lunes, 31 de julio de 2023

Abran paso a la nueva... ¿Superpotencia? Por qué todo el mundo mira ahora a la India



El Presidente de EEUU, Joe Biden y el Primer Ministro de la India, Narendra Modi. 
(Reuters/Evelyn Hockstein)



El presidente de la India, Narendra Modi, ha sido uno de los pocos mandatarios en el mundo que ha podido asistir a una cena de gala con Joe Biden, pero no ha sido el único




Junio de 2022, Estados Unidos. Alfombra roja, discurso ante el Congreso y cena de gala en la Casa Blanca para el presidente indio, Narendra Modi. Solo otros dos mandatarios internacionales en esta legislatura han tenido el privilegio de cenar con los Biden y demás corte estadounidense: el presidente francés, Macron, y el surcoreano, Yoon Suk.

A Modi se le ha dado en Washington un trato reverencial. Como en Francia, donde ha iniciado gira el 13 de julio. O en Australia y Japón, donde fue agasajado en mayo pasado. O en Uzbekistán, en septiembre de 2022, donde se reunía con el presidente ruso Putin, el chino Xi Jinping y el iraní Ebrahim Raisi. Todo le está permitido a Modi. Su política internacional da bandazos, en una neutralidad militante que le permite comprar más carburantes que nadie a Rusia y cerrar todo tipo de novedosos acuerdos militares con EEUU sin que nadie levante la voz. Todos quieren ser amigos de la que presume ya de ser la próxima superpotencia porque nadie quiere echarle en brazos de su enemigo. ¿Lo será?

En el último año, India ha dejado dos titulares llamativos. Por un lado, la banca de inversión Goldman Sachs (GS) vaticina que "India se convertirá en 2075 en la segunda economía más grande del mundo (hoy es la quinta)". La banca señala que en 50 años, solo China la superará en PIB. Según esta proyección, para entonces China tendría 57 trillones de dólares, China 52,5 y Estados Unidos 51,5. Muy por detrás quedaría la UE, a la que GS augura 30,3 trillones de dólares.

Por otro lado, en abril pasado la ONU certificaba que India se había convertido ya en el país más poblado del planeta, con sus más de 1.425 millones de habitantes. China había ocupado esa primera posición en la tabla demográfica mundial desde hace al menos tres siglos. Es decir, si se juntan ambas noticias, las dos naciones asiáticas, enemigas e íntimas, serán a finales de este siglo los dos países con mayor cantidad de población y mayor circulación de dinero del mundo.

¿China es un espejo para India? "India es una potencia líder y significativa por derecho propio en el panorama asiático y mundial. Sus parámetros económicos, a pesar de los desafíos inherentes, son bastante evidentes y el potencial para seguir creciendo es inmensamente positivo. La dinámica población activa de la India y los avances tecnológicos realizados la han puesto en el camino del progreso y el desarrollo. Hay mucho terreno por recorrer en la búsqueda de la autosuficiencia, pero si hay algo, que abunda en India, es esperanza y energía abundantes", explica a El Confidencial el analista y director honorario del Kalinga Institute of Indo Pacific Studies, Monish Tourangbam.

Los grandes números avalan esas palabras. Según el FMI, la economía india crecerá en 2023, un 6,1% y en 2024, un 6,8%. En los últimos 15 años, según la ONU, el país ha sacado de la pobreza a 415 millones de personas. Un titular positivo y llamativo que, en todo caso, tiene que ver con lo que la ONU llama salir de la pobreza, que es tener la capacidad de cubrir necesidades básicas. ¿Con 3 dólares al día y una casucha con agua y luz no se es pobre?

Aun así, India sigue siendo el país con mayor número de oficialmente pobres del globo, con 229 millones. Su renta per cápita es de 8.293 dólares en 2022, según el FMI, lo que la coloca en el puesto 126 de la aldea global. Es decir, los habitantes de la hoy quinta economía del mundo ocupan la posición 126 cuando el baremo calcula la riqueza prorrateada. La desigualdad sigue siendo gigante: "El 50% de la población de la India atesora el 3% del PIB del país", según un informe de Oxfam presentado en el Foro de Davos.

Hay muchas dudas y retos en el devenir de India. El New York Times publicaba el pasado 27 de abril, coincidiendo con el sorpaso poblacional, un pódcast titulado "¿Puede India convertirse en la próxima superpotencia global?". La revista Foreign Policy publicaba el 24 de junio un análisis que se titulaba "¿Superará India a China y se convertirá en la próxima superpotencia?". Los dos titulares coinciden en usar dos cosas al hablar de la India: la palabra superpotencia y los interrogantes.

La CNN, sin embargo, es más clara y titula una pieza con "Por qué todo el mundo de los negocios ama a India en este momento". El flechazo indio, de facto, es directamente proporcional al rechazo a ese nuevo orden mundial que propugna China. Occidente ha entendido, como ejemplifica el economista indio Partha Sen, "que no puede poner todos los huevos en la cesta de China".

EEUU ha elegido a India como socio prioritario en la región, pero los estadounidenses tienen un largo historial de elecciones que se les complican en el futuro por sus urgencias del presente. En los 70, Washington también eligió a China para debilitar a la URSS y la jugada no parece hoy que les haya funcionado. Hoy el tablero es el Indo-Pacífico, e India ahí es clave. "India ya es un actor crucial y central en la geopolítica emergente del Indo-Pacífico. Es el custodio del océano Índico y a medida que crece la apuesta por un Indo-Pacífico 'libre, abierto, inclusivo y basado en reglas', su papel se ha vuelto más destacado. El cambiante equilibrio de poder en la región, con el asertivo ascenso de China, está llevando a India y potencias afines a reconocer el interés mutuo en la construcción de una arquitectura de seguridad estable en la zona. La región del Indo-Pacífico está llena de áreas de disputa, conflictos, competencia y cooperación. Por lo tanto, la política de alineación múltiple de India de involucrar múltiples polos de poder jugará un papel vital en la forma en que se perfila un Indo-Pacífico multipolar", explica Tourangbam.

Lo que parece evidente, como señala el New York Times en un editorial que titulan "El dilema India", es que la política norteamericana ha pasado forzosa página. "El idealismo y el pragmatismo han rivalizado durante mucho tiempo en la política exterior estadounidense, lo que obligó a tomar decisiones difíciles y, en ocasiones, llevó a la decepción. Hubo un momento en la década de los 90, tras el colapso de la Unión Soviética, que parecía que se despejaba el camino para un orden político y económico universal. Pero esa quimera pronto dio paso al mundo más complejo que habitamos hoy", dice el editorial del periódico.

"India y Estados Unidos ya son socios estratégicos y esta asociación ahora es integral y multidimensional. El enfoque principal de la asociación sigue siendo la creciente cooperación en materia de defensa. El volumen del comercio de defensa de los dos países ha aumentado exponencialmente a lo largo de los años y se está moviendo hacia el codesarrollo, la coproducción y el intercambio de tecnología de defensa a partir de una mera relación comprador-vendedor. Nueva Delhi y Washington participan en múltiples entornos bilaterales y multilaterales en un amplio espectro de áreas temáticas. La creciente cooperación en tecnologías críticas y emergentes se ha convertido en un nuevo enfoque de asociación estratégica", dice Tourangbam.

La visión americana es que se pacta con el polémico Modi, al que durante 10 años se le denegó la visa para entrar en EEUU por relacionarle con el extremismo religioso, para meterle el dedo en el ojo al rival mayor, China. ¿Cómo encaja India en el grupo BRICS con sus constantes choques de intereses con China? "El orden financiero posterior a la Segunda Guerra Mundial se está debilitando y, a medida que toma forma el nuevo orden, los BRICS han jugado un papel inevitable. Representa las preocupaciones y aspiraciones de las economías emergentes por una mayor participación en la toma de decisiones financieras globales y respalda la cooperación Sur-Sur. India ha estado a la vanguardia de este llamado. A medida que surjan debates y deliberaciones entre los miembros de BRICS sobre temas de una moneda común y la expansión de la membresía, el entendimiento mutuo entre Nueva Delhi y Beijing será crucial. Nueva Delhi y Beijing son lo suficientemente pragmáticos para comprender e impulsar a BRICS, en su visión global, a pesar de los desafíos bilaterales inherentes", apuesta Tourangbam.

No todos tienen esa visión de pragmático entendimiento. Los choques con China son constantes y la herida por el conflicto territorial sigue abierta. Pekín está llegando a importantes acuerdos con Pakistán, el mayor enemigo de Delhi, y construyendo su comercial Ruta de la Seda, con su cadena de puertos, en el entorno de India. "Creo que al final de este año y comienzo del próximo será un momento muy difícil para las relaciones entre India y China, que podría terminar en una guerra", explicaba en este periódico el exmilitar y escritor indio Pravin Shawney.

Mientras, India tiene su propia bomba interior que controlar. Los crecientes ataques xenófobos y choques entre diversos grupos religiosos, fomentados por el ultranacionalismo hindú, son foco de preocupación de muchos analistas y opositores occidentales. "India ha sido testigo del surgimiento de la política de derecha hindú durante tres décadas. Sin embargo, la extrema derecha supremacista hindú, después de asumir un poder indiscutible bajo Narendra Modi en 2014, ha recibido patrocinio político para practicar y promover abiertamente la xenofobia contra las minorías", explicaba a El Confidencial el pasado junio el profesor Ashok Swain, investigador del Departamento sobre la Paz y Conflictos de la Universidad de Uppsala.

El reputado investigador, muy activo en redes sociales para denunciar los constantes ataques protagonizados por supremacistas hindús, acaba de ver como la Alta Corte de Delhi le revocaba su Tarjeta de Ciudadano Extranjero (Overseas Citizen of India). Se trata de un documento otorgado a los ciudadanos de origen indio que viven en el extranjero con doble nacionalidad que les permite vivir y trabajar en la India por tiempo indefinido.

¿Existe el peligro de que India, donde hay problemas de ataques xenófobos y ultranacionalistas, tenga problemas de cohesión interna? "La respuesta simple es no. Desde su independencia, a pesar de muchos desafíos internos y externos, el tejido de la democracia y el pluralismo de la India ha resistido la prueba del tiempo. India es indiscutiblemente uno de los países más diversos del mundo, y la construcción de una nación es un trabajo en progreso. Un país del tamaño geográfico, la diversidad y la compleja historia de la India obviamente está repleto de muchos desafíos. Sin embargo, los pilares institucionales de la constitución de la India y la vibrante sociedad civil han resistido muchas tormentas y han salido fortalecidos de cada crisis. India es un estado-nación joven, pero una civilización antigua que está fortaleciendo sus propias raíces diversas al navegar en un mundo que está experimentando una profunda transición geopolítica, geoeconómica y tecnológica", señala Tourangbam.

Nada parece detener la euforia de una parte de la India que ve como su país por fin despega. Los seguidores de Modi están entusiasmados. "India está emergiendo como la nueva superpotencia bajo el liderazgo del primer ministro Modi", presumía uno de los históricos líderes del gubernamental Bharatiya Janata Party (BJP), Shankar Prasad, tras el retorno del Primer Ministro de su reciente gira por Japón, Australia y Papúa Nueva Guinea.

"Las nubes oscuras de coerción y confrontación proyectan su sombra en el Indo-Pacífico. La estabilidad de la región se ha convertido en una de las preocupaciones centrales de nuestra asociación. Compartimos una visión de un Indo-Pacífico libre, abierto e inclusivo. Ahora, Estados Unidos se ha convertido en uno de nuestros socios de defensa más importantes", dijo Modi en el Congreso de EEUU, provocando una ovación en pie de los legisladores americanos.

Todos le aplauden. Todos le quieren a su lado. Todos le perdonan todo. India es euforia, por todas partes, emergiendo sobre una montaña de pobreza.




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