Según los datos, el grueso del dinero se va a compras de comida (Mediaphotos / Getty)
Un experimento da 500 dólares al mes por año y medio a un centenar de habitantes de una ciudad americana
¿Una renta básica universal fomentaría el gasto sin sentido de la gente? ¿Dilapidarían el dinero en vicios? ¿Lo utilizarían con lógica? La ciudad de Stockton, en California, Estados Unidos, avanza con su experimento de renta básica universal, y ofrece respuestas a estas preguntas. Un centenar de habitantes reciben desde febrero 500 dólares (455 euros) por 18 meses, sin limitaciones o condiciones. El proyecto, que se extenderá por 18 meses, va acumulando datos sobre el gasto que hacen los ciudadanos con el dinero que le ingresan desde las autoridades cada mes en una tarjeta.
De entrada, se ha apuntado que el 43% de los participantes trabaja a tiempo completo o parcial, el 2% está desempleado y no busca trabajo, mientras que un 8% está jubilado, un 20% tienen una discapacidad y el 10% se dedica al cuidado de niños o mayores. El resto está buscando trabajo.
Así, se tocan diversas situaciones y capas de la sociedad y permiten ver el comportamiento tanto si se trabaja como si no, para ver si recibir una paga asegurada desincentiva la búsqueda de empleo si no se tiene.
Usos
Un 40% del dinero se retira de los cajeros, haciendo difícil seguir el rastro
Según los datos hechos públicos hasta ahora, de los 500 dólares que se reciben, de media el 40% del dinero se retira en efectivo, lo que dificulta en parte seguir el rastro del dinero. Se sigue prefiriendo tirar de dinero físico pese a que se cuenta con una tarjeta por la que no se deben afrontar gastos.
En cualquier caso, según los datos desde el inicio del programa, usando encuestas para saber el gasto con efectivo y los registros de los pagos de las tarjetas, el 40% se gasta en comida, el 24% en compras varias en centros como Walmart –líder en EE.UU.– o supermercados de bajo coste, el 11% va al pago de facturas y el 9% va a reparaciones de coche y gasolina. El resto (sobre el 15%) se gasta en servicios, gastos médicos, seguros, cuidado personal, ocio, transporte, educación y donaciones.
Todos gastos lógicos. “En este país tenemos un problema con asociar a las personas que tienen dificultades económicas y gente de color con vicios como las drogas, el alcohol o el juego”, plantea el alcalde Michael Tubbs, quien busca ganarse a los detractares de la renta universal con los datos que se van publicando. “Era importante ilustrar que la gente no está utilizando el dinero para cosas así. Lo usan para cubrir sus necesidades”, defiende el político.
Prejuicios
El alcalde tira de datos para tumbar la imagen que se tiene de las personas de bajos recursos
“La gente está usando el dinero en formas que le dan dignidad o da dignidad a sus hijos”, apunta uno de los investigadores que monitorizan el programa. Así, gastan en enviarlos a los bailes de final de curso, en comprarles una tarta de cumpleaños o en salir a cenar alguna noche.
Los impulsores destacan el caso de una pareja que recibe la paga mensual y que ya no tiene problemas para llegar a fin de mes con las facturas y puede incluso darse caprichos. De hecho, iniciaron el programa sin tener trabajo y ahora ambos trabajan, pero sus gastos siempre han ido a gastos generales. Esto implicaría que por recibir la paga no necesariamente se deja de buscar empleo.
Los investigadores apuntan que con la paga ‘gratis’ no buscan cambios en el comportamiento sino ver el impacto que supone el dinero en la salud mental y física. Los detractores apuntan que la gente no cambiará su modo de vida si sabe que el dinero dejará de llegar en un plazo de año y medio, como planea el experimento. “No te dice mucho sobre un programa de renta básica si se implementase a gran escala y a largo plazo”, argumenta Matt Zwolinski, de la Universidad de San Diego.
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