RELEVO EN EL BANCO CENTRAL DE EEUU
Querida Yellen:
Disculpa el atrevimiento, pero me vas a permitir que te escriba unas líneas para pasar revista a los principales asuntos con los que te encontrarás desde este fin de semana ya como presidenta de la Reserva Federal (Fed). Aunque has sido mi mano derecha desde finales de 2010, creo oportuno realizar este repaso para que estés al corriente de los problemas y los desafíos que siguen pendientes para asentar la recuperación económica y financiera en Estados Unidos.
Créeme: esos retos continúan ahí, sobre la mesa, y del mismo modo que cuando tomé el relevo a Alan Greenspan en 2006 me encontré con una situación menos idílica de lo que pensaba, me gustaría confesarte desde el primer momento que soy consciente de que te cedo el testigo a ti, Janet Yellen, sin que hayamos visto los efectos últimos de mis históricas medidas monetarias, por lo que debes estar preparada para la posible llegada de impactos secundarios o colaterales imprevistos. Ya sabes que la normalización de las condiciones monetarias nunca ha sido una tarea fácil, y en tu caso te enfrentarás al mayúsculo desafío de tener que desmontar el mayor experimento monetario visto en la Fed en sus 100 años de vida.
Como bien conoces, desde 2008 hemos aplicado tres programas distintos de expansión cuantitativa (QE1, QE2 y QE3), mediante los que hemos inyectado en el sistema financiero más de 3 billones de dólares con la adquisición de deuda pública e hipotecaria. Estas compras han incrementado el balance de la Reserva Federal en casi cinco veces, hasta alcanzar los 4 billones de dólares.
Aunque en los dos últimos meses ya me ha dado tiempo a reducir el ritmo del tercero de esos programas, todavía seguimos dedicando 65.000 millones de dólares al mes a la compra de deuda. Por tanto, te corresponderá a ti decidir la velocidad en la retirada de estos estímulos y su completa finalización. Y cuando concluya, comenzará otro desafío: el de decidir qué hacer con la deuda que hemos comprado. Venderla en el mercado podría provocar una crisis sin precedentes en la renta fija, mientras que esperar al vencimiento de los títulos para ir adelgazando el balance de la Fed puede dar lugar a un proceso demasiado lento. Habrá que arbitrar algún tipo de solución intermedia que no reviente el mercado de renta fija y que no alargue más de lo conveniente la reducción del balance.
No te debes olvidar tampoco de los tipos de interés. Instalados en el mínimo histórico del 0-0,25% desde diciembre de 2008, hemos trasladado a los inversores y los agentes económicos nuestra intención de no subirlos al menos hasta 2015. Si tienes pensado hacerlo antes, prepara el terreno con tiempo.
En este sentido, debes entender que los inversores siempre están muy pendientes de nuestras palabras. Como vicepresidenta, habrás comprobado la influencia que tenemos, pero como presidenta sentirás que esa ascendencia se multiplica hasta alcanzar una dimensión planetaria. Eres conocedora de que tanto en el mandato de Greenspan como en el mío se hablado de la Greenspan put y de la Bernanke put, en referencia a lo sensibles que hemos sido con Wall Street y los inversores. En tu mano, en tus decisiones y en la forma de comunicarlas residirá la clave para que se forje, si así lo deseas, la Yellen put.
Con respecto a la situación económica, desde finales de 2012 mi principal preocupación ha sido el mercado laboral. Hemos hecho pogresos, porque el paro, que llegó a alcanzar el 10% en 2009, ha descendido hasta el 6,7%. Pero continúa por encima del nivel en el que yo lo heredé -se encontraba bajo el 5% a comienzos de 2006- y de la media histórica del último medio siglo, que se limita al 6,1%. Además, el descenso del desempleo en los últimos meses no se ha apoyado tanto en la fortaleza a la hora de crear puestos de trabajo, como en la reducción de la población activa, que en enero cayó al 62,8% y que se encuentra en mínimos desde los años 70.
Las recuperaciones sin empleo constituyen un arma de doble filo. Aunque, por un lado, la promoción del empleo es uno de nuestros objetivos principales y tenemos que estimular el mercado laboral con nuestras medidas, por otro lado no conviene olvidar los riesgos -como la creación de burbujas- que subyacen tras un largo periodo de condiciones monetarias muy expansivas. Por el momento, nuestro compromiso ha sido el de no tocar los tipos mientras el paro permanezca por encima del 6,5%. Por si acaso, y para dejarte más flexibilidad, hemos ido introduciendo el mensaje de que esa cota se podría revisar hasta otra inferior. Como siempre, si tienes pensado introducir cambios, anúncialos con tiento.
En cuanto al sector inmobiliario, también hemos revertido la situación. Los precios y la actividad compradora están repuntando de nuevo, una evolución que favorece al conjunto de la actividad económica, al empleo y al consumo, porque, junto con la subida de la bolsa, genera un efecto riqueza que beneficia la capacidad adquisitiva de las familias. Algunas voces advierten de que los precios están volviendo en algunas ciudades a los niveles pre-crisis y de que estamos fiando buena parte de la recuperación a la subida de los precios de los activos, impulsada por nuestras expansivas medidas. Mantente vigilante, pero estoy seguro de que esta vez es diferente.
Del crecimiento económico, lo que te puedo decir es que le está costando, pero confío en que poco a poco vaya ganando velocidad. Ya sabes que nuestras previsiones contemplan que este año creceremos un 3%, nivel desde el que saltaremos al 3,2% en 2015.
No te olvides tampoco de los precios. La inflación continúa baja y puede que no llegue a nuestro objetivo del 2% hasta 2015 y 2016, por lo que debes permanecer vigilante. Recuerda siempre lo que le ha pasado a Japón y la larga década que lleva luchando contra la deflación, por lo que no dudes en hacer todo lo posible para evitar que eso ocurra aquí.
Por último, ten los ojos bien abiertos para captar las distintas sensibilidades en el seno del Comité Federal del Mercado Abierto y ármate de paciencia y capacidad de diálogo para procurar el mayor grado de consenso posible. Ellos son los que definen la política monetaria y este año su configuración es más dura -hay más halcones- que en otras ocasiones. En la última reunión, todos me han ofrecido, como regalo de despedida, una votación unánime a la hora de reducir el QE3 hasta 65.000 millones de dólares al mes. Pero no te confíes, te pondrán a prueba desde el primer momento.
Con mis mejores deseos,
Ben S. Bernanke
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