sábado, 8 de julio de 2023

Las dos claves por las que la OPEP ha perdido el control del crudo



  • El temor a un frenazo de la demanda por la subida de tipos presiona al crudo
  • La oferta no cae todo lo que se esperaba por el aumento en EEUU, Rusia, e Irán
  • La OPEP, sin Rusia, produjo en junio 28,6 millones de barriles, un 84% de su capacidad



El cártel de productores de petróleo, con Arabia Saudí y Rusia en cabeza, ha confirmado esta semana la extensión de sus recortes de oferta hasta finales del año 2024. El pacto amplía las cuotas de producción que se acordaron el pasado mes de abril y supone eliminar cerca de 5 millones de barriles diarios de oferta en el mercado, en torno al 5% de la producción mundial de petróleo.

A pesar de haber llevado a cabo un recorte de oferta tan agresivo, el cártel de productores no está consiguiendo impulsar los precios del barril, que se ha abaratado considerablemente durante los últimos meses. Desde que se anunciaron las nuevas cuotas de producción de la OPEP+ en abril el precio del petróleo apenas se ha inmutado, moviéndose durante estos meses en una horquilla de 72-78 dólares, en el caso del Brent europeo. Esto es casi 50 dólares por debajo de los precios del año pasado, cuando la cotización superaba los 120 dólares en junio de 2022.

Las causas de la debilidad de crudo

La incapacidad de la OPEP+ de impulsar los precios del barril tiene dos explicaciones: la primera, y más importante, es que los inversores tienen serias dudas sobre el futuro crecimiento de la demanda, en un momento en el que la economía está frenándose y las energías alternativas están comiéndole terreno a los combustibles fósiles.

En el corto plazo, la subida de tipos de la Reserva Federal estadounidense (Fed) y de otros bancos centrales, como el BCE, ya está dejándose notar, y se espera que continúe poniendo freno a la actividad económica en los próximos meses. Aunque la demanda está en un momento histórico, alcanzando niveles récord en 2023, las perspectivas para el año que viene apuntan a un crecimiento muy inferior. Los inversores siempre tienen el punto de mira en el futuro, y están comprando el recorte que muchos analistas asumen que va a ocurrir.

Las perspectivas de demanda para el año que viene apuntan a un crecimiento muy por debajo del de 2023

El segundo motivo es el incremento de los inventarios de petróleo en Estados Unidos, y de la producción de países como Irán y Rusia a pesar de las sanciones de Occidente. Este último, a pesar de formar parte de la OPEP+ y de haberse comprometido a recortar las exportaciones 500.000 barriles diarios en agosto, no está cumpliendo, y muchos analistas ponen en duda las cuotas de producción que Rusia dice tener.

Peores perspectivas para la demanda

El consumo de petróleo en 2023 está más fuerte que nunca, con un incremento previsto de 2,4 millones de barriles diarios este año frente al anterior, que lo llevará, según las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía (IEA), hasta los 102,3 millones de barriles este ejercicio. El problema no es por los niveles de 2023, si no por las estimaciones que hay de cara al año que viene.

La IEA avisa en su último informe mensual de perspectivas cómo "un escenario cada vez más adverso en el frente macroeconómico va a ser un viento de cara en 2024 para la demanda, ya que los efectos de recuperación tras la pandemia van a desaparecer. El crecimiento previsto para la demanda es de 860.000 barriles diarios para el año que viene", lo que supone una bajada del ritmo de consumo de casi el 65%.

La IEA espera un freno de la demanda del 65% anual en 2023

Las subidas de tipos de los bancos centrales están orientadas a reducir la inflación, sacrificando por el camino la recuperación económica. "La subida de tipos de interés no reducen la inflación: es la economía la que lo hace. Lo que quieren hacer los bancos centrales es parar el crecimiento económico porque la demanda está muy fuerte y, en consecuencia, la inflación se reducirá", explica Vivek Bommi, director de renta fija europea de AllianceBernstein.

El último dato de empleo que se ha publicado en Estados Unidos, esta semana, ha confirmado los peores temores de los inversores: con el mercado laboral demostrando ser más robusto de lo que ya se anticipaba, todo apunta a que el banco central del país va a tener que seguir subiendo tipos para ahogar al crecimiento.

La IEA coincide al señalar la subida de los tipos de interés como un catalizador que terminará salpicando a la demanda de petróleo, uno de los bienes más pegados al ciclo económico que se pueden encontrar en el mercado: "El impacto de un endurecimiento de la política monetaria sin precedentes puede recortar la actividad económica y limitar las economías desarrolladas a un crecimiento por debajo de la media en 2024", explica la Agencia. "Combinado con una mejora en la eficiencia de los vehículos, y la extensión del teletrabajo, esto va a reducir las compras de petróleo por parte de los países de la OCDE", señala.

Una oferta que se resiste a caer

La OPEP+ recoge el mayor cártel de productores de petróleo del planeta, pero no son los únicos y hay quienes están contribuyendo a incrementar la oferta de crudo. Estados Unidos es el mejor ejemplo. El pasado martes 4 de junio la Administración de Información Energética estadounidense anunció que la producción del país crecería más de lo previsto en 2023, a la par que confirmaban sus estimaciones de un frenazo en el crecimiento de la demanda para los próximos meses.

La Administración estadounidense avisa de que la producción va a alcanzar los 12,6 millones de barriles diarios en EEUU este año, 720.000 barriles más que el año pasado, lo que supone incrementar la estimación de crecimiento de la producción en 80.000 barriles frente al último cálculo publicado por la agencia.

Más allá de Estados Unidos, la producción de sus rivales políticos, Irán, Venezuela y Rusia, está siendo más resistente de lo previsto, otro elemento que está contribuyendo a presionar a la baja a los precios del crudo. Goldman Sachs recortó a mediados de junio su estimación de precios para el Brent, hasta los 86 dólares para finales de este año, frente a los 95 dólares que estimaban previamente, y es el aumento de oferta por parte de estos países la que ha provocado este cambio de perspectivas.

Goldman Sachs ha recortado su previsión de precios para el 'Brent desde 95 hasta 86 dólares

"Los precios del crudo se han recortado 10 dólares en los últimos dos meses, a pesar del anuncio de Arabia Saudí de extender los recortes de producción, ya que el aumento significativo de oferta por parte de Irán y Rusia ha hecho que las posiciones especulativas se acerquen a mínimos históricos", destaca el banco.

La OPEP+ lleva meses sin alcanzar su cuota

Aunque la OPEP+ ha ampliado los recortes de oferta en junio, y ha decidido prolongar este acuerdo hasta el cierre de 2024, la estrategia de recortar la producción lleva ya casi un año en vigor, y el grueso del recorte se fraguó el pasado mes de noviembre, por lo que los mercados han tenido tiempo de asimilar la decisión. A pesar de todo, parecen haber juzgado que el esfuerzo del cártel no es suficiente para impulsar los precios del crudo.

El año pasado el cártel anunció un recorte de oferta de 2 millones de barriles diarios entre todos; la cuota se volvió a reducir en abril de este año en otros 1,66 millones de barriles, y de nuevo, en junio, en otro millón de barriles, en este caso sólo por parte de Arabia Saudí, y unos 500.000 extra por parte de Rusia. En total, más de 5 millones de barriles que han desaparecido del mercado.

En total, sin contar a los países de la OPEP+ que no forman parte de la alianza original (la OPEP, a secas), la producción conjunta de petróleo se mantuvo en el mes de junio en 28,57 millones de barriles diarios, un 84% de la capacidad total de los 13 miembros del cártel, que alcanza los 34,1 millones de barriles, según los cálculos de Bloomberg.

La OPEP produce a un 84% de su capacidad total: 28,6 barriles frente a 34,1

Rusia no ha cumplido en los últimos años con las cuotas que se habían establecido, y algunos analistas ponen en duda que vaya a hacerlo en los próximos meses, un país que no es precisamente un ejemplo de transparencia. Julian Lee, estratega de mercados de petróleo de Bloomberg, avisa de que "hay pocas señales de que el recorte de exportaciones de Rusia de 500.000 barriles que se pactó ya en abril haya tenido impacto donde importa: más allá de las fronteras de Rusia, asumiendo que la producción realmente se haya recortado".

La guerra en Ucrania y, sobre todo, las sanciones que Occidente ha impuesto al país han aumentado sus necesidades de financiación y capital, y esto ha coincidido en un acercamiento diplomático entre Moscú y Riad durante los últimos años. Este último, además, ha enfriado sus relaciones con Estados Unidos durante los años de la Administración Biden. Parece que fue ayer cuando Estados Unidos mediaba, como tuvo que hacer en 2020, entre Arabia Saudí (un gran aliado en Oriente Medio en aquel momento) y Rusia para que resolvieran sus diferencias.


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