martes, 18 de julio de 2023

Rompiendo el mito: las largas jornadas laborales improductivas en Japón



Peatones caminan por un paso de peatones en Shibuya, Tokio. 
( EFE / Kimimasa Mayama)



La cultura laboral japonesa, basada en la jerarquía, la pertenencia de grupo y la armonía, impone dilatadas jornadas laborales en Japón



La aparición de una peculiar cafetería en Tokio ha generado un gran interés a nivel mundial. Situada en el bohemio barrio de Koenji, al oeste de la capital, el Manuscript café se ha convertido en foco de atención mundial debido a su innovador enfoque en la productividad. A pesar de la conocida fama de los japoneses por sus largas jornadas laborales, este establecimiento permite a sus clientes salir únicamente cuando han completado las tareas que ellos mismos se han asignado previamente. El café, decorado de forma informal, está equipado con todas las herramientas necesarias para que un máximo de diez personas trabajen simultáneamente. Además, a cada rato, el gerente del café se acerca a los clientes para conocer su progreso y determinar si están cerca de finalizar sus labores.

El origen de la cultura laboral en Japón está basada en una jerarquía que se remonta a Confucio, con códigos sociales establecidos en tiempos remotos, en los que los individuos consideran que las empresas son como una "familia" en la cual ellos deben cumplir su rol para el bien común, entre ellas las famosas nomikai-afterworks para ir a beber después del trabajo y donde siempre es el jefe quien propone salir, lo cual hace imposible que sus subordinados se nieguen a acudir. Fuminobu Okabe, profesor de Derecho en la universidad tokiota de Soka, experto en Derecho Laboral, de la Seguridad Social y Derecho español, explica a El Confidencial que "los japoneses utilizan el término diligencia para describir a los trabajadores que son leales a su empresa, lugar de trabajo y relaciones humanas. Por lo tanto, dado que los japoneses dan importancia a la consideración y atención por el ambiente de trabajo y las relaciones humanas, muchos trabajadores japoneses adoptan un comportamiento extraño como trabajar horas extras voluntariamente para demostrar cuan leales son a la empresa. Por esta razón, a primera vista, se considera que los japoneses trabajan más que los europeos".

Shiela Marie Juarez, experta en recursos humanos de la empresa de selección de personal The Bridge Group en Tokio, afirma que es importante evitar generalizar sobre la ética de trabajo de trabajadores de diferentes culturas. "No es exacto decir que los japoneses son universalmente más trabajadores que los europeos u otros ciudadanos extranjeros, porque cada cultura tiene sus propios valores y actitudes únicas hacia el trabajo. Estas diferencias culturales pueden afectar en gran medida la forma en que las personas perciben sus responsabilidades y deberes en el lugar de trabajo. Por lo tanto, es crucial reconocer y respetar estas diferencias culturales y no hacer suposiciones basadas en estereotipos o nociones preconcebidas". A pesar de esto, Okabe opina que "lo que los trabajadores japoneses no tienen necesariamente es una gran conciencia del trabajo, lo que se demuestra claramente por el hecho de que la productividad por trabajador japonés es baja, a pesar de trabajar generalmente más horas que los europeos".


Una cuestión de productividad

"A simple vista, los trabajadores japoneses pueden parecer más productivos, ya que trabajan muchas horas al día, a la semana y al mes; sin embargo, si evaluamos su productividad en términos de producción por hora o tiempo requerido para completar el mismo trabajo que los europeos, no se puede decir que los japoneses sean más productivos que los europeos. Los europeos tienen una forma racional de pensar en el trabajo, en la que piensan que deben completar su trabajo con sinceridad y rapidez, y luego valorar y disfrutar de su propio tiempo". Por su parte, Juarez considera que es difícil hacer un análisis genérico sobre las diferencias entre japoneses y europeos, ya que la productividad es un tema complejo y multifacético, pero coincide con Okabe en la relación tiempo-productividad. "No es una afirmación falsa que las horas de trabajo más cortas se correlacionen con una mayor productividad, puesto que los estudios han demostrado esta relación. Sin embargo, otros factores también pueden contribuir a los niveles de productividad. Si bien los trabajadores europeos pueden trabajar menos, pero ser más productivos, es importante reconocer que los trabajadores japoneses también lo son, pero su ética laboral ha sido influenciada por su cultura", afirma la experta.

Juarez asegura que estas diferencias también se dan en términos de jerarquía, largas horas de trabajo, mentalidad de grupo, estilo de comunicación, seguridad laboral y días festivos y vacaciones. "Las empresas japonesas priorizan la jerarquía, las largas horas de trabajo y la armonía grupal, mientras que las empresas europeas enfatizan el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, el individualismo y la comunicación directa. Por otro lado, en Japón existe una tradición de empleo de por vida en una empresa, mientras que en Europa los cambios de trabajo son más frecuentes, pero también los europeos generalmente tienen más tiempo de vacaciones que en Japón".

Por su parte Okabe, conocedor en profundidad de la realidad española y europea, ya que hace unos años residió junto con su familia en Pamplona, afirma que muchos europeos consideran el trabajo "como un medio para obtener los recursos necesarios para vivir", pero en Japón "la historia y la tradición "han llevado a la formación de una sociedad de aldea, en la que el individuo no puede sobrevivir sin estar unido a un grupo determinado" y por ello para muchos japoneses, el trabajo no es solo un medio para obtener recursos financieros, sino que se considera como la propia vida o el significado de la propia vida".

Esto explica, según el académico, "muchos trabajadores japoneses se comprometen con su empresa y su trabajo de una manera que puede parecer extraña para los europeos". Este modelo de compromiso de por vida en una empresa, tal como afirma Juarez, y este compromiso vital puede conllevar, según Okabe a problemas después de la jubilación, especialmente en hombres. "Muchas personas acaban suicidándose después de llegar a la edad de jubilación porque no encuentran un propósito en su vida" mientras que en Europa se tiende "a valorar y disfrutar del propio tiempo libre después de la vida laboral, lo que puede llevar a una mayor satisfacción y equilibrio en la vida".


Servicios desinteresados

Estos factores hacen que para los extranjeros que van a trabajar a Japón sea un reto mayúsculo adaptarse a una empresa japonesa. "No es una transición fácil", apunta Juarez: aparte de la barrera lingüística, "el fuerte énfasis en la jerarquía y el respeto por la autoridad puede chocar con culturas laborales más igualitarias". Además, las largas jornadas laborales y "la mentalidad orientada al grupo en las empresas japonesas puede ser un desafío para quienes están acostumbrados a culturas de trabajo más individualistas". Aunque la experta asegura que "con la mentalidad y la preparación adecuadas, los europeos pueden adaptarse y prosperar con éxito en un entorno de trabajo japonés".

Okabe explica que en la mayor parte de las empresas japonesas se requería hasta hace poco la prestación de varios "servicios desinteresados". Esto quería decir "que el ambiente que prevalecía en la empresa, directa o indirectamente, obligaba a los trabajadores individuales a ser leales a sus trabajos, lugares de trabajo y relaciones humanas. Por esta razón, los empresarios ordenaban frecuentemente a los trabajadores que realizaran tareas no necesariamente especificadas en el contrato laboral, o incluso extender las horas de trabajo en violación de la Ley de Normas Laborales. Esta situación sigue siendo más o menos la misma hoy en día y se puede encontrar en cualquier empresa en Japón, independientemente de su tamaño o sector industrial".

Este hecho, que en parte se podría explicar con la seguridad laboral que tenían los trabajadores, parece que podría cambiar en un futuro no muy lejano. "En los últimos años, el entorno laboral en Japón ha ido cambiando poco a poco gracias a la globalización", explica el profesor universitario. "Bajo el nombre de "reforma del estilo de trabajo", las prácticas laborales japonesas que enfatizaban la estabilidad del empleo (cuya característica más importante era el "empleo de por vida") cambian a una política laboral que permite la fluctuación del empleo y el despido relativamente fácil en comparación con el pasado. En otras palabras, el estilo de trabajo en las empresas japonesas se está acercando rápidamente al estilo occidental", explica Okabe. A pesar de ello, esta reforma está pensada para grandes empresas, "pero las pymes tradicionales, que representan más del 90% de las compañías japonesas, aún no pueden implementar estas medidas" y, por tanto, si hay europeos trabajando en estas empresas "probablemente no podrán comprender las prácticas laborales exclusivas de Japón y se enfrentarán a muchos problemas", concluye el académico.

Pero una de las metáforas que mejor reflejan esta dicotomía se puede ver a simple vista en el anochecer de la capital, en el suntuoso barrio de Shibuya: los rascacielos que acogen empresas nacionales, como el Shibuya Scramble Square, brilla sin parangón al lado del Shibuya Stream, donde opera Google, que se muestra oscuro y sin actividad aparente. Largas jornadas de trabajo que, en muchos casos, no ayudan a conciliar la vida laboral y la personal y no permiten que, entre otras cosas, que estos trabajadores puedan socializar más allá de su círculo laboral.




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