viernes, 28 de febrero de 2025

La fuga de diseñadores clave y la caída libre de las ventas empujan a Tesla al precipicio



Elon Musk, realizando el saludo nazi esta semana.
 (Reuters)



El cúmulo de factores negativos que indican que Tesla está en un momento muy delicado es innegable: ventas en caída libre, crisis de modelos, tecnología anticuada, mala calidad y reducción de la lealtad a la marca




Salvo alguna intervención de última hora de Trump en forma de algún contrato corrupto con el Pentágono, Tesla tiene todas las papeletas para implotar en 2025. 2024 fue terrible para la empresa de Elon Musk. Malos resultados. Múltiples retiradas de productos. Un historial de seguridad pésimo. El desastre del Cybertruck y el desplome de las ventas. Todo ello ligado a problemas de diseño y falta de innovación. Una preocupante caída en la lealtad a la marca gracias a la tóxica actividad política del jefe de DOGE. Y ahora otra señal que apunta a lo obvio: dos de sus principales diseñadores han dejado la empresa. No es casualidad que Ross Gerber, uno de sus primeros inversores y mayores partidarios, esté advirtiendo que la empresa va a caer a plomo en 2025. Los astros se están alineando para un ajuste de cuentas del universo con el sudafricano metido a palmero de los nazis.

Los fugados son David Imai y Bernard Lee, dos veteranos diseñadores que contribuyeron decisivamente a dar forma a los vehículos de Tesla, incluido el Model 3. Imai anunció su salida a un estudio de diseño de barcos hace dos semanas. Puso fin a una carrera de 13 años y 10 meses en la empresa automovilística, los últimos cinco años como Director de Diseño.

Aún más preocupante es la marcha de Lee. Miembro fundador del estudio de diseño de Tesla, el ex diseñador de Mazda llegó a Tesla en 2008, Lee participó en todos los vehículos como diseñador principal o de apoyo desde el mismísimo Tesla Roadster (pero, quizás intencionadamente, parece que no tuvo que ver nada con el Cybertruck).

Aunque la marcha de dos diseñadores de alto nivel de una empresa puede ser o no una señal de problemas series, es difícil no ver una conexión con el hecho de que esto haya ocurrido justo en un periodo en el que Tesla está sumido en una clara crisis de diseño, ventas, seguridad y control de calidad. La compañía tejana no ha respondido a nuestras peticiones de comentarios.


La puntilla

En los últimos años, Tesla se ha enfrentado a un escrutinio cada vez mayor debido a la mala calidad, las malas decisiones de diseño y las malas decisiones personales de su fundador. Hasta hace muy poco, la compañía del aspirante a emperador marciano había sido capaz de esquivar todas esas tormentas por ser prácticamente el único fabricante de automóviles eléctricos. Pero, a medida que los fabricantes tradicionales aumentaban su oferta de vehículos eléctricos, los defectos de Tesla se hicieron cada vez más evidentes e imposibles de ignorar por sus clientes y el resto de público.

El crecimiento de las ventas mundiales de Tesla se ha detenido y las han caído drásticamente en los últimos trimestres. Las cifras del mes pasado y las del mes de febrero —que acaban de anunciarse ayer en Europa— son devastadoras y no admiten debate alguno. La industria crece gracias a modelos de marcas tradicionales pero las de Tesla caen un 45.2%. Un verdadero desastre que continúa la tendencia.


placeholderLos inversores de Tesla temen que Musk esté demasiado distraído para abordar los grandes problemas de la compañía.
Los inversores de Tesla temen que Musk esté demasiado distraído para abordar los grandes problemas de la compañía.

 

Aún más preocupante es el creciente dominio de China, especialmente BYD. Los fabricantes de automóviles chinos han estado lanzando diseños futuristas en 2024 que parecen encantar a los consumidores. Como resultado, están dominando Asia y se están introduciendo agresivamente en Europa y el resto del mundo. BYD es ahora el mayor fabricante de coches eléctricos del planeta, superando a Tesla.

Otra tendencia preocupante para Tesla es la erosión radical de la lealtad a la marca entre sus clientes, que ya estaba sufriendo en 2023 y principios de 2024 debido a los problemas de calidad de la empresa. Ahora hay que añadir el elemento político: un estudio reciente de S&P Global Mobility reveló que los compradores que repiten con Tesla en los estados de tendencia demócrata disminuyeron del 72% en el cuarto trimestre de 2023 al 65% en el cuarto trimestre de 2024. Las evidencias de estos dos últimos meses es que la crisis, lejos de detenerse, se está agudizando. El descenso indica claramente que Tesla está perdiendo terreno entre un grupo demográfico clave, lo que podría añadir un nuevo impulso negativo para sus ventas y cuota de mercado a largo plazo.

Mientras, su famoso robot Optimus ni está ni se le espera mientras los fabricantes chinos avanzan a pasos agigantados. Y su piloto automático —que lleva años de retraso— y los famosos taxis tampoco tienen visos de aparecer a corto o medio plazo.

La pérdida de estos dos diseñadores clave dificultará aún más la capacidad de Tesla para innovar y diferenciar sus productos en este mercado extremadamente competitivo. O quizás sea una oportunidad para que cambien radicalmente su anticuado diseño. Pero hacerlo ahora, justo cuando necesitan desesperadamente un modelo barato y competitivo ya mismo, parece un suicidio. La compañía desperdició un tiempo precioso cancelando este modelo en favor del fallido Cybertruck. Tras la catástrofe de ventas de este último, ahora Musk vuelve a prometer un Tesla barato.

El panorama es sombrío y es difícil imaginar cómo la empresa puede salir de este huracán perfecto. Me parece que su única salida es el rotulador rojo del presidente Trump.