Puede romper tu ritmo circadiano (diego_cervo / Getty Images/iStockphoto)
Según los expertos, afecta a nuestra salud emocional y física
Utilizamos el teléfono móvil para despertarnos, para ver la hora, durante la clase o en el trabajo, en las comidas, mientras viajamos en el transporte público o cuando vemos la televisión. En la era de la información, el móvil se ha convertido para muchos en una extensión del cuerpo.
Al margen de la adicción que genera, su efecto invasivo no solo ha modificado nuestros hábitos, sino que también perjudica a nuestra salud mental y física como, por ejemplo, cuando dormimos con él cerca.
Es común que lo último que hagamos durante el día sea revisar el móvil y lo dejemos a nuestro lado, en la mesilla o en la propia cama, hasta la mañana siguiente. Muchos expertos de diferentes materias, como la química, la sociología o la psicología, han opinado al respecto identificando y explicando los riesgos asociados a mezclar las horas de sueño con dispositivos electrónicos: está más que confirmado que llevar el teléfono a la cama afecta a nuestro horario y calidad de sueño.
El motivo más obvio es que dedicamos al teléfono un tiempo que robamos al sueño, el cual corre deprisa debido a los estímulos que sentimos por el contenido de nuestras actividades en la pantalla. Además, el papel de la luz que proviene de las pantallas agrava la situación y provoca retrasos a la hora de dormir.
“El problema de los teléfonos, o cualquier aparato con una pantalla LED o LCD, es que producen una gran cantidad de luz azul artificial. Al exponernos a ella a altas horas de la noche, damos a nuestros cuerpos una señal de que es hora de levantarse en lugar de ir a dormir. Esto puede alterar nuestro ritmo circadiano, y se ha demostrado que alterar el reloj biológico puede llevar a aumentos en las tasas de diabetes, cáncer, enfermedades del corazón e incluso la depresión”, comenta Brian Zoltowski, de la Sociedad Estadounidense de Química.
La luz crea un efecto de desfase horario y dificulta el sueño. Incluso puede provocar dependencia de las ayudas para dormir. También puede afectarnos física y psicológicamente: las posturas que adoptamos con el teléfono suelen ser poco adecuadas para la cabeza y el cuerpo, lo que produce dolor en los músculos y los huesos. Acostarse de lado para leer la pantalla en la cama durante largos períodos de tiempo también contribuye al dolor y al estrés muscular y de los huesos.
Crea dependencia y empeora las relaciones familiares
El uso de los móviles para hablar o enviar mensajes de texto mientras estamos en la cama también afecta a las relaciones entre las personas que comparten la misma cama o casa. Su uso a la hora de acostarse, junto con el diurno, puede crear una dependencia permanente del teléfono para la interacción social, al tiempo que reduce o elimina los beneficios para la salud mental de la comunicación cara a cara.
Esto es especialmente preocupante en el caso de los adolescentes, que según los expertos necesitan nueve horas de sueño diarias y que cada vez están más lejos de cumplir este objetivo debido, entre otras cosas, al uso de la tecnología. En su caso puede afectar no solo a su salud emocional y física, sino que perturba las relaciones con los padres y el resto de miembros familiares y afecta a su rendimiento en la escuela.
El abuso de teléfonos inteligentes es perjudicial para la salud y las relaciones sociales siempre, estemos conduciendo, caminando, sentados o en la cama, pero es especialmente perjudicial en este último caso, debido a la importancia que tiene para nuestra salud dormir bien. Al igual que no se recomienda realizar tareas estimulantes cerca de la hora de acostarse, como hacer ejercicio, tomar cafeína o ver la televisión, es fundamental que evitemos el uso de los teléfonos inteligentes en el dormitorio, un espacio que ha de estar reservado al descanso y el bienestar.
https://www.lavanguardia.com/vivo/20181023/452390840927/perjudicial-dormir-movil.html
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