La sede de la Organización Mundial del Comercio (OMC, WTO en inglés) en Ginebra (SALVATORE DI NOLFI / EFE)
La OMC pronostica un desplome para este año que puede llegar al 32%
Más que un frenazo es un colapso. El coronavirus ha conseguido parar en seco el comercio mundial. El informe anual de la Organización Mundial del Comercio (OMC) confirma que el 2020 será el peor año desde que hace 25 años nació esta institución. Estamos pues ante la mayor contracción de la última generación.
Los intercambios mundiales han sido el símbolo de casi dos décadas de hiperglobalización. Ahora todo indica que estamos en un punto de inflexión que tal vez va a cambiar para siempre este modelo productivo. Las cifras que maneja la OMC son desalentadoras. Casi todas las regiones y todos los sectores sufrirán caídas de dos dígitos en los volúmenes comerciales en el 2020. Después de un 2019 que ya fue negativo, con un descenso de los intercambios del 0,1% por el auge de la guerra comercial y el aumento de los aranceles, la Covid-19 este daño dará la puntilla.
OMC
El organismo advierte que el proteccionismo no debe ser la solución porque “nadie puede solo”
El volumen de las importaciones y exportaciones caerá, según evolucionen los distintos escenarios, entre un 13% y un 32% este año. Este último sería un porcentaje que triplicaría el resbalón que se vivió con la crisis financiera del 2008, lo que da a entender la magnitud del descalabro: la actividad comercial del planeta sería un tercio más pequeña de un año para otro.
Las cadenas internacionales de valores se están viendo muy afectadas. “Estamos ante una crisis global. Ningún país es inmune desde el punto de vista económico. Todos los países van a sufrir”, dijo el director general de la OMC, Roberto Azevêdo, en rueda de prensa.
No sólo hay que pensar en buques contenedores: el otro punto débil del comercio mundial son los servicios. “Uno de los problemas es que estos no se pueden almacenar. Una vez que se renuncia a unas vacaciones o se cancela un viaje o un evento, ese dinero se pierde y no se puede recuperar”, admiten en la OMC.
Durante casi dos décadas, el volumen de los intercambios acostumbraba a crecer a un ritmo que era el doble del PIB. Esto ha cambiado de forma radical. Ahora ya serán dos años seguidos en retroceso (2019 y 2020). Es algo inédito y que marca tal vez un antes y un después. “Es probable que el comercio caiga más abruptamente en sectores caracterizados por complejas cadenas de valor, particularmente en productos electrónicos y automotrices”, señala el estudio.
Los países que más sufrirán de este ajuste, en este sentido, serán los que estos años han estado más interconectados con el comercio, como EE.UU., China, Corea y la UE. “No es probable que la migración comercial global vuelva al antiguo modelo. El movimiento internacional no presionará el botón ‘reanudar’. Los compradores, los comensales y los turistas pueden optar por mantenerse alejados el uno del otro por un tiempo”, comentó al respecto David McKay, consejero delegado del Royal Bank of Canada.
El máximo responsable de la OMC subraya que ahora pueden pasar dos cosas. O los flujos comerciales se diversifican y se redistribuyen para esquivar las restricciones procedentes de la pandemia y de alguna manera se centran en un área regional más limitada, o bien se cierran fronteras y se impulsa la producción doméstica. Pero, en su opinión, eso sería un error. “Ningún país es autosuficiente. Elevar más barreras no es la solución”. Una de las tesis de la OMC es que no basta con tener capacidad para producir algo, sino que hay que ser buenos en ello: de ahí la necesidad ineludible del comercio.
La OMC cree que nadie es capaz de producir todo sólo e invita los países a no cerrarse
Para que el escenario más optimista tenga lugar, este organismo señala que será necesario que se pongan en marcha estímulos fiscales y monetarios; que la pandemia se contenga lo antes posible; que haya cooperación internacional y que se mantengan abiertas las economías. Azevêdo insiste en que, a diferencia del 2008, el motor de la economía no está estropeado: sólo se ha quedado sin gasolina. “Esperemos que pueda volver a reconectarse”, indica.
Por regiones, se prevé que a causa de la crisis por la Covid-19 las exportaciones caigan como mínimo este año un 17,1% en Norteamérica, un 12,9% en América del Sur y Central, y un 12,2% en Europa (en el escenario más pesimista podría haber descensos en todos estos territorios de entre el 30% y el 40%). El informe prevé además una caída del PIB global de al menos el 2,5% en el 2020 (8,8% en la hipótesis más pesimista). Porcentajes que hacen pensar que se ha cerrado una etapa.
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