viernes, 23 de noviembre de 2018

El grave problema laboral que sufre Ikea

Foto: Foto: Reuters.
Foto: Reuters.

La compañía en la que todo el mundo quería trabajar ahora es la más odiada en Estados Unidos. Los trabajadores han dado la voz de alarma ante esta nueva estratificación


Durante años, Ikea ha sido una de las mejores empresas para trabajar. Tanto es así que en la lista Glassdoor estaba ubicada en los primeros puestos entre 2013 y 2017. Pero en los últimos tiempos, y por el momento solo en tierras estadounidenses, la compañía ha vivido un gran éxodo de trabajadores. ¿Qué ha pasado para que de repente adquiera tan mala fama?
Algo pasa dentro de las puertas de la multinacional de muebles. Con tan solo poner las dos palabras "04G" e "Ikea", aparecerán resultados tales como: "O4G killed IKEA. Do. NOT. Work. Here" o "O4G is Terrible". Todo se debe a una política laboral conocida como "organización para el crecimiento" (O4G). Lanzada oficialmente el 15 de octubre de 2017, los directivos ejecutivos la defendieron como una ayuda para hacer a la firma "más centrada en el cliente". Al poco tiempo, la O4G eliminó gran parte del enfoque departamental de las tiendas que siempre había dado buenos resultados, tanto para los clientes como para sus trabajadores, y se establecieron roles completamente nuevos.
Me sentí atrapado. Estaba en un puesto que me gustaba, y de repente en otro en el que tenía que conformarme o me iba a la calle

Pero alarmismos aparte, en España podemos estar tranquilos. Hace meses, la multinacional sueca quiso dar un vuelvo a su política de recursos humanos. En mayo de este año firmó un acuerdo con el sindicato de comercio Fetico por el cual se pactó mejorar las condiciones laborales de sus trabajadores, incluyendo dos días de descanso obligatorios todas las semanas del año (frente a los seis días laborables de otras grandes superficies), el derecho a ignorar los emails, mensajes o llamadas del jefe fuera del horario laboral. Por ello, hay que tener en cuenta que este cambio de política no afecta a España y, por el momento, es algo que no va a suceder dentro de nuestras fronteras.
Antes de la O4G, la organización del trabajo estaba dividida en diferentes departamentos: los meros dependientes, y los encargados de vender productos específicos, como sofás, multimedia y habitaciones. Los primeros estaban contratados por horas y se encargaban de prestar ayuda y atención a los clientes y del "back-end", basado en ordenar y gestionar los espacios del establecimiento.
Uno de esos nuevos puestos fue el conocido como "el vendedor activo". El trabajo, que también implicaba un aumento de sueldo, requería que estos empleados se enfocaran exclusivamente en la venta de productos y la asistencia a los clientes. Así pues, toda la función del "back-end" recaería en los comerciales, quienes reemplazarían el inventario y se encargarían de la limpieza de los establecimientos. Esta división provocó recelo y resentimiento entre los diferentes estratos de la organización, ya que ahora a estos "vendedores activos" se les pagaba más mientras que los comerciales al uso seguían manteniendo "el salario más bajo de toda la empresa", según declara un empleado a 'Business Insider'.
Al no dar el tiempo adecuado y la formación necesaria a la plantilla, muchos vieron el cambio como una imposición de las altas esferas

Mientras tanto, hubo departamentos que se fusionaron. Los empleados que anteriormente trabajaban como cajeros ahora podrían encontrarse en el restaurante de camareros, gestionando devoluciones o cubriendo el servicio de entrega a domicilio. Este cambio de política comenzó a producir situaciones de ansiedad a los trabajadores. Aunque se les informó e invirtió en formación para avanzar hacia el cambio, los ejecutivos no dieron el tiempo necesario a testar esta nueva estratificación de la plantilla, por lo que todo acabó derivando en una especie de imposición por parte de las altas capas de la organización.
"Me sentí atrapado", comenta uno de los empleados. "Estaba en un puesto que me gustaba, y de repente en uno en el que tenía que conformarme o me iba a la calle". Esta nueva regulación también afectó al sueldo, con lo que muchos vieron cómo a algunos de sus antiguos compañeros se les duplicaba la retribución, mientras que la de otros que realizaban muchas más tareas que antes, apenas crecía.
Los empleados se sienten desechables. Si uno de ellos sale de la empresa, se puede reemplazar con otros 30

Además, la O4G, que en un principio se puso en marcha para aumentar el grado de satisfacción del cliente, repercutió en todo lo contrario. "Los clientes se quejan de que nunca encuentran a ningún encargado de planta, ni siquiera a los vendedores activos", declara otro. Este trabajador además señaló que en las disposiciones de esta nueva política, habría un vendedor activo disponible por cada departamento cuando en la práctica no hay uno solo para atender al cliente. "Los jefes me gritan al menos una vez al día porque uno de nuestros clientes no puede encontrar a un encargado de planta, y yo soy la única persona que está disponible. Es como, 'Lo siento, estoy con otros doce'".
Los cambios provocaron que el perfil de los empleados se convirtiera de pronto en generalista, en vez de en especialista. Ahora, todos y cada uno de ellos se sienten "desechables". Según asegura una persona que ha hablado para 'Business Insider': "Ya que muchas personas saben cómo desempeñar la mayoría de funciones, si perdemos a una, todavía tenemos a otras 30 que saben hacer lo mismo. Entonces, no hay daño ni repercusiones para la empresa".
El lenguaje corporal lo dice todo. Ya no sonríen ni dan los buenos días

No solo tuvo efectos en las condiciones de trabajo, también en la moral del personal. Ahora, aquellos nuevos empleados que ganan mucho más describen a sus compañeros como "molestos, estresados y resentidos". Por otro lado, "el lenguaje corporal lo dice todo", confiesa uno. "Puedes ver la forma en la que entran a trabajar. Ya no sonríen ni dan los buenos días". La política ha sido definida en redes sociales por los trabajadores como "la peor experiencia con la que he tenido que lidiar".
Pero, ¿qué dicen los representantes de la empresa ante estas acusaciones? "La nueva organización y las condiciones de trabajo se adoptaron en 2017 con la intención de llevar a cabo una mejora progresiva y continua", asegura un portavoz de la compañía. "Dado que el entorno minorista está cambiando rápidamente, debemos tener más flexibilidad y agilidad, ya que nos estamos adaptando y evolucionando para mejorar la experiencia del cliente y de los compañeros de trabajo". Esta nueva política todavía no se ha aplicado a ninguna delegación de Ikea fuera de Estados Unidos.


AUTOR
E. ZAMORANO      22/11/2018

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