La razón por la que tu gato es tan borde (Seregraff / Getty Images/iStockphoto)
- No le culpes, es una cuestión evolutiva
Aunque tu gato tenga una manera peculiar de decirte ‘te quiero’ y te adore, resulta curioso que sean las mascotas más populares y las verdaderas estrellas de Internet, pues siempre han tenido fama de ariscos, inaccesibles y menos cariñosos que los perros. No obstante, el origen de esta fama inmerecida –o merecida, según quien lo piense– podría deberse a una razón evolutiva.
A pesar de que una investigación, publicada en la revista PNAS, aseguraba que existen evidencias de los primeros gatos ‘domesticados’ por agricultores chinos para que mantuviesen a raya las poblaciones de ratones –una convivencia mucho más corta que la de nuestros amigos caninos, quienes conviven con el hombre desde hace más de 27.000 años–, un estudio de la Universidad de Washington revela que los felinos podrían tener este comportamiento ‘borde’ y de ‘ir a su bola’ porque aún siguen siendo un poco salvajes.
Wes Warren, profesor de genética y coautor del primer mapa completo del genoma del gato doméstico –abisinio, conocido como Cinnamon (canela)– considera que a diferencia de los perros, los mininos están semidomesticados.
Al investigar las diferencia genéticas entre el gato domestico y el salvaje, el científico y su equipo se dieron cuenta que donde realmente diferían era en los genes que están involucrados en comportamientos como la memoria, el miedo y la búsqueda de recompensas, características asociadas al proceso de domesticación.
Existen evidencias de los primeros gatos ‘domesticados’ por agricultores chinos para que mantuviesen a raya las poblaciones de ratones”
Warren explica que podemos asumir que los humanos ofrecían a los felinos comida como recompensa a cambio de que controlasen las poblaciones de ratones en sus coches de grano y se quedasen junto a ellos, no obstante, con el tiempo prefirieron quedarse con aquellos que eran más dóciles.
Tanto este incentivo para los mininos como la selección natural fue lo que alteró los primeros genomas de gatos domésticos, según explica el científico. Como resultado, se fueron quedando los de aquellos cuyos genes fomentaban la interacción con los humanos, este rasgo prevaleció hasta convertirse en la bolita de pelo que hoy ronronea sobre nuestro regazo.
No obstante, lo más curioso que revela la investigación es que aún conservan rasgos primitivos de depredadores que muestran que, a diferencia de los perros, no dependen tanto de los humanos para obtener alimento: como una gran audición para detectar el movimiento de sus presas, sus habilidades de visión nocturna o la capacidad de ingerir dietas altas en proteínas y grasas.
Para los autores del trabajo, esto es un indicador de la ‘modesta’ influencia de la domesticación en los genes de los gatos. Consideran que se debe a que los gatos domésticos se han seguido mezclando con gatos salvajes durante más tiempo que los canes. Por ello, ahora cuando tu gato pase de ti, ya sabes que no puedes culparle de su naturaleza ‘salvaje’.
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