- En el mercado negro a la moneda rusa se le aplica un descuento del 20%
- Para los expertos el cambio refleja la balanza comercial del país
- Si las sanciones ahogan el gas y crudo ruso, habrá un fuerte desplome
El rublo está desafiando a la guerra y a las sanciones internacionales. La divisa rusa se ha revalorizado desde el inicio de la invasión a Ucrania un 25% frente al dólar y cerca de un 35% respecto al euro, cuando la lógica impone que la moneda debe sufrir ante los pares más solventes. La misteriosa fuerza hay que buscarla en varias razones, pero el Kremlin tiene facilidad para fijar un precio elevado gracias a que la energía sigue teniendo las puertas abiertas al mercado internacional.
Durante tres décadas, hasta el final de la Perestroika en los noventa, la moneda de la extinta URRS se mantuvo estable sobre los 60 kopeks frente al dólar. Pero solo era el tipo oficial de cambio. Ningún soviético podía acceder a la divisa extranjera, salvo que acudiera al mercado negro. Y, por supuesto, los dólares se pagan muy por encima de la tasa oficial. El rublo después de sufrir un desplome histórico tras la invasión rusa a Ucrania ha mostrado una fortaleza inexplicable. Sube más del 50% desde los mínimos de marzo, dejando muy atrás los niveles previos al iniciarse la ofensiva. El rublo sube más de un 25% frente al dólar y cerca de un 35% respecto al euro. Ahora mismo la moneda de Putin es la más fuerte del mundo.
La maquinaria de propaganda de Rusia está abrazando la exuberancia del rublo como muestra de que las sanciones occidentales no está efecto sobre la economía rusa. Pero el alto valor del rublo se volatiliza a pie de calle. Pocos ciudadanos rusos pueden beneficiarse de la realidad del tipo oficial. El cambio oficial se justifica gracias al control de capital y al precio que está vendiendo Rusia su gas y petróleo en el mercado internacional. Pero las casas de cambio y el mercado negro, que se está comenzando a abrir paso ante la dificultad de encontrar dólares, están recortando un 20% el rublo en las operaciones diarias.
"Los bancos ya casi no tienen divisas extranjeras y si tienen están obligados a vender a precios oficiales", explica Boris, un médico moscovita, a Bloomberg, después de conseguir 1.000 euros en el mercado negro, gracias a conocidos y el móvil. Según las últimas reglas del Banco Central, las entidades y casas de cambio solo pueden vender dólares y euros que hayan recibido desde el 9 de abril. Las personas pueden retirar moneda extranjera, pero solo desde cuentas abiertas antes del 9 de marzo y no más del equivalente a 10.000 dólares antes de septiembre. Un límite que también se aplica en los viajes a la hora de sacar moneda extranjera del país.
"Es como tratar de mostrar que la Unión Soviética está venciendo a Estados Unidos agitando una copia del periódico Izvestia en la cara de alguien en 1982 y diciendo: '¡Mira, el dólar vale solo 64 kopeks!"
Con la guerra fuera de la fronteras rusas, la situación revive los fantasmas de la Guerra Fría. Sergey Khestanov, profesor de finanzas en Moscú y analista de Otkritie, recuerda como el cambio era uno de los argumentos que utilizaba la propaganda soviética para destacar la fortaleza de la economía soviética. "Es como tratar de mostrar que la Unión Soviética está venciendo a Estados Unidos agitando una copia del periódico Izvestia en la cara de alguien en 1982 y diciendo: '¡Mira, el dólar vale solo 64 kopeks!", explica.
Ningún ruso puede comprar un dólar a 64 kopeks. Y el mercado negro se abriendo paso ante los controles sobre las divisas extranjeras. Cada vez aparecen más intermediarios ajenos al sistema oficial, atraen a los dólares y euros en circulación con jugoso cambios y gracias a la connivencia de empleados de banca. Boris no es la primera vez utiliza intermediarios opacos. Hace poco también compró dólares para que su esposa se llevara efectivo en dólares. En concreto, adquirió 2.000 dólares pagando una comisión del 15% a un intermediario, ante la imposibilidad de utilizar tarjetas de crédito rusas por las sanciones.
Mientras en la bolsa Moscú marca un dólar por 64 kopeks, en canales de Telegram la divisa americana se está pagando a 75 kopeks. Esta diferencia es el reflejo de las sanciones que separan a Rusia del sistema bancario mundial y los controles de capital. La consecuencia es un ahogamiento de las importaciones y un bloqueo en los flujos de capital. Pero el Kremlin tienen facilidad para mantener un tipo de cambio ficticio gracias a la ventana del petróleo y gas. Las sanciones todavía no afecta a la venta de energía y otros productos básicos, permitiendo al Kremlin ingresar miles de millones de dólares cada semana.
La fortaleza del rublo ha sido objeto de debate en EEUU. El secretario de Estado, Antony Blinken, considera que "no es sostenible" para Rusia mantener su moneda tan fuerte. Desde Commerzbank comparten el punto de vista. "El tipo de cambio ya no tiene ningún componente real porque las sanciones y los controles de capital impiden un flujo de capital significativo", explica Tatha Ghose, analista de la firma. El rublo se mueve por la oferta y la demanda actual del día a día para comercializar aquellos artículos que aún son posibles de exportar e importar.
El Banco de Rusia, en un informe reciente, admite que el valor de la divisa rusa es la expresión de la balanza comercial del país. Mientras las sanciones no ahoguen la energía rusa, el rublo se mantendrá al alza. A medida que entre en vigor un embargo sobre el petróleo y el gas por parte de los gobiernos europeos a finales de 2022, Commerzbank predice que el rublo se desplomará un 10% a finales de año y otro 20% a finales de 2023.