- Persiste el riesgo al estancamiento económico derivado de la pandemia
- El fracaso ante la crisis climática es la mayor amenaza a largo plazo
Tras dos años de pandemia, un escenario inflacionario y la guerra de Ucrania, la incertidumbre parece que ha venido para quedarse. Cada vez que parece vislumbrarse la luz al final del túnel, surge otro acontecimiento imprevisto que hace saltar por los aires cualquier previsión económica. En este escenario tan cambiante, el Foro Económico Mundial ha recopilado y analizado en el Global Risks Report 2022 los principales riesgos según expertos, directivos de empresas, los gobiernos y la sociedad civil.
Los retos económicos derivados de la pandemia persisten
El riesgo de estancamiento económico es el reto más grave que persiste de la pandemia. Las perspectivas macroeconómicas siguen siendo débiles, y se espera que en 2024 la economía mundial sea un 2,3% inferior de lo que habría sido sin la pandemia.
Tanto el mundo desarrollado como los países en desarrollo se enfrentan al incremento de los precios de las materias primas, la inflación y la deuda. La pandemia y sus consecuencias económicas siguen ahogando la capacidad de los países para controlar el virus y facilitar una recuperación económica sostenible. A lo que se suman los desequilibrios del mercado laboral, las políticas proteccionistas y el aumento de las disparidades en materia de educación y competencias. Todo esto dará lugar a diferencias que complicarán la colaboración internacional necesaria para hacer frente al empeoramiento de los efectos del cambio climático, gestionar los flujos migratorios y combatir los peligrosos riesgos cibernéticos.
Una transición climática desordenada agravará las diferencias
Las temperaturas extremas, sequías, incendios, inundaciones, escasez de recursos y pérdida de especies, son cada vez más frecuentes y los países son conscientes. Para los encuestados, el fracaso en la lucha contra el calentamiento del planeta es la principal amenaza a largo plazo. Sin embargo, tomar medidas no es sencillo, dada la complejidad del cambio tecnológico, económico y social.
Por un lado, aquellos países que mantengan su dependencia a los combustibles fósiles corren el riesgo de perder su ventaja competitiva y la incapacidad de seguir el ritmo de la innovación tecnológica, así como poder para influir en los acuerdos comerciales. Sin embargo, el alejamiento de las industrias intensivas en carbono que actualmente emplean a millones de trabajadores, desencadenará la volatilidad económica, aumentará el desempleo e incrementará las tensiones sociales y geopolíticas. Al final, una transición climática desordenada separará aún más a los países y a las sociedades, creando barreras para la cooperación.
La dependencia digital incrementará las ciberamenazas
La pandemia, el teletrabajo y la proliferación de plataformas y dispositivos ha impulsado el crecimiento de las ciberamenazas, solo en 2020, los ataques de malware y ransomware aumentaron un 358% y un 435%, respectivamente. Este incremento ha superado la capacidad de las sociedades para prevenirlas o acabar con ellas con eficacia. Un riesgo que se agrava aún más debido a la reducción de las barreras de entrada de ciberataques, los métodos de ataque más agresivos y la escasez de profesionales de la ciberseguridad.
Los ataques tendrán consecuencias físicas en toda la sociedad, a la vez que su prevención conllevará inevitablemente mayores costes y dificultará la cooperación entre estados. Los riesgos intangibles -como la desinformación, el fraude y la falta de seguridad digital- también afectarán a la confianza del público en los sistemas digitales.
Inseguridad social derivada de la migración involuntaria
Otra de las principales preocupaciones de los encuestados es la migración involuntaria provocada por la creciente inseguridad derivada de las dificultades económicas, la intensificación de los efectos del cambio climático y la inestabilidad política. Solo en 2020, hubo más de 34 millones de personas desplazadas al extranjero en todo el mundo sólo por conflictos.
Los efectos persistentes de la pandemia, el aumento del proteccionismo económico y la nueva dinámica del mercado laboral podrían levantar nuevas barreras que impedirían que estos migrantes encuentren refugio. Las mayores barreras a la inmigración podrían suponer también un riesgo para mantener la estabilidad política y social, además de exacerbar las relaciones entre países.
Tensiones en la carrera espacial
Un mayor número y variedad de actores que operan en el espacio podría generar fricciones si la exploración no se no se gestionan de forma responsable. Con una gobernanza global limitada y la militarización del espacio podría provocar también la escalada de las tensiones geopolíticas.
Asimismo, se incrementará el riesgo de colisión entre las infraestructuras cercanas a la Tierra y los objetos espaciales, lo que podría afectar a las órbitas de las que dependen los sistemas clave en la Tierra, dañar valiosos equipos espaciales o desencadenar nuevos conflictos entre naciones. A lo que habría que sumar el impacto ambiental aún desconocido de esta actividad.