sábado, 18 de mayo de 2019

Si descuidamos la privacidad podemos comprar productos que nos espían

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Poner cámaras y micrófonos en nuestro hogar puede ser una gran opción pero siempre con mucha cabeza y sentido común


Tener una casa inteligente es una decisión muy, bueno, inteligente. Es una forma de lograr que con una inversión tecnológica reduzcamos las labores más mundanas del mantenimiento y mejoremos nuestro día a día. A pesar de las ventajas, tener una docena de aparatos conectados a Internet en toda la casa le puede salir caro a nuestra privacidad.
Los escándalos de privacidad (o falta de ella) en la demótica son constantes: las cámaras de Amazon almacenaban las grabaciones sin cifrar, Google montó un micrófono en su Nest Hub y no se lo dijo a nadie, múltiples modelos de cámara de vigilancia de bebés han sido hackeados durante los últimos años por gente que se ha entretenido asustando a los niños a través de los altavoces desde la otra parte del mundo, y recientemente se ha revelado que algunos empleados de Amazon tienen acceso a las grabaciones de nuestros dispositivos Alexa para “mejorar la calidad” de las respuestas.

Tener cámaras y micrófonos analizando todo lo que hacemos en nuestro hogar era algo impensable hace unos años, y sin embargo la gente se lanza a por ellos

La lista sigue y sigue, pero los escándalos no parecen haber amilanado a la población general que sigue añadiendo estos dispositivos a sus hogares. Ciertamente tienen una función y utilidad, y con unos pequeños y sencillos pasos podremos crear un ecosistema mucho más seguro para nosotros. Cuando tenemos un ordenador o un móvil con nosotros, apagarlo significa el final de nuestros problemas. Las cámaras y micrófonos están constantemente activos, es su función.
El primer paso que debemos dar es leer las instrucciones de nuestros aparatos de hogar inteligente. En sus páginas encontraremos los elementos más básicos de su seguridad. Los fabricantes nos permitirán crear claves de acceso alternativas que no puedan ser explotadas en masa por hackers. En las instrucciones encontrarás también información para mantener el software o firmware de los dispositivos propiamente actualizado. Mantener al día este apartado es sagrado.

Sigue las medidas de seguridad que vienen en las instrucciones para cambiar la clave y actualizar el software de cualquier aparato, si no encuentras nada útil busca en Google el modelo


El segundo paso más importante es mantener siempre una política de claves de acceso fuertes y diferentes a las que tenemos en otros aparatos. Si tienes dispositivos a los que puedes acceder por Internet de forma remota, necesitas una clave de acceso suficientemente complicada y que no hayas usado en otros sistemas. Protégela tanto —o más— que la de tu correo electrónico o tu banco, si alguien accede a tu cuenta podría llegar a ver y escuchar qué haces en tu casa.
El tercer paso sería entrar en la configuración del router de nuestro hogar. La operadora que tengamos contratada puede haberlo configurado de mil maneras, y debemos asegurarnos que hay suficientes medidas de protección. Accede a él con las instrucciones de instalación que te dejaron en casa el primer día y busca un menú de seguridad. Cada modelo es distinto, pero debería ser rápido de encontrar. Una vez dentro activa las funciones como el cortafuegos (o “firewall”) que permitirá crear un perímetro extra de protección contra accesos externos. Si tienes dudas llama al servicio de asistencia al cliente de tu operadora de Internet para que te guíen.
El sentido común debe primar en todo momento en tu instalación. No compres productos que no comprendes


ÁLEX BARREDO  17/05/2019 06:00

https://www.lavanguardia.com/tecnologia/20190517/462288905530/privacidad-hogar-vigilancia.html

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