- Ya hay expertos que descartan que haya un cambio de hegemonía
El sorpasso de China a EEUU tendrá que esperar. Por primera vez desde 1976, la economía estadounidense crecerá por encima a la del gigante asiático este año. El impacto del coronavirus y la manera de gestionar los posteriores brotes ha roto la tendencia que venía registrando China para convertirse en la primera potencia económica del mundo en esta década. Algunos analistas opinan que el adelantamiento ya no se producirá.
China, la segunda mayor economía del mundo, crecerá este año alrededor de un 2% este año, según las previsiones de Bloomberg Economics, por debajo del ritmo de crecimiento del 2,8% de EEUU. De cumplirse los pronósticos por primera vez desde 1976, el PIB chino crecerá a una tasa inferior al estadounidense. Es la primera firma que pronostica este año esta circunstancia. El FMI en sus previsiones de abril todavía no contemplaba este escenario al estimar un crecimiento del 3,7% para EEUU y del 4,4% para China.
Pero hace un mes era muy difícil valorar el impacto de covid cero de la autoridades chinas en la economía. Bloomberg Economics incluye en sus nuevas perspectivas este extremo, que deja al PIB chino, por debajo, incluso, del crecimiento registrado en 2020, con la irrupción del coronavirus y los salvajes confinamientos.
Las previsiones de Bloomberg Economics suponen un severo recorte al consenso de expertos, que esperan que China siga creciendo a un ritmo del 4%. EEUU, con una economía amenazada por la estanflación y con la Fed acelerando el endurecimiento de su política monetaria, tampoco ayuda a establecer un pronóstico certero de aquí a final de año.
Ya a finales del año pasado, Bank of America anticipó que EEUU batiría este 2022 a China. Los malos presagios para China se basaban en el estallido de la crisis inmobiliaria, protagonizado por Evergrande, y el crecimiento de la presión regulatoria sobre el sector tecnológico. A finales del año pasado, nadie pensaba que los rebrotes volverían a poner en jaque a la segunda economía del planeta. Será la primera vez que la nación no alcanza significativamente el objetivo anual desde que se adoptó la práctica de establecer metas quinquenales en la década de los noventa.
El objetivo de este año de "alrededor del 5,5%", el más bajo jamás establecido y fue fijado antes de la última oleada de cierres de Shanghai, que han devastado el consumo. Algunos economistas estiman que el PIB de China se contrajo el segundo trimestre por los datos a la baja de ventas minoristas y de producción industrial.
Desde 1976, desde que China abandonará la Revolución Cultural, el gigante asiático ha ido recortando la brecha de PIB con EEUU. Las proyecciones del Fondo Monetario Internacional indican que el gigante asiático podría materializar su adelanto en 2030. El Centro de Investigación Económica y de Negocios (CEBR, por sus siglas en inglés) vaticinaba que el sorpasso se iba adelantar a 2028, irónicamente, por la gestión de la pandemia.
Por su parte, EEUU se enfrenta a los fantasmas inflacionarios de los años setenta. Ambos países se están intentando mover rápido ante la realidad económica. Pekín ha vuelto a encender su maquinaria fiscal y monetaria para evitar el frenazo de su economía. Hoy precisamente ha recortado los intereses en hipotecas para estimular el crecimiento del sector inmobiliario.
El presidente de EEUU, Joe Biden, está impulsando un paquete legislativo par fortalecer la competitividad de EEUU frente a China. Gran parte de su agenda económica se apoya en la idea de que las democracias pueden tener una economía más fuerte que un modelo autoritario como el de China.
Para Simon MacAdam, economista de Capital Economics, la debacle de la economía china que comenzó el año pasado es solo un anticipo de lo que está por llegar. La firma no espera que China supere a EEUU como la mayor economía del mundo, ni a medio ni a largo plazo. La inversión del sector privado en China se desacelerará aún más en los próximos años y sufrirá la disminución de la mano de obra. Los intentos de aumentar la tasa de natalidad han fracasado, las tasas de participación de la población activa ya son altas y el gigante asiático es demasiado grande para depender de la inmigración en un grado significativo. Es por ello que la tasa de crecimiento tendencial de China se ralentizará hasta cerca del 2% a partir de 2030, sin que haya sorpasso.