, como si se tratara de decorados de películas, levantaron estructuras con aislamiento acústico que aparentan ser edificios convencionales y tras las cuales se ocultan las torres de perforación.
Ejemplos de esta arquitectura de cartón piedra se pueden encontrar al oeste de la ciudad, en el campo petrolífero de Beverly Hills, del que hasta la fecha se han extraído más de 150 millones de barriles de crudo y sobre el que se levanta la llamada Torre Cardiff, así como la Torre de las Flores, situada junto a las instalaciones deportivas de una escuela de secundaria.
Mientras, un poco más al este, está el campo de Salt Lake -del que se han sacado más de 50 millones de barriles de petróleo- que está situado debajo el hospital Cidars Sinai y del Centro comercial Beverly, y no lejos del Museo de Arte del Condado de Los Ángeles, que fue construido teniendo en cuenta los gases que emanan del subsuelo.
"Inusual"
"Es una historia fascinante. En los años 20 del siglo pasado California era el mayor productor de petróleo de EE.UU. y Los Ángeles jugó un papel muy importante para que eso fuera así", señala en conversación con BBC Mundo Joshua West, profesor de geología de la Universidad del Sur de California (USC, por sus siglas en inglés).
"Es bastante inusual que una ciudad como Los Ángeles tenga en medio del entramado urbano pozos petroleros que sigan activos", señala el experto.
"Los Ángeles está construida sobre lo que hace millones de años era un cuenca que se llenó de sedimentos que quedaron atrapados y se fueron transformando en petróleo. La razón por la que en esta región existe esta cuenca, y otras como la de Santa Barbara, es que se halla en la frontera entre dos placas tectónicas que hacen que se eleve el terreno", explica West.
Según el profesor de la USC, "la mayoría de los campos petroleros de la cuenca de Los Ángeles han pasado su climax de explotación, lo que no quiere decir que todavía no quede mucho petróleo por extraer (…) Aunque ahora son compañías pequeñas las que se dedican sacar el crudo del subsuelo de la ciudad".
Riesgos para la salud
A lo largo de décadas, la actividad de extracción de petróleo en un entorno densamente poblado como Los Ángeles no ha estado exenta de riesgos y controversias relacionadas con la salud y el medioambiente.
En 1985, la acumulación de gas metano proveniente del campo de Salt Lake produjo una poderosa explosión en un local de una conocida cadena de tiendas de ropa que causó 23 heridos y destrozó el establecimiento.
Además, a partir de 2003, los padres de varios alumnos de la escuela de secundaria de Beverly Hills presentaron demandas contra la compañía Venoco, asegurando que en el centro educativo se había dado en las tres últimas décadas un número de casos de cáncer inusualmente alto, que en su opinión estaba relacionado con las emisiones resultantes de la extracción de petróleo al lado de las instalaciones del colegio.
Pese a que las demandas fueron desestimadas, en años recientes han sido varias las comunidades de Los Ángeles situadas junto a pozos petrolíferos activos en las que se ha dado la voz de alarma por las supuestas consecuencias nocivas de las actividades extractivas.
Además, grupos ambientalistas han alertado de los peligros para el medio ambiente y las personas de la utilización para la obtención de crudo de la cada vez más popular técnica de la inyección hidráulica -conocida comofracking- que se usa en algunos lugares del condado de Los Ángeles.
¿Químicos nocivos?
"Para el proceso de fractura hidráulica y otros tipos de estimulación de los pozos, se usa una combinación de decenas de químicos, que en muchos casos son cancerígenos", señala en conversación con BBC Mundo Hollin Kretzmann, de la organización Centro para la Diversidad Biológica.
"Aunque se sabe que estos químicos son peligrosos, se ha permitido que las compañías petroleras los utilicen en grandes cantidades como parte de sus actividades, en muchos casos a unos centenares de metros de áreas residenciales, lo que nos preocupa", apunta Kretzmann.
El experto señala que "es difícil saber cuán a menudo se ha utilizado la técnica porque hasta hace unos meses las compañías petroleras no estaban obligadas a hacerlo público".
Desde el Centro para la Diversidad Biológica también aseguran que les preocupa que se utilice el fracking en una región de alta actividad sísmica como Los Ángeles, ya que en algunos casos se ha asociado con la ocurrencia de sismos.
A principios de este año, el consejo de Los Ángeles votó a favor de la aprobación de una ordenanza que prohíba el fracking en los límites de la ciudad, aunque la norma todavía está siendo redactada.
La próxima vez que le hablen de Hollywood y Beverly Hills, ya sabrá que no todo el oro se encuentra a simple vista.
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