- Xi Jinping se ha reunido con los principales tecnoempresarios del país
- Entre los asistentes, se encontraba Jack Ma, defenestrado en 2020
- La guerra arancelaria y el débil consumo interno, entre las posibles causas
En uno de los acercamientos más extraños que se recuerda —incluso para varios medios del régimen—, Xi Jinping, presidente de China, se ha reunido con toda la plana mayor de las empresas tecnológicas del país para asegurarles que pueden contar con el apoyo de Pekín para potenciar el sector privado. El encuentro ha generado todo tipo de especulaciones en un momento de fuertes turbulencias en la economía china: ¿Qué busca el líder de Pekín ahora de los tecnoempresarios? ¿Por qué ha traído de la 'tumba mediática' a figuras como Jack Ma, fundador de Alibaba, a quien había proscrito hace varios años?
Este viraje del timón repentino se produce sin una explicación concreta, aunque con el horizonte económico de China como posible causa: la debilidad del consumo interno, una crisis inmobiliaria que lastra al país, la guerra comercial contra Donald Trump y la carrera tecnológica podrían haber hecho cambiar de parecer a Xi. "El sector privado disfruta de amplias perspectivas y un gran potencial. Es un momento privilegiado para que las empresas privadas y los empresarios aprovechen al máximo sus capacidades", aseguró el líder asiático delante de los empresarios. El presidente de China necesita aliados para hacer frente a todas estas amenazas que atenazan su visión de ser la potencia económica dominante del globo.
La crème de la crème
En el simposio convocado por Xi, se encontraban prácticamente todas las personalidades al frente de las tecnológicas: Ren Zhengfei (Huawei), Wang Chuanfu (BYD), Lei Jun (Xiaomi), Ma Huateng (Tencent)… Pero sin lugar a dudas, los dos nombres que sorprendieron a propios y extraños fueron la aparición de Liang Wenfeng, fundador de DeepSeek, y de Jack Ma, dueño de Alibaba.
La aparición de Ma supone un cambio total en la política de Pekín sobre el empresariado tecnológico chino. En 2020, las tensiones entre Ma y Xi aumentaron hasta tal nivel que China decidió cortar toda relación con los tecnoempresarios: bloqueó la salida a bolsa del brazo financiero de Ma, Ant Group, y provocó un terremoto que se llevó por delante un billón de euros en capitalización bursátil de las principales firmas. El colofón de esta doctrina antitecnológica que puso en corto a la élite empresarial fue la desaparición completa de Jack Ma de cualquier aparición pública. El giro fue tan brusco que incluso se rumoreó que podría haber sido encarcelado por el régimen de Pekín.
La reunión de Xi esta semana, cinco años después de aquella guerra contra las firmas digitales, marca una transformación de los intereses de China: una declaración de paz y el apoyo de Pekín hacia las tecnológicas. El presidente pidió "alcanzar consensos" y "reafirmar la confianza para promover el desarrollo sano y de alta calidad del sector privado". La bolsa de Hong Kong, donde se encuentran las principales compañías incluida Alibaba y Xiaomi, subió casi un 2% este martes tras el encuentro, ante la esperanza de una desregulación tecnológica por parte del gigante asiático.
El cuento del lobo
No es la primera vez que Xi convoca un cónclave de este tipo. En 2018, organizó un encuentro en el que estuvieron los principales jefes tecnológicos de entonces, incluido Ma. El presidente de China prometió las mieles del Gobierno para, dos años después, en plena sacudida de la pandemia, romper las relaciones con las tecnológicas. El encuentro de esta semana ha sido visto con desconfianza por algunos inversores y empresarios, que no acaban de entender qué busca Xi más allá de buenas palabras de convivencia. De fondo, se encuentra la situación que afronta China, tanto en el plano interior como exterior.
El dueño de Alibaba criticó en 2020 la política financiera de China, lo que interpretó el régimen como una ofensa que había que enmendar. Quien fuera el hombre más rico del gigante asiático, sin embargo, parecía anteceder la situación que China tiene entre manos: una burbuja inmobiliaria que ha estallado, una atonía de la demanda interna y unos Estados Unidos dispuestos a todo en una nueva guerra comercial.
La presencia del fundador de DeepSeek, así como las declaraciones de varios altos cargos citados por la agencia de noticias Xinhua referentes a la inteligencia artificial podrían servir como indicio de qué persigue Xi: potenciar la industria tecnológica china a imagen de la corte de tecnoempresarios que deleitan a Donald Trump en la Casa Blanca todas las semanas.
Con ello el presidente de China podría buscar aliados ante las turbulencias internas y externas que está mostrando la economía china. Si bien el crecimiento sigue siendo alto, está sufriendo una desaceleración que podría poner contra las cuerdas a la larga la visión que tiene Xi del país. Un análisis de Bloobmerg indica que la industria tecnológica aporta el 15% del PIB a China. Una muestra más de por qué a Xi Jinping le interesa tener de amigo a Jack Ma y el resto de tecnoempresarios.