martes, 17 de abril de 2018

Por qué quienes se acuestan más tarde suelen morirse antes

Foto:


Una investigación ha descubierto que las personas que se autodenominaban "nocturnas" tenían un 10% más de probabilidades de morir durante un período de 6,5 años.

Si eres de los que se acuestan tarde o de los que tienen un trabajo nocturno, esta noticia no te va a gustar. Aquellos que son propensos a quedarse despiertos hasta altas horas de la madrugada tienen un mayor riesgo a sufrir una muerte prematura. Al menos esa es la conclusión a la que ha llegado un nuevo estudio de la Universidad Northwestern y publicado en la revista 'Chronobiology International'.

La investigación estudió a casi medio millón de personas y descubrió que las personas que se autodenominaban "nocturnas" tenían un 10% más de probabilidades de morir durante un período de 6,5 años, en comparación con las personas autodenominadas "mañaneras".

Los propensos a quedarse despiertos hasta altas horas de la madrugada tienen un 10% más de probabilidades de fallecer antes
Los hallazgos se suman a las advertencias de numerosos expertos, que en la última década están advirtiendo de que ser un ave nocturna podría tener efectos negativos en la salud. Muchos de ellos pueden ser atribuibles a una desalineación entre el reloj interno de una persona, o el ritmo circadiano, y el momento socialmente impuesto del trabajo y otras actividades.


"Los noctámbulos que intentar vivir en un mundo que se mueve por la mañana pueden tener consecuencias en su salud", dijo en un comunicado recogido por 'Live Science', la coautora del estudio Kristen Knutson.

Los investigadores además advirtieron de que hacer que los noctámbulos comiencen a madrugar puede no ser bueno para su salud. "Este es un problema de salud pública que ya no se puede ignorar", dijo el coautor del estudio Malcolm von Schantz, profesor de cronobiología en la Universidad de Surrey en el Reino Unido.





Malos hábitos

El estudio analizó los datos médicos de aproximadamente 433.000 personas de 38 a 73 años de Reino Unido durante un período de 6,5 años.

Al comienzo del estudio, se les preguntó a los participantes si se consideraban personas mañaneras o nocturnas, o si sentían que se encontraban en algún lugar entre medias. Tras recopilar los datos, se llegó a la conclusión de que los nocturnos tenían mayor riesgo de sufrir enfermedades como diabetes, trastornos psicológicos, gastrointestinales y neurológicos, y afecciones respiratorias.

Según los investigadores, podría haber consecuencias fisiológicas por tener un horario de sueño que no coincide con el reloj interno

El estudio además descubrió que las personas habituadas a la noche tenían un riesgo ligeramente mayor de morir durante el período de estudio, en comparación con las de la mañana. La investigación, no obstante, no pudo determinar la razón del vínculo entre ser un ave nocturna y el riesgo de muerte prematura.

Según los investigadores, podría haber consecuencias fisiológicas por tener un horario de sueño que no coincide con el reloj interno. Por ejemplo, algunos estudios han encontrado que las personas con esta "desalineación circadiana" tienen alterado el metabolismo de la glucosa y el estado de ánimo.






Todo ello podría estar relacionado con los hábitos que tienen las personas nocturnas: es menos probable que sigan una dieta saludable y que consuman alcohol o drogas ilegales, en comparación con los 'mañaneros'.

El "cronotipo" de una persona parece ser aproximadamente 50% genético y 50% determinado por el entorno, advirtió Knutson, así que es posible que la segunda mitad esté pasándoles factura.

Más gordos


Los nocturnos no solo tienen más riesgo de sufrir una muerte prematura, sino que además son más propensos a aumentar de peso que aquellos que se acuestan antes, según un estudio de la Universidad de California, Berkeley, en Estados Unidos, que ha encontrado una correlación entre el sueño y el índice de masa corporal (IMC).

Los investigadores analizaron los datos longitudinales de más de 3.300 jóvenes y adultos americanos, y descubrieron que por cada hora de sueño que perdieron, ganaron 2,1 puntos en el IMC, durante un periodo de cinco años.

Los nocturnos no solo tienen más riesgo de sufrir una muerte prematura, sino que además son más propensos a aumentar de peso
"Estos resultados ponen de manifiesto que la hora de irse a dormir de los adolescentes, no sólo el tiempo total de sueño, es un objetivo potencial para el control de peso durante la transición a la edad adulta", afirma la autora principal del trabajo, Lauren Asarnow.

Esta pesquisa, publicada en la revista 'Sleep' y recogida por 'Europa Press', analizó datos del Estudio Nacional Longitudinal de Salud Adolescente, que ha seguido las influencias y los comportamientos de los adolescentes americanos desde 1994. Centrándose en tres periodos de tiempo, los investigadores compararon la hora de dormir y el IMC de los adolescentes entre 1994 y 2009.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.