La restricción calórica ralentiza el metabolismo, con posibles efectos sobre el alargamiento de la vida
El metabolismo de un grupo de personas que mantuvo un régimen de restricción calórica durante dos años se ha ralentizado. Es el resultado del mayor experimento de este tipo jamás hecho en humanos y que podría significar que comer menos hace envejecer más lentamente. Sin embargo, para tener respuestas definitivas se necesitarán muchos otros estudios.
Hace tiempo que varios experimentos nos dicen que la restricción calórica, consistente en una dieta con un importante recorte en las calorías que normalmente se adquieren (alrededor de un 15-20% menos), es capaz de alargar la vida de varios organismos y especies animales. La duda era si lo mismo podría aplicarse también a los humanos.
El metabolismo de personas que mantuvieron un régimen de restricción calórica se ha ralentizado
Para aclararlo, los National Institutes of Health de EE.UU. llevaron a cabo un estudio multicéntrico llamado CALERIE, publicado este año en la revista Cell Metabolism . 200 personas, adultas y sanas, fueron divididas en dos grupos: uno siguió una dieta bastante estricta durante dos años y el otro comió como de costumbre. Al final del período de prueba, se evaluaron y compararon varios parámetros biológicos entre los dos grupos.
Uno de esos fue la tasa metabólica, medida con gran precisión gracias a una tecnología innovadora. Los participantes, además de las pruebas habituales sobre consumo de energía, se sometieron a un análisis en una cámara metabólica. Durante 24 horas, permanecieron en una habitación sellada donde, minuto a minuto, se midió el oxígeno que consumían y el dióxido de carbono exhalado.
Estos datos, combinados con el del nitrógeno presente en la orina, proporcionan una medida precisa de la cantidad de grasas, proteínas o carbohidratos que consume una persona: es decir, una evaluación precisa de cómo funciona su metabolismo. Este, precisamente, es el conjunto de procesos y funciones corporales que determinan la existencia de un ser vivo y, por lo tanto, su progresivo envejecimiento.
La restricción calórica retarda el metabolismo
Los investigadores notaron que las personas sometidas a restricción calórica usaban la energía de manera mucho más eficiente, particularmente durante el sueño. Otras mediciones también indicaron una reducción del metabolismo y, en consecuencia, una disminución del daño a órganos y tejidos por estrés oxidativo, lo que en la práctica causa el envejecimiento. En promedio, estas personas adelgazaron unos 9 kilogramos durante los dos años del experimento.
Este estudio confirma lo que ya había surgido de las pruebas realizadas con otros animales. En los años Noventa, se llevaron a cabo experimentos con poblaciones de Caenorhabditis elegans, un tipo de gusano que vive de dos a tres semanas en laboratorio, y Drosophila melanogaster, el mosquito de la fruta.
Pruebas similares fueron realizadas en ratones y se descubrió queaquellos sometidos a restricción calórica tenían una vida un 65% más larga que los demás. Actualmente, se están llevando a cabo otros experimentos en monos. Queda por ver si lo que se ha demostrado en otros animales también podría aplicarse a los seres humanos.
“Hasta el momento son pocos los estudios, y con un número muy limitado de individuos”
¿Ralentizar el metabolismo alarga la vida?
Leanne Redman, fisióloga del Pennington Biomedical Research Center y primera autora de CALERIE, dijo que para poder afirmar que la restricción calórica puede hacer que las personas vivan más tiempo harán falta otros estudios, mucho más largos que dos años.
También la doctora Rosaura Leis, profesora y secretaria del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría, comparte esta opinión “Hasta el momento son pocos los estudios, y con un número muy limitado de individuos, los que observan un enlentecimiento del metabolismo tras la restricción calórica”.
Además, apunta la profesora, “parece que un metabolismo más eficaz se relaciona con mayor longevidad, pero son muchos los factores implicados en este proceso. Lo cierto es que cuando se estudian las características comunes de la población más longeva, entre muchas otras, como por ejemplo mantener una vida activa física y socialmente, se encuentra que nunca estuvieron obesos”.
“No se ha visto que porque una persona sea longeva deba tener menos tasa de oxidación”
Por otra parte, la doctora Juana Mª González, Directora Técnica de Alimmenta, Clínica de Nutricionistas en Barcelona, argumenta que “las personas longevas tienen marcadores de oxidación altos, y no se ha visto que porque una persona sea longeva deba tener menos tasa de oxidación”. O sea, que tener un metabolismo lento o rápido, de por sí no determinaría la duración de la vida.
Hacen falta más pruebas, pero no es fácil encontrar voluntarios que se sometan a una dieta tan estricta durante mucho tiempo. Por esta razón, la doctora Redman quisiera repetir el estudio imponiendo a los participantes una restricción calórica menos intensa, combinada con la ingesta de sustancias como el resveratrol, que tiene efectos similares a los de la restricción calórica.
Una vez que se comprendan los mecanismos biológicos, desencadenados por la reducción calórica, capaces de ralentizar el envejecimiento, se podría intentar reproducirlos artificialmente. Por ejemplo con fármacos, para superar las dificultades psicológicas de una dieta tan estricta.
La salud del mundo gira entorno a la alimentación
“Lo estudios en ratones han demostrado que la restricción calórica ha sido eficaz para reducir la incidencia de diabetes y trastornos neurodegenerativos, ambas enfermedades relacionadas con el envejecimiento, o incluso algunos tumores. Sin embargo, las ENTs son el resultado de la interacción de factores genéticos y ambientales, no sólo nutricionales”, anota la doctora Leis.
Diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia, obesidad o enfermedades cardiovasculares son la principal causa de morbimortalidad en el mundo
Lo cierto es que en los últimos años hemos asistido a un aumento de la malnutrición por exceso, hasta tal punto que por primera vez en la historia su incidencia en el mundo prácticamente iguala a la por desnutrición. Por otra parte, trastornos del comportamiento alimentario como la ortorexia, que es la obsesión por comer sano, o la vigorexia, el culto al cuerpo, que pueden conllevar conductas de grave riesgo nutricional, han aumentado significativamente en los últimos años.
“Es preciso encontrar y mantener un equilibrio. Los trastornos alimentarios condicionan la forma de vivir, porque llevan a modificar conductas a fin de, por ejemplo, comer lo que uno cree que es saludable, en muchos casos sin ni siquiera saber lo que realmente es saludable - avisa la doctora González. - Estamos expuestos a mucha información y los estandartes de salud y imagen son muy altos, así que la preocupación por el cuerpo y la salud pueden llevar al extremo de crear un trastorno alimentario”.
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