viernes, 20 de abril de 2018

Borra esa sonrisa de tu cara: no tener cuenta en Facebook no te salva de que tengan tu perfil

Mark Zuckerberg testificando en el Senado de EE. UU. Fotografía: Aaron P. Bernstei / Cordon.

Aprendimos varias cosas durante las diez horas que Mark Zuckerberg pasó respondiendo preguntas en el Senado y el Congreso de los Estados Unidos. Pero hay una particularmente indignante: no hace falta ser usuario de Facebook para que Facebook tenga guardado tu perfil. Peor aún: para saber lo que dice de ti, tienes que hacerte usuario de Facebook.
Hasta seiscientas preguntas tuvo que responder Mark Zuckerberg la semana pasada frente a los legisladores del mundo libre. La mayor parte de sus respuestas se pueden resumir en dos: no tengo la respuesta a esa pregunta y los usuarios lo han querido así. El fundador de Facebook repitió una y otra vez que los usuarios eran dueños de sus datos, que ellos mismos elegían compartirlos con quien querían y que tenían herramientas para gestionarlos de la manera que mejor se ajuste a su estándar de privacidad. Esto falta a la verdad de muchas maneras distintas. Las desgranamos, de la más fea a la peor.
La primera, porque la mayor parte de los usuarios no entienden los términos de usuario que firman al entrar. Esto no es una falta de dejadez, incompetencia o desidia. Facebook ha sido denunciado en numerosas ocasiones por tener un contrato farragoso, interminable y premeditadamente ilegible para cualquiera que no sea especialista en derecho digital. Lo que resulta muy conveniente para la rápida expansión de su negocio, que es transformar los datos de millones de personas en perfiles segmentados para industrias como la publicitaria, alimentaria, tecnológica, sanitaria, cosmética o farmacéutica.
El contrato está diseñado para que el aspirante a usuario lo mire, sin entender nada, y lo firme convencido de que sus derechos serán respetados por una de las empresas más poderosas del mundo. No lo acepta sabiendo lo que acepta, sino pensando que algo que cientos de millones de personas aceptan no puede ser tan peligroso. Que ahora Zuckerberg les haga responsables es fundamentalmente hipócrita, porque todo el proceso está cuidadosamente diseñado para que ocurra exactamente así.
La segunda, porque las opciones que ofrece la plataforma para gestionar los datos de los usuarios son restrictivas para los demás usuarios, pero no para la propia Facebook y sus tres millones de partners. La prueba incontestable es que nadie puede borrar sus datos de la plataforma, solo sacarlos de la interfaz. Beth Gautier, portavoz de Facebook, se lo explicaba no hace mucho tiempo al Times: «Cuando borras algo, nosotros lo sacamos para que no sea visible o accesible en Facebook». Irónicamente, borrar tu cuenta es la manera más directa de perder el poco control que tienes sobre tus datos, porque ya no tienes acceso a ellos.
Tanto si borras una conversación como si eliminas tu cuenta de usuario, lo que borras es el acceso a esos datos por parte de otros usuarios y de ti mismo; ya no puedes modificar esa información ni aplicarle distintos filtros porque para ti ya no existe. Pero esa información permanece accesible para Facebook y sigue siendo útil a sus anunciantes en las campañas que ellos quieran, sin pedirte permiso jamás. Esto incluye todo lo que has hecho en Facebook, las cosas que has escrito y que has borrado antes de publicar.
¿No lo sabías? Facebook guarda todo lo que tecleas, incluso si nunca llegaste a publicarlo. Lo descubrimos gracias a una investigación sobre la autocensura en la red. Facebook sabe si te ibas a declarar a una chica y no lo hiciste por pudor (con precisión meridiana, incluyendo la hora, el lugar y el contexto de la conversación). Sabe si le ibas a pedir dinero a tu hermana y al final te dio vergüenza. Guarda todos los comentarios envenenados que, por suerte, no te atreviste a publicar. Nada de lo que haces o dices se pierde como lágrimas en la lluvia; todas quedan atrapadas para siempre en una nube de servidores, cables, routers, antenas y bloques de refrigeración. Eso es porque nunca han sido tuyas, siempre han sido de Facebook, Inc.
La mentira del consentimiento
Si el usuario de Facebook fuera el dueño de los datos que tiene Facebook, sabría exactamente qué datos son esos y tendría el poder de modificarlos o borrarlos para siempre. Ya sabemos que esto no es así. Pero ¿y si nunca has dado tu consentimiento porque nunca has sido usuario de su red social? ¿Cómo puedes consentir o gestionar el uso de tus datos si ni siquiera sabes que existen?
La prueba definitiva de que el único dueño de los datos en Facebook es la propia Facebook es que acumula perfiles de personas que nunca han dado su consentimiento ni han estado de acuerdo con los términos de usuario ni han posteado ni comentado ni pokeado ni aceptado ninguna interacción con la red social porque, simplemente, nunca han tenido cuenta en Facebook. Y lo más sangrante es que, para poder acceder a esos datos, tienen que hacerse usuarios de Facebook, irónicamente, otorgando permiso a la empresa de Zuckerberg para tener información que ha estado guardando sin permiso hasta entonces. El demócrata Ben Luján de New Mexico se lo reprochó claramente durante el interrogatorio.
Efectivamente, Facebook tiene perfiles sobre personas que no son usuarios de Facebook. Esta clase de información se llama «shadow profile» (perfiles oscuros) y significa que, si has sido lo bastante listo como para no hacerte ninguna cuenta en esta red social, ellos siguen teniendo tus datos. Según Zuckerberg, hay dos razones. La primera, porque tienen otra empresa de publicidad fuera de Facebook. La segunda, porque quiere impedir que otros hagan lo mismo que les ha hecho ricos a ellos: conseguir datos de los usuarios. En sus propias palabras: por seguridad.
¿Cómo consigue los datos de no usuarios?
Facebook tiene trackers repartidos por toda la red: las habituales cookies, pero también los botones de «me gusta», o «compartir» y los plugins de sus partners para seguir a sus usuarios. En todos los lugares donde hay un logo de Facebook hay trackers, y estos trackers acumulan datos para los perfiles de Facebook, aunque el visitante no pinche en el logo, no esté logueado en Facebook o ni siquiera tenga cuenta allí. Varias agencias europeas de protección de datos les llamaron al orden por este motivo en 2016 y Facebook dijo que se trataba de un error informático. Curiosamente, al mismo tiempo patentaba un método para «comunicar información sobre las actividades del usuario mientras está en otro dominio». Ese error informático se llama Facebook Connect.
Una vez más, Zuckerberg argumenta que el usuario puede pedir no ser trackeado. «Cualquiera puede elegir quedarse fuera de los mecanismos de captura de datos para publicidad —le dijo a Luján— tanto si usa nuestros servicios como si no». Una vez más, esto es relativamente cierto. Mientras que en 2014 Google accedió a no cruzar los datos de sus cookies publicitarias con los de los usuarios de sus servicios (no sabemos si lo cumplen o no), Facebook requiere que se acojan a las opciones que proporciona la industria. Esto es: la Digital Advertising Alliance en EE. UU.en Canada y en Europa respectivamente.
Pero también dijo que lo hacían para prevenir que otros rastreen información de sus usuarios. «Necesitamos saber quién trata de acceder a nuestros servicios para impedir este tipo de rastreo». Esta respuesta hace aguas por los dos lados. Primero, porque acceder de manera mecánica a información pública es lo mismo que hace Facebook, y hacerle la competencia a Facebook todavía no es ilegal.
La segunda, porque implica que los únicos perfiles oscuros de no usuarios de Facebook son de hackers y programadores de marketing online. Lamentablemente, no es el caso. Pero es posible que el dueño no lo sepa. Cuando el senador Luján le preguntó si sabía lo que era un perfil oscuro, Zuckerberg le respondió: no estoy familiarizado con el término.
Mr. Zuckerberg repeatedly said Facebook has a tool for downloading your data that «allows people to see and take out all the information they’ve put into Facebook».
Tengo mis datos de Facebook. Ahora qué hago con ellos
En el archivo que Facebook ha preparado para ti, hay una carpeta con más subcarpetas. Los datos en crudo están en el «index». Aquí encontrarás cosas como tu perfil, con todos los estados civiles que hayas compartido desde tu primera conexión. También está tu lista de amigos, tu timeline, tus fotos y tus mensajes. Comprobarás con sorpresa e indignación que tu lista de amigos incluye una carpeta con aquellos a los que has borrado, en el momento exacto en que los has borrado (diario de rupturas, se podría llamar). Teóricamente, Facebook guarda esa lista para que no vuelvan a salir en los recuerdos de «Un día como hoy», aunque lo lógico es que seas tú mismo quien decida qué personas o fechas quieres borrar de tu memoria. También encontrarás la lista de lugares y dispositivos desde los que te has conectado a Facebook, incluyendo el navegador o sistema operativo, y el minuto exacto de conexión y desconexión.
Si abres la carpeta de contactos, encontrarás que no son los contactos de tu Facebook sino los de tu movil. Esto es porque probablemente has instalado Messenger o WhatsApp, que también son de Facebook. ¿Otras agendas que también pertenecen a Facebook? Las de Instagram, Nextstop, Branch, ConnectU, FriendFeed, Friend.ly, Lightbox, Karma, Spool, Jibbigo, ProtoGeo, LiveRail, TheFind y, muy recientemente, tbh (to be honest), la red social para usuarios anónimos que se popularizó el año pasado en los institutos estadounidenses.
La cuestión es que si tu teléfono tiene el contacto de tu dentista Facebook lo tiene también. Y si lo tiene Facebook, también lo tienen sus anunciantes. En la carpeta de Anuncios encontrarás una lista de los anuncios en los que has pinchado y otra con los anunciantes que tienen tu información en sus bases de datos. No son la misma lista: en la segunda habrá cientos de empresas que te han elegido a ti, no tu a ellas. Cómo han llegado hasta ti esas empresas es uno de los aspectos oscuros de Facebook y el corazón de su negocio.
Facebook tiene más de dos mil millones de usuarios pero solo cinco millones de clientes. Sus clientes son marcas, empresas de marketing, agencias de publicidad. Los usuarios son el producto que Facebook vende, un rebaño cuyos perfiles y comportamientos acumula, examina, etiqueta, agrupa y empaqueta de maneras diferentes para clientes diferentes. Por ejemplo, el mismo hombre español de entre veinte y veintiséis años aficionado a la ciencia, los videojuegos y el tenis puede ser también recién separado, exfumador, runnerreciente, usuario de Apple, introvertido, a punto de comprarse un coche, inseguro con las mujeres, probable víctima de accidentes cardiovasculares, propenso a la depresión. Un medio australiano denunció a Facebook por vender a empresas paquetes para adolescentes con problemas de autoestima (que se sienten «estúpidos», «inútiles o «fracasados»). También les han denunciado por ofrecer perfiles de antisemitas, negacionistas del holocausto, neonazis y supremacistas blancos para campañas políticas online.
Pero entonces, ¿no ha dicho Mark Zuckerberg en el Congreso que no vende los datos de sus usuarios? ¿No sabe a qué se dedica su empresa o ha mentido sin más? Lo primero es poco probable y lo segundo podría decirse que tiene trampa, o al menos un matiz. Facebook no vende los datos de los usuarios. Lo que hace Facebook es volcar todos esos datos en sus algoritmos de machine learning para generar perfiles con sus personalidades, estilos de vida, opiniones, actitudes, intereses, aficiones y debilidades. Y construir precisos modelos estadísticos predictivos basados en esos perfiles que comparten con sus partners. Habría que determinar si eso es vender los datos o no.
En este sentido, Zuckerberg intenta desvincularse de empresas como Acxiom Corp, Oracle Inc o Experian PLC, los llamados data brokers que sí se dedican a la compraventa directa de bases de datos personales al mejor postor. Técnicamente, Facebook no vende bases de datos. Pero estas empresas también son clientes de Facebook. En la semana del escándalo Cambridge Analytica, Facebook anunció que «limitaría» el contrato de categoría partner, dejando de vender «información anonimizada» de sus usuarios a data brokers.

Publicado por 
19/04/2018
http://www.jotdown.es/2018/04/borra-esa-sonrisa-de-tu-cara-no-tener-cuenta-en-facebook-no-te-salva-de-que-tengan-tu-perfil/

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