El coronavirus provocó una doble crisis sanitaria y económica sin precedentes.
A los más de tres millones de muertos en todo el mundo se suman decenas de millones de trabajos perdidos debido a la caída de la actividad económica.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que en América Latina y el Caribe, por ejemplo, se perdieron al menos 26 millones de empleos en 2020, aunque el impacto real podría ser mayor dado el abundante trabajo informal que hay en la región.
Gobiernos de todo el mundo han lanzado ambiciosos programas de estímulo para evitar despidos y promover una recuperación más rápida una vez se vuelva a la normalidad.
Sin embargo, en una entrevista reciente con BBC Mundo, la economista brasileña Mónica de Bolle afirmó que aunque en América Latina ha habido algunas acciones positivas, en general los gobiernos "han fallado a la gente durante la pandemia", especialmente a los más vulnerables.
En comparación, en los países ricos se han destinado miles de millones de dólares a salvar a los empleados más afectados, permitiendo en muchos casos que mantuvieran gran parte de sus sueldos y sus puestos de trabajo.
Repasamos cómo funcionan estos ambiciosos programas en Alemania, Reino Unido y Francia, las tres mayores economías de Europa.
Alemania - 'Kurzarbeit'
El programa alemán se llama kurzarbeit (trabajo temporal) y en 2020 más de 10 millones de personas se beneficiaron de él.
Bajo el kurzarbeit el gobierno provee un 60% del total del salario (67% para trabajadores con hijos) en los primeros tres meses, incrementándose al 70% entre el cuarto y sexto mes, y hasta el 80% tras sobrepasar siete meses.
En la actual crisis, Alemania permite que las empresas mantengan a sus empleados a tiempo parcial, en cuyo caso ofrece el 60% del sueldo del número de horas no trabajadas.
La mayoría de fondos se destinaron al sector del turismo, la hostelería, la manufactura y el comercio, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Alrededor de tres millones de personas continúan acogidas a este programa, que funcionará al menos hasta fines de 2021.
Economistas han destacado en el pasado la efectividad del kurzarbeit, atribuyéndole que Alemania fuera el único país del G7 que no perdió empleo durante la crisis financiera de 2009.
Reino Unido - 'Furlough'
A través del Job Retention Scheme -programa de retención de empleo- el gobierno conservador de Boris Johnson ha rescatado a empresas y trabajadores con ayudas multimillonarias en Reino Unido. Se ha destinado el equivalente en libras esterlinas a US$70.000 millones.
Fue introducido al comienzo del confinamiento en marzo de 2020 y estará vigente hasta al menos el 30 de septiembre de 2021.
Desde entonces, el esquema, conocido popularmente como furlough (licencia en español) ha apoyado a 11,2 millones de trabajadores, pagándoles el 80% del salario del total de horas no trabajadas.
Según los últimos datos oficiales, alrededor de 4,7 millones de trabajadores continuaban adscritos a fines de enero.
Reino Unido lleva uno de los ritmos más altos de vacunación del mundo y tiene programado levantar todas las restricciones el próximo 21 de junio. Sin embargo, amplió el programa hasta septiembre para seguir protegiendo a los sectores más afectados.
A partir de julio, no obstante, el gobierno disminuirá la contribución salarial a un 70% y al 60% en agosto y septiembre.
El objetivo del furlough es permitir que las compañías conserven a sus trabajadores aunque los confinamientos impliquen que no puedan trabajar en absoluto.
También fue concebido para empleados que tuvieran que cuidar a sus hijos mientras las escuelas estaban cerradas o para aquellas personas más vulnerables al virus que no podían trabajar con seguridad.
Francia - 'Chômage partiel'
Francia, la segunda economía más grande de la Unión Europea tras Alemania, tampoco ha escatimado en apoyos al empleo durante la pandemia.
De acuerdo al FMI, la respuesta de Francia a la crisis ha sido "puntual, flexible y proporcional a las dimensiones del impacto".
El gobierno trazó extensos planes fiscales para 2020-2022, alcanzando un total del 26% del PIB en medidas de emergencia y recuperación.
Su programa se denomina chômage partiel, desempleo parcial en español, y se destina a todos los trabajadores que sufren una reducción del salario por trabajar menos horas o porque sus empresas han cerrado temporalmente.
Actualmente, según el ministerio de Trabajo francés, hay tres millones de personas acogidas al programa.
Pero durante los momentos más restrictivos de la pandemia llegó a haber casi 13 millones.
El programa ya existía en Francia antes de la pandemia y ofrece entre un 60% y un 70% del salario dependiendo de cuán afectado esté el sector económico del trabajador.
Aquellos que cobran el salario mínimo reciben un 100% del salario total.
Al igual que con el esquema alemán, las empresas pueden reclamar solo una parte del salario de un trabajador, lo cual en ese caso alivia la carga de la tesorería.
Críticas
Estos sistemas también han recibido críticas.
Algunos economistas argumentan que muchos de estos empleos que tanto les cuesta mantener a los gobiernos nunca volverán.
Si el trabajo remoto se generaliza después de la pandemia, por ejemplo, muchos de los negocios que viven del flujo de trabajadores en centros financieros podrían perder ingresos y verse obligados a cerrar.
En su lugar, opinan que el dinero podría usarse mejor para apoyar más a aquellos que sí han perdido sus empleos.
Otras críticas sostienen que por lo general estos programas no incluyen a autónomos o dejan fuera a trabajadores que no llevan suficiente tiempo en la empresa.
Reino Unido, Alemania y Francia ofrecen bonos y otras ayudas para estos trabajadores, pero no en todos los casos parece haber sido suficiente.
De hecho, en Alemania, el popular kurzarbeit ha sido criticado por trabajadores de aerolíneas, dado que sus pagas no incluían sus horas extras y turnos nocturnos que conforman gran parte de su salario.
Está por ver cómo afrontarán los gobiernos los históricos déficits públicos que estas ayudas han generado cuando acabe la pandemia, pero hasta la fecha los esfuerzos parecen haber salvado los ingresos de millones de trabajadores.
- Redacción
- BBC News Mundo