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Piscinas para extraer litio en el desierto de Atacama, Chile.
(Reuters/Iván Alvarado)
La nueva administración de Donald Trump ha lanzado una serie de medidas que tendrán un impacto negativo en el mercado de los minerales críticos, unos elementos clave para el avance tecnológico
Existe la posibilidad de que el segundo mandato de Donald Trump como presidente de Estados Unidos tenga un impacto negativo a largo plazo en la demanda y la oferta de lo que se conoce como minerales críticos. Entre ellos se incluyen el cobre, el litio, el níquel, el cobalto y los elementos de tierras raras, como el lantano y el itrio.
Estos minerales son vitales para la transición a la energía verde y se utilizan en baterías de automóviles eléctricos, paneles solares y turbinas eólicas. La decisión de Trump de retirarse del Acuerdo de París de la ONU para controlar el calentamiento global ha llevado a algunos a ser pesimistas sobre los impactos de esta política.
Si los mercados interpretan que el movimiento de Trump hacia el petróleo y el gas es permanente, el incentivo de precios para nuevos proyectos mineros de minerales críticos caerá, junto con el suministro a largo plazo. Esto podría amenazar potencialmente la transición a la energía verde.
Sin embargo, hay razones para dudar de este escenario pesimista. Creemos que la nueva política de la administración estadounidense es solo un shock temporal sin un cambio significativo en la trayectoria de transición energética del mundo. Por lo tanto, los mercados de minerales críticos seguirán boyantes a mediano y largo plazo. Esta posición se basa en tres argumentos principales.
1. Estados Unidos mantiene una posición competitiva en mercados minerales críticos
Existe una percepción generalizada de que Estados Unidos depende de la importación de minerales críticos de otros países, como China. Esto es cierto para unos pocos, pero, en general, EEUU es uno de los países más competitivos en la producción de los minerales necesarios para la tecnología verde.
De hecho, Estados Unidos tiene una ventaja comparativa revelada en la exportación de una amplia variedad de minerales y, entre ellos, los más críticos.Por lo tanto, a EEUU le convendrá mantener dinámicos los lucrativos mercados de minerales críticos. Incluso si EEUU reduce sus ambiciones de sustentabilidad, desacelerando su demanda de nuevas tecnologías limpias, es probable que lo haga con cuidado para no dañar sus propias industrias.
De hecho, esperamos que Estados Unidos aumente su interés en desarrollar industrias procesadoras para recuperar algunos minerales de desechos electrónicos o de etapas intermedias en algunos procesos de fabricación. Estos incluyen el germanio y el galio, que están estrictamente controlados por China (su mayor productor), pero que son vitales para los chips para ordenadores y la tecnología de energía renovable, así como para las gafas de visión nocturna.
2. Estados Unidos produce y utiliza solo una pequeña proporción de tecnologías limpias.
China y Europa impulsan estos mercados. Estados Unidos no impulsa ni la demanda ni la oferta de nuevas tecnologías limpias. Por el lado de la demanda, Estados Unidos sólo representa el 10% de las ventas mundiales de coches eléctricos, mientras que China y Europa acaparan el 66% y el 20% del mercado respectivamente.
De manera similar, de la capacidad mundial instalada de energía solar, China representa más del 43% del mercado, Europa el 20% y Estados Unidos solo el 10%. Por el lado de la oferta, Estados Unidos produce alrededor del 15% de los automóviles eléctricos del mundo, mientras que China representa más del 50% del mercado.
Para otras tecnologías limpias, las estadísticas son similares con un notable liderazgo de China en la producción de paneles solares y turbinas eólicas.
Por lo tanto, es probable que las políticas seguidas por China y Europa tengan un impacto mucho mayor en la transición energética que las de Estados Unidos. En el caso probable de que estos países sigan impulsando la transición verde, el coste de ralentizar la actualización tecnológica para Estados Unidos será demasiado alto.
Además, los países productores de petróleo de Medio Oriente están apostando fuertemente por nuevas tecnologías limpias, lo que podría compensar el menor apetito por activos verdes de Estados Unidos. Entonces, independientemente de lo que decida la administración Trump sobre este asunto, su influencia en el mercado de tecnologías limpias será limitada.
3. Los nuevos aranceles podrían aumentar aún más la criticidad de algunos minerales
Los aranceles de importación impuestos por la primera administración de Trump para promover la producción local dañó a las exportaciones estadounidenses de aquellas industrias que utilizan bienes intermedios, o parcialmente acabados, importados. En otras palabras, el comercio internacional a lo largo de las cadenas de valor mundiales ha modificado la dinámica de libro del proteccionismo y las exportaciones se ven obstaculizadas -y no fomentadas- por la protección de las importaciones.
El presidente Trump ha dicho que planea imponer nuevos aranceles del 25% a las importaciones procedentes de Canadá y México. Esto podría aumentar la importancia de algunos minerales para Estados Unidos. Por ejemplo, el níquel y el aluminio podrían volverse aún más críticos para la economía estadounidense porque Canadá suministra casi el 40% del níquel empleado por la industria estadounidense y el 70% del aluminio.
Como consecuencia, los nuevos aranceles podrían aumentar la importancia de algunos minerales. De hecho, esto probablemente estuvo de alguna manera detrás de las decisiones de posponer los aumentos arancelarios e imponerlos solo a productos seleccionados.
Las políticas energéticas de la nueva administración estadounidense tendrán un efecto dominó. Pero es probable que sean temporales y es poco probable que el mercado de minerales críticos se vea afectado a largo plazo. La transición global hacia la energía limpia parece segura, por ahora.
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21/02/2025 - 13:58 Actualizado: 21/02/2025 - 20:15
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